La Hacienda Escolásticas, que da nombre a la comunidad en la que se encuentra ubicada dentro del municipio de Pedro Escobedo, es un espacio recientemente rescatado y remodelado para ser convertido en un hotel boutique en el que convergen la historia, la tradición y la paz que los huéspedes buscan para reencontrarse con la naturaleza.
Localizada a 42 kilómetros de San Juan del Río y 40 de la capital del estado, se trata de una de las haciendas más emblemáticas de la región; se tiene registro de su existencia desde el siglo XVII cuando era propiedad de Diego Sánchez, quien la consolidó en el rubro ganadero y agrícola, convirtiéndose en el sistema de producción y tributario de quienes vivían en la zona.
Las haciendas llegaron a México durante la Nueva España, aproximadamente en el año 1500, en estos espacios se daba trabajo a todos los habitantes del pueblo, y son caracterizadas arquitectónicamente por tener una explanada central, el área de la troje, donde antiguamente se almacenaba maíz y granos, una iglesia y la tienda de raya.
Paola Hernández Álvarez, administradora de Hacienda Escolásticas, señaló que al paso de los años la hacienda sufrió deterioro que llevó a que solo quedara el casco, por lo que se necesitaron alrededor de cuatro años para restaurar el espacio y convertirlo en un hotel boutique que actualmente ofrece servicios de alta calidad en un fascinante entorno.
Cuenta con cinco habitaciones que fueron adecuadas respetando gran parte del tesoro histórico y cultural que representa la hacienda, una alberca, terrazas, restaurante, una cava y un área de fogata, además una amplia explanada en la que se pueden realizar eventos sociales con capacidad hasta para 600 personas, mientras que el área de la troje puede recibir alrededor de 200.
Se dice que la hacienda en algún momento fue propiedad de Maximiliano y Carlota, y por la cercanía que se tiene con una bella zona de río y sabinos, se habría adecuado una habitación especial para que ella pudiera tomar ahí sus baños.
Actualmente la iglesia y la zona del río ya no forman parte de la hacienda, sin embargo, son espacios que se pueden visitar en un tour especial para quienes se hospeden en este lugar.
Se cree que bajo la hacienda cruzan diversos túneles que conducen a las afueras del pueblo, aunque no han sido descubiertos por temor a realizar excavaciones que pudieran dañar el inmueble.
Las haciendas son patrimonio de la humanidad, por lo que los trabajos que se han realizado en este sitio están avalados por el INAH, con la finalidad de respetar en todo momento su valor cultural e histórico, por lo que hospedarse en este espacio es al mismo tiempo un viaje al pasado.
Su nombre lo recibe desde sus orígenes en honor a Escolásticas Moreno, esposa de su primer propietario, que después da origen también al pueblo.
Adentrarse en este espacio es disfrutar de una construcción muy particular y tradicional, enormes paredes de piedra, techos altos y una arquitectura que invitan a olvidarse del presente y dejarse consentir por el excelente servicio de quienes están a cargo.
La hacienda puede alquilarse por todo un fin de semana para una sola familia de entre 12 y 16 integrantes, pueden ocuparse sus cuatro o cinco habitaciones y tener acceso a toda la propiedad para disfrutar de la alberca, las terrazas, una amplia cocina totalmente equipada o la cava, sin tener que convivir con otros huéspedes.
Hacienda Escolásticas ofrece sus servicios en medio de altas medidas de exclusividad, sanidad y seguridad en esta temporada de contingencia, siempre con personal que está al pendiente las 24 horas del día.
Otra de las opciones que ofrece es la renta por habitación en determinadas fechas, mismas que se pueden consultar a través de la plataforma Airbnb, o directamente en su página de internet www.haciendaescolasticas.com.mx y al WhatsApp 55 76 63 3384.
Los huéspedes pueden definir si ellos mismos se hacen cargo de la elaboración de sus alimentos o pueden contratar el servicio del chef del que dispone la hacienda, e incluso planificar catas o cenas maridaje con los mejores vinos de la región.
Como actividades extras se puede agendar una noche de fogata, tour a caballo por la zona de los sabinos, recorridos a pie por los talleres de cantera para conocer las grandes obras en piedra que realizan los artesanos y masajes de relajación.
