/ sábado 20 de enero de 2018

Talento femenino que refleja la identidad de Amealco de Bonfil

Susana Garduño Soto, joven pintora amealcense desde hace más de 20 años, refleja en sus trabajo abstracto y figurativo la identidad de la mujer artesana otomí, con el propósito de venerar y destacar cómo es que las mujeres sacan adelante a familias enteras dentro de una sociedad machista y a su vez plasma las maravillas naturales de Amealco de Bonfil.

Desde pequeña Susana, se empezó a involucrar en el mundo del dibujo posteriormente aprendió a ponerle color y después se encontró con la casa de la cultura de este municipio en donde logró detallar líneas para convertirlas en una obra de arte; sin embargo, su inquietud iba más allá de unos simples dibujos y quería desarrollarse en la pintura al óleo siempre y cuando tomando en cuenta su técnica basada en lo abstracto por la complejidad de razonamiento.

Bajo los conocimientos en los que la introdujo su profesor, empezó a plasmar algunos paisajes con un toque propio que le permitiera detonar la riqueza de la tierra que la vio crecer: Amealco de Bonfil, por ello pintó casas de sillar con tejas, esculturas de barro, zonas boscosas, cascadas y los grandes cerros forrados de vegetación.

“Del óleo me llamó la atención la maleabilidad y brillantez del color. Siempre me fui por la corriente abstracta y figurativa, y eso lo adecue a mi manera de pintar. He ido a zonas de Amealco que sólo los que son de aquí las conocen y donde se pueden apreciar cosas fabulosas”.

Susana Garduño Soto, pintora de Amealco. Foto: Víctor Jiménez

 

La pintora declaró que al ser mujer se le complicó inmiscuirse entre los artistas y el gusto de la gente, no sólo en Amealco sino en otros lugares a los que ha ido, pero este aspecto sólo fue un detonante para que ella se preocupara por darle un enfoque femenino a su pintura tomando como referencia a las mujeres artesanas de muñecas de la zona indígena de San ildelfonso Tultepec y Santiago Mexquititlán.

Por lo anterior, se adentró a conocer más sobre la cultura y la forma de vida de las mujeres como eje principal de la economía de las familias otomíes, ahí fue cuando decidió tomar clases con él maestro Manuel Álvarez Uribe pintor, pionero que reflejo por primera vez a la muñeca artesanal, quien la guió para sus trazos y el uso de colores de este icónico objeto.

Debido al gusto que ha tenido su trabajo, actualmente desarrolla una obra enfocada a la cosmovisión y rituales de Amealco de Bonfil en los que pretende conjuntar la danza de las “pastoras de San Ildefonso Tultepec”, quienes  que antes las cosechas realizan un baile tomando como eje central una vara que en la parte superior tiene listones y una serpiente, al término de la danza las mujeres colocan las semillas en la tierra fértil para que haya abundancia en las cosechas.

Para esta obra, también está tomando en cuenta la iglesia de la cabecera municipal, un copal de barro, el reloj de la catedral y las mariposas monarcas, ya que éstas se alojan en el municipio en la temporada de primavera sobre todo en las partes boscosas.

“Este trabajo que nos están pidiendo lo quieren plasmar sobre cobre para que este adentro del kiosko. La mujer es la única que puede colocar las semillas en la tierra como símbolo de fertilidad, por eso me toca plasmarlo y darle ese toque de identidad a li que hago. A mí como mujer me ha costado meterme en este mundo del arte y con lo que yo quiero”.

A lo largo de este tiempo en el que ha estado pintando, su trabajo llamó la atención para nominaciones reconocidas como “Mujer del año 21016”, además de ser reconocida en este año por parte de la fundación “Crea”, bajo la modalidad de arte; nombramientos que le han ayudado a demostrarle a la mujeres artistas de la región que si se puede abrir camino con su talento y sobre todo poniendo en alto la cultura queretana.

Susana Garso (su nombre artístico) agregó que dentro de los grandes retos que tiene como mujer y artista, es involucrar a las nuevas generaciones en el arte para que expresen sus ideas, no sólo en la cabecera municipal sino también en las zonas vulnerables, donde dijo, nace la necesidad de identidad sin temor a la vergüenza.

Otro de los grandes trabajos destacados de Susana, es el mural que se encuentra en la Casa de las Artesanías a través del cual logró pintar la iglesia de Santiago Mexquititlán como parte de la fe que tienen estos pueblos indígenas, y que la reflejan a través de peregrinaciones, ofrendas y ayuno.

