/ sábado 20 de junio de 2020

Campaña electoral de Trump se complica

Tras decisiones de jueces nombrados por él a cuatro meses y medio de las elecciones

A cuatro meses y medio de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, renquea uno de los argumentos estrella de la campaña de reelección de Donald Trump de que los tribunales estaban anclados en posiciones conservadoras, complicando sus expectativas.

Esta semana, la Corte Suprema -dos de cuyos nueve miembros fueron nombrados por Trump- le infringió reveses en temas sensibles para su electorado: los derechos de la minorías sexuales y la inmigración.

"Creo que esto podría resultar crítico para su campaña", afirmó el experto en derecho de la Universidad de Richmond, Carl Tobias.

El académico explicó que muchas personas votaron por Trump pensando en la facultad presidencial de nombrar a los jueces. "Pero esta semana mostró que no puede satisfacer esta promesa", apuntó.

En 2016, el magnate de Nueva York y expresentador de televisión comprometió a la derecha religiosa -que inicialmente era escéptica hacia su figura por estar divorciado y tener un perfil tan mediático- con la promesa de nombrar a jueces conservadores en el conjunto del sistema judicial federal.

Pero más importante todavía, Trump prometió colocar en la Corte Suprema a jueces contrarios al derecho al aborto y favorables al porte de armas.

Desde su elección Trump logró, gracias a la mayoría republicana que domina el Senado, confirmar el nombramiento de 195 jueces del total de 860 puestos que hay en todo el país, según el portal oficial Federal Judicial Center.

Además, la Casa Blanca celebró que estos magistrados tienen una media de edad inferior a 50 años, lo que asegura un impacto duradero de varias décadas.

"Formidables"

El Senado confirmó el jueves a uno de sus candidatos, Justin Walker, de 37 años, como magistrado de la Corte Federal de Apelaciones de Washington, uno de los tribunales más influyentes del país, pese a las reservas de la oposición sobre su falta de experiencia y su cercanía al Partido Republicano.

Trump destaca con orgullo este balance y en broma dice que solamente George Washington, que fue el primer presidente de Estados Unidos, lo hizo mejor con un 100% de los nombramientos.

En campaña, a menudo celebra a los dos "formidables" jueces que entraron a la Corte Suprema durante su mandato.

Pero uno de ellos Neil Gorsuch, se unió el lunes al jefe de la Corte, el conservador moderado, John Roberts, para votar junto con los jueces progresistas para proteger los derechos de los trabajadores homosexuales y transgéneros frente a la discriminación, en contra de la postura del gobierno.

Al mismo tiempo, la Corte rechazó un recurso del gobierno para extender el derecho al porte de armas y para penalizar a las denominadas "Ciudad Santuario", que se niegan a cooperar con la policía migratoria.

El jueves, John Roberts volvió a aliarse con los magistrados progresistas para bloquear el intento del gobierno de derribar el programa que protege de la deportación a los "dreamers", un grupo de 700.000 jóvenes que llegaron a Estados Unidos de forma irregular siendo menores y que están en un limbo jurídico.

Un perdedor

Un airado Trump calificó de "horrible" la decisión de la Corte sobre los "dreamers", y considero que implicaba un escopetazo en la cara de "las personas que están orgullosas de ser republicanas y conservadoras".

Y luego agregó: "¿No tienen la impresión de que la Corte Suprema no me quiere?".

Para los analistas, Trump se equivoca al interpretar el tema de forma personal.

Para Tobias, este comportamiento muestra que Trump piensa que "puede manipular a la Corte Suprema nombrando a jueces".

Steve Vladeck, académico de Texas, precisó que "esto no implica que el juez Roberts sea un progresista encubierto" sino que al gobierno se le da mal el derecho administrativo.

John W. Dean, exconsejero del presidente republicano Richard Nixon (1969-1974), dijo al diario The Washington Post que esta situación molesta a Trump porque lo convierte en algo que el detesta: un perdedor.

Pero fiel a su estrategia, Trump no tardó en convertir esta derrota en un nuevo argumento de campaña: Estas últimas decisiones de la Corte "sólo quieren decir una cosa", dijo en Twitter. "Necesitamos nuevos jueces".

Luego anunció que antes del 1 de septiembre va a publicar las listas de nuevos candidatos conservadores y llamó a los electores a votarlo, para garantizar los nombramientos.

