Con un mazo y aplicándole una inmensa fuerza para desprender la piedra, pasan largas horas los trabajadores que extraen cantera en las minas que se localizan en los límites de Amealco de Bonfil con Aculco, Estado de México, quienes de sol a sol se entregan a este rudo trabajo.
Rodrigo Pérez López, es un joven de 19 años, oriundo de San Joaquín, quien relató que este trabajo lo desempeña desde hace un año, sin embargo, no quiere dedicarse toda su vida a esto, toda vez que su sueño es estudiar pedagogía o Ingeniería Agroindustrial, ya que la extracción de la piedra le deja apenas para comer.
Relató que diariamente extraen la pedacería equivalente a media tonelada de piedra, la cual sirve para hacer cimientos y para detallar construcciones, y lamentó que este trabajo no esté considerado como artesanal, esto pese a todos los riesgos y esfuerzos que implica.
Comentó que las medidas de prevención las toman ellos usando zapatos de casquillo (cuando hay dinero para comprarlos), y guantes, pero se enfrentan a los rodamientos de las piedras que están en las partes más altas de las minas, las cuales, si caen, podrían destruirles la cabeza, además de que si dan un mal golpe podrían mutilarse los dedos.
“Si le pegamos mal con las cuñas nos podemos volar los dedos o abrir la cara, solo usamos los guantes. Esta actividad es lo que hay, y apenas da para comer. Voy a estudiar Pedagogía o Ingeniería Agroindustrial, este trabajo es muy matado”.
Gabriel Néstor García de 18 años, es otro joven que trabaja en la cantera, quien también quiere estudiar Pedagogía, por lo que dijo que su periodo en esta mina será corto y consideró que los empleados deberían tener mayor seguridad social, debido a lo peligroso de su actividad.