Susana Garduño Soto, joven pintora amealcense desde hace más de 20 años, refleja en sus trabajo abstracto y figurativo la identidad de la mujer artesana otomí, con el propósito de venerar y destacar cómo es que las mujeres sacan adelante a familias enteras dentro de una sociedad machista y a su vez plasma las maravillas naturales de Amealco de Bonfil.

Desde pequeña Susana, se empezó a involucrar en el mundo del dibujo posteriormente aprendió a ponerle color y después se encontró con la casa de la cultura de este municipio en donde logró detallar líneas para convertirlas en una obra de arte; sin embargo, su inquietud iba más allá de unos simples dibujos y quería desarrollarse en la pintura al óleo siempre y cuando tomando en cuenta su técnica basada en lo abstracto por la complejidad de razonamiento.

Bajo los conocimientos en los que la introdujo su profesor, empezó a plasmar algunos paisajes con un toque propio que le permitiera detonar la riqueza de la tierra que la vio crecer: Amealco de Bonfil, por ello pintó casas de sillar con tejas, esculturas de barro, zonas boscosas, cascadas y los grandes cerros forrados de vegetación.

“Del óleo me llamó la atención la maleabilidad y brillantez del color. Siempre me fui por la corriente abstracta y figurativa, y eso lo adecue a mi manera de pintar. He ido a zonas de Amealco que sólo los que son de aquí las conocen y donde se pueden apreciar cosas fabulosas”.

Susana Garduño Soto, pintora de Amealco. Foto: Víctor Jiménez

 

La pintora declaró que al ser mujer se le complicó inmiscuirse entre los artistas y el gusto de la gente, no sólo en Amealco sino en otros lugares a los que ha ido, pero este aspecto sólo fue un detonante para que ella se preocupara por darle un enfoque femenino a su pintura tomando como referencia a las mujeres artesanas de muñecas de la zona indígena de San ildelfonso Tultepec y Santiago Mexquititlán.

Por lo anterior, se adentró a conocer más sobre la cultura y la forma de vida de las mujeres como eje principal de la economía de las familias otomíes, ahí fue cuando decidió tomar clases con él maestro Manuel Álvarez Uribe pintor, pionero que reflejo por primera vez a la muñeca artesanal, quien la guió para sus trazos y el uso de colores de este icónico objeto.

Debido al gusto que ha tenido su trabajo, actualmente desarrolla una obra enfocada a la cosmovisión y rituales de Amealco de Bonfil en los que pretende conjuntar la danza de las “pastoras de San Ildefonso Tultepec”, quienes  que antes las cosechas realizan un baile tomando como eje central una vara que en la parte superior tiene listones y una serpiente, al término de la danza las mujeres colocan las semillas en la tierra fértil para que haya abundancia en las cosechas.

Para esta obra, también está tomando en cuenta la iglesia de la cabecera municipal, un copal de barro, el reloj de la catedral y las mariposas monarcas, ya que éstas se alojan en el municipio en la temporada de primavera sobre todo en las partes boscosas.

“Este trabajo que nos están pidiendo lo quieren plasmar sobre cobre para que este adentro del kiosko. La mujer es la única que puede colocar las semillas en la tierra como símbolo de fertilidad, por eso me toca plasmarlo y darle ese toque de identidad a li que hago. A mí como mujer me ha costado meterme en este mundo del arte y con lo que yo quiero”.

A lo largo de este tiempo en el que ha estado pintando, su trabajo llamó la atención para nominaciones reconocidas como “Mujer del año 21016”, además de ser reconocida en este año por parte de la fundación “Crea”, bajo la modalidad de arte; nombramientos que le han ayudado a demostrarle a la mujeres artistas de la región que si se puede abrir camino con su talento y sobre todo poniendo en alto la cultura queretana.

Susana Garso (su nombre artístico) agregó que dentro de los grandes retos que tiene como mujer y artista, es involucrar a las nuevas generaciones en el arte para que expresen sus ideas, no sólo en la cabecera municipal sino también en las zonas vulnerables, donde dijo, nace la necesidad de identidad sin temor a la vergüenza.

Otro de los grandes trabajos destacados de Susana, es el mural que se encuentra en la Casa de las Artesanías a través del cual logró pintar la iglesia de Santiago Mexquititlán como parte de la fe que tienen estos pueblos indígenas, y que la reflejan a través de peregrinaciones, ofrendas y ayuno.

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