A cuatro meses y medio de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, renquea uno de los argumentos estrella de la campaña de reelección de Donald Trump de que los tribunales estaban anclados en posiciones conservadoras, complicando sus expectativas.

Esta semana, la Corte Suprema -dos de cuyos nueve miembros fueron nombrados por Trump- le infringió reveses en temas sensibles para su electorado: los derechos de la minorías sexuales y la inmigración.

"Creo que esto podría resultar crítico para su campaña", afirmó el experto en derecho de la Universidad de Richmond, Carl Tobias.

El académico explicó que muchas personas votaron por Trump pensando en la facultad presidencial de nombrar a los jueces. "Pero esta semana mostró que no puede satisfacer esta promesa", apuntó.

En 2016, el magnate de Nueva York y expresentador de televisión comprometió a la derecha religiosa -que inicialmente era escéptica hacia su figura por estar divorciado y tener un perfil tan mediático- con la promesa de nombrar a jueces conservadores en el conjunto del sistema judicial federal.

Pero más importante todavía, Trump prometió colocar en la Corte Suprema a jueces contrarios al derecho al aborto y favorables al porte de armas.

Desde su elección Trump logró, gracias a la mayoría republicana que domina el Senado, confirmar el nombramiento de 195 jueces del total de 860 puestos que hay en todo el país, según el portal oficial Federal Judicial Center.

Además, la Casa Blanca celebró que estos magistrados tienen una media de edad inferior a 50 años, lo que asegura un impacto duradero de varias décadas.

"Formidables"

El Senado confirmó el jueves a uno de sus candidatos, Justin Walker, de 37 años, como magistrado de la Corte Federal de Apelaciones de Washington, uno de los tribunales más influyentes del país, pese a las reservas de la oposición sobre su falta de experiencia y su cercanía al Partido Republicano.

Trump destaca con orgullo este balance y en broma dice que solamente George Washington, que fue el primer presidente de Estados Unidos, lo hizo mejor con un 100% de los nombramientos.

En campaña, a menudo celebra a los dos "formidables" jueces que entraron a la Corte Suprema durante su mandato.

Pero uno de ellos Neil Gorsuch, se unió el lunes al jefe de la Corte, el conservador moderado, John Roberts, para votar junto con los jueces progresistas para proteger los derechos de los trabajadores homosexuales y transgéneros frente a la discriminación, en contra de la postura del gobierno.

Al mismo tiempo, la Corte rechazó un recurso del gobierno para extender el derecho al porte de armas y para penalizar a las denominadas "Ciudad Santuario", que se niegan a cooperar con la policía migratoria.

El jueves, John Roberts volvió a aliarse con los magistrados progresistas para bloquear el intento del gobierno de derribar el programa que protege de la deportación a los "dreamers", un grupo de 700.000 jóvenes que llegaron a Estados Unidos de forma irregular siendo menores y que están en un limbo jurídico.

Un perdedor

Un airado Trump calificó de "horrible" la decisión de la Corte sobre los "dreamers", y considero que implicaba un escopetazo en la cara de "las personas que están orgullosas de ser republicanas y conservadoras".

Y luego agregó: "¿No tienen la impresión de que la Corte Suprema no me quiere?".

Para los analistas, Trump se equivoca al interpretar el tema de forma personal.

Para Tobias, este comportamiento muestra que Trump piensa que "puede manipular a la Corte Suprema nombrando a jueces".

Steve Vladeck, académico de Texas, precisó que "esto no implica que el juez Roberts sea un progresista encubierto" sino que al gobierno se le da mal el derecho administrativo.

John W. Dean, exconsejero del presidente republicano Richard Nixon (1969-1974), dijo al diario The Washington Post que esta situación molesta a Trump porque lo convierte en algo que el detesta: un perdedor.

Pero fiel a su estrategia, Trump no tardó en convertir esta derrota en un nuevo argumento de campaña: Estas últimas decisiones de la Corte "sólo quieren decir una cosa", dijo en Twitter. "Necesitamos nuevos jueces".

Luego anunció que antes del 1 de septiembre va a publicar las listas de nuevos candidatos conservadores y llamó a los electores a votarlo, para garantizar los nombramientos.

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