La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, consoló hoy a los familiares de las 18 personas que fallecieron la víspera en el descarrilamiento de un tren expreso en el nororiental condado de Yilian, el peor accidente ferroviario en la isla en más de tres décadas.
Frente a un altar en honor de las víctimas, instalado en uno de los cuatro hospitales de Yilian a donde fueron trasladados los heridos, la mandataria ofreció palabras de consuelo y aliento a los deudos y prometió una investigación transparente y exhaustiva sobre la tragedia.
"Realmente lo sentimos ... tienes que mantenerte fuerte", le dijo Tsai a Chen Yu-chan, una mujer de 41 años, cuya única hija perdió la vida en el trágico accidente de ayer, junto con otras 17 personas, según el más reciente balance oficial, que corrió de 22 a 18 el total de fallecidos.
La mandataria se unió en oración a monjes budistas que instalaron el altar adornado con flores, para que familiares y amigos de los fallecidos en el accidente ferroviario pudieran honrarlos y llorar su partida.
"Haremos todo lo que podamos", dijo la presidenta a otra persona, que sollozaba amargamente por la gravedad de un familiar, durante un recorrido por el hospital para visitar a algunas de las personas que resultaron con lesiones.
Tsai visitó este lunes cuatro hospitales de Yilan, a los que fueron trasladas las 187 personas para recibir tratamiento por las lesiones sufridas, cuando un tren expreso Puyuma se salió de las vías, según un reporte de la agencia informativa taiwanesa CNA.
"Toda la nación está triste por el accidente mortal que ocurrió ayer. En este momento de pena, lo solucionaremos", dijo la mandataria y agregó que el gobierno central espera que los fiscales determinen la causa del accidente lo antes posible.
En declaraciones a la prensa, Tsai reveló que pidió una investigación profunda sobre las causas del accidente y demandó al Ministerio de Transporte y Comunicaciones que trabaje rápidamente para reparar la sección dañada del ferrocarril.
Cuatro vagones del Puyuma volcaron la tarde del domingo después de que los ocho vagones de un tren, que transportaba 366 pasajeros, se descarrilaron en una curva cerca de una estación de ferrocarril de Yilan, a unos 40 kilómetros de Taipéi
Las autoridades de salud solicitaron donaciones de sangre para tratar a los lesionados, entre ellos un estadunidense, principalmente a los más graves, como el conductor del tren, que se encuentra en terapia intensiva.
Entre los 18 fallecidos se encuentran seis menores de 18 años, el más pequeño de sólo 9 años de edad, y ocho miembros de una misma familia, quienes regresaban a casa tras acudir a la boda de su hermana.
El accidente ferroviario es el más mortal de Taiwán desde una colisión en 1981 en la que murieron 30 personas y decenas más resultaron heridas.
