¿Qué tan capaces somos de superar los momentos difíciles o trágicos? Algunos se llevarán más tiempo que otros y eso tiene que ver con la resiliencia. La resiliencia es la capacidad de perdonar y aceptar sucesos duros en la vida pero, ¿cómo aprender a superar adversidades? A través de la anticipación, la percepción, la aceptación, la reconstrucción y la evaluación del resultado.
Anticiparse no significa estar pensando en que algo malo vendrá y esperar con miedo a que suceda, se refiere a actuar cuando existe la posibilidad de identificar el evento; por ejemplo, cuando nos enteramos de que el virus del COVID había llegado a México, mucha gente se anticipó a hacer compras inteligentes (no llenando la casa de papel higiénico). En este caso se anticiparon a recibir lo que venía: el confinamiento.
El cómo percibas los eventos, tiene que ver con la gestión de tus emociones. No se trata de recibir el evento con pompas y platillos, pero sí evitar perder el control y esto se podría lograr tomando la situación más como un reto que como un problema. Un reto, normalmente, lo solucionamos de manera creativa, buscando diferentes ángulos desde dónde ver y resolver.
La aceptación, por su parte, es la capacidad de implementar las acciones necesarias para salir adelante. Algunas personas se deprimen, se cierran, se niegan y eso les causa más dolor. ¿Con qué o con quiénes cuentas para continuar? Genera un plan de acción, el paso a paso de lo que harás para continuar y hazlo.
Ahora reconstruye sobre el entorno afectado. Es como empezar de cero, renovarte y/o transformarte. Date un tiempo para evaluar tus avances, ¿lo estás superando?, ¿perdonaste?, ¿estás viviendo sin miedo y sin dolor? Finalmente, cada mala experiencia es un aprendizaje y te dará herramientas para enfrentar futuros retos y sabrás con mayor rapidez cómo recibir, percibir y solucionar la nueva experiencia. Recuerda, eres fuerte, puedes con eso, lo resolverás.
*Profesora de la Escuela de Humanidades y Educación del Tec de Monterrey Campus Querétaro.