Un ambiente de júbilo se apoderó de los asistentes a la plancha del Zócalo capitalino cuando Andrés Manuel López Obrador rindió protesta como presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
De la expectación se pasó a los gritos e, incluso, al llanto de algunos asistentes que vieron coronada una lucha que, dicen, encabezará con honor el tabasqueño y deberá culminar con el fortalecimiento de la llamada Cuarta Transformación de la vida pública del país.
¡No estás solo! ¡Sí se pudo! ¡Es un honor estar con Obrador! y ¡Presidente!, fueron algunas de las consignas que miles de gargantas pronunciaron entre fuertes aplausos. Con gran solemnidad escucharon las palabras del tabasqueño.
Laurencia Cruz, 52 años de edad, estalló en júbilo y luego se asomaron unas lágrimas en su rostro cuando Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, recibió de manos de Enrique Peña Nieto la banda presidencial para, posteriormente, entregársela a López Obrador.
La trabajadora administrativa del Hospital General Xoco confió en que los recursos lleguen a todos los nosocomios, dado que el personal médico y de enfermería trabajan “con lo que pueden y como pueden”.
