Reboso de Amealco con gran valor histórico

Para las mujeres de los pueblos originarios es de gran valor y tradición que va de generación en generación

por Dolores Martínez

  · miércoles 2 de enero de 2019

Los pueblos originarios le dan un valor invaluable a los rebozos. Foto: Luis Luévanos

AMEALCO DE BONFIL, Qro. (OEM – Informex).- Virginia Chaparro Sánchez, cronista de Amealco de Bonfil, dijo que una de las particularidades de las prendas de las mujeres que debe detonarse por su valor histórico, es el rebozo, ya que para los pueblos originarios de la región representa un legado que va de generación en generación.

Explicó que una de las costumbres que hay en comunidades como Santiago Mexquititlán, zona otomí, es que al momento del nacimiento de un nuevo ser, este sea cobijado por un rebozo nuevo, que acompañará a la persona por el resto de su vida para que posteriormente lo usen sus hijos o nietos, a manera de herencia.

La Casa de las artesanías abre diariamente a partir de las 10 de la mañana. Foto: Jacob Cabello


Detalló que hay muchos materiales de los que se pueden hacer estas prendas, sin embargo, en esta comunidad por lo regular se componen de lana e hilos de colores que forman bordados tradicionales, donde representan figuras simétricas con flores y animales de la naturaleza.

La cronista sostuvo que para cuando las personas mueren, en los altares de día de muertos, se pone sobre el rebozo del difunto, los alimentos que más les gustaban en vida, y alrededor de hacen círculos con veladoras y flores para adornar las ofrendas.

“Esta bella prenda tiene mucho valor para los pueblos indígenas, señala el comienzo y fin de la vida. El rebozo viene a refrendar los brazo y el cariño de una madre, hay familias que han guardado las prendas por más de 100 años, y están intactos por los materiales de lo que están compuestos”.

Finalmente comentó que en Santiago Mexquititlán, además de los rebozos se producen los quesquemes, los cuales por lo regular son de color negro y llevan bordes de colores en sus orillas, y cada uno se lleva aproximadamente cuatro meses en su hechura.