Una vez que concluyeron su preparación a través de la doctrina cristiana para cumplir con el sacramento de la Eucaristía, treinta y tres niños y niñas, divididos en dos grupos, acudieron al Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe para hacer su primera comunión durante significativa ceremonia religiosa.
Cada uno de los nuevos comulgantes estuvieron acompañados únicamente por papás y padrinos durante la ceremonia, en la que, el sacerdote oficiante les dio la bienvenida y más tarde les dedicó emotiva homilía momentos después de la lectura del Evangelio correspondiente, recordándoles los preceptos del sacramento instituido por Jesús durante la Última Cena.
Con atención escucharon las palabras del sacerdote, y en su momento, cada uno de los niños y niñas se acercó al altar para recibir con devoción el Cuerpo de Cristo a través de la hostia consagrada; especial momento que marcó el inicio de relación espiritual consciente entre cada uno de ellos y Jesucristo.
Papás y padrinos, por su parte presenciaron con emoción el especial momento de comunión, y a la vez aceptaron su compromiso mutuo para con su respectivo hijo/ahijado, principalmente en ayudarlo a crecer en la fe.
Cabe mencionar una de las citas que al respecto el Papa Francisco ha emitido “Hacer la Primera Comunión significa querer estar cada día más unido a Jesús, crecer en amistad con él y que otros también puedan disfrutar de la alegría que nos quiere regalar. Recordad que este es el sacramento de la Primera Comunión y no de la última, acuérdense de que Jesús los espera siempre”.
Después de la ceremonia religiosa cada familia celebró tan especial acontecimiento en la vida de cada uno de los nuevos comulgantes.Una vez que concluyeron su preparación a través de la doctrina cristiana para cumplir con el sacramento de la Eucaristía, treinta y tres niños y niñas, divididos en dos grupos, acudieron al Santuario Diocesano de Nuestra Señora de Guadalupe para hacer su primera comunión durante significativa ceremonia religiosa.
Cada uno de los nuevos comulgantes estuvieron acompañados únicamente por papás y padrinos durante la ceremonia, en la que, el sacerdote oficiante les dio la bienvenida y más tarde les dedicó emotiva homilía momentos después de la lectura del Evangelio correspondiente, recordándoles los preceptos del sacramento instituido por Jesús durante la Última Cena.
Con atención escucharon las palabras del sacerdote, y en su momento, cada uno de los niños y niñas se acercó al altar para recibir con devoción el Cuerpo de Cristo a través de la hostia consagrada; especial momento que marcó el inicio de relación espiritual consciente entre cada uno de ellos y Jesucristo.
Papás y padrinos, por su parte presenciaron con emoción el especial momento de comunión, y a la vez aceptaron su compromiso mutuo para con su respectivo hijo/ahijado, principalmente en ayudarlo a crecer en la fe.
Cabe mencionar una de las citas que al respecto el Papa Francisco ha emitido “Hacer la Primera Comunión significa querer estar cada día más unido a Jesús, crecer en amistad con él y que otros también puedan disfrutar de la alegría que nos quiere regalar. Recordad que este es el sacramento de la Primera Comunión y no de la última, acuérdense de que Jesús los espera siempre”.
Después de la ceremonia religiosa cada familia celebró tan especial acontecimiento en la vida de cada uno de los nuevos comulgantes.