Los pacientes que la presentan llegan a experimentar síntomas desde los primeros meses de vida. Suelen tener una historia típica de síntomas alérgicos como rinorrea (salida de fluidos por la nariz), estornudos, obstrucción nasal y prurito (irritación de la piel que provoca el deseo de rascarse en la zona), y en forma posterior van avanzando los síntomas y la gravedad de los mismos.
El diagnóstico se basa en una historia clínica detallada, en donde destacan alergias en padres o hermanos. Se pueden realizar algunas pruebas de diagnóstico, tanto en sangre como en piel, de acuerdo con cada paciente.
Las enfermedades alérgicas son las afecciones crónicas más frecuentes en la infancia; entre estas, las más comunes son la dermatitis atópica, rinitis alérgica y asma, que han aumentado su frecuencia en las últimas décadas.