“Ni en la época de oro se producía tanto cine”, dijo en la presentación del nuevo anuario del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), María Novaro, directora general de esta institución.
De acuerdo con las cifras del 2022, por segundo año consecutivo México produjo más películas que nunca, 558 en total, en las que se observaron propuestas más diversas, incluyentes, igualitarias y descentralizadas, según el informe.
Se contabilizaron 21 largometrajes realizados por cineastas indígenas o afrodescendientes, 20 de ellos en lenguas originarias.
Además, el anuario indica que el 46 % de las producciones contó con algún tipo de apoyo público, después de un año en el que el Gobierno mexicano recibió diversas críticas por su escaso apoyo a la industria.
Elaborado en colaboración con el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), el informe contiene 25 líneas de investigación y datos acerca de la producción, distribución y consumo de cine en el país así como su contribución al desarrollo económico y laboral, el impacto de los festivales y los reconocimientos recibidos nacional e internacionalmente.
Como novedad, esta edición de 2022 incluye una sección acerca de la preservación del patrimonio cinematográfico mexicano y otro sobre la relación entre la música y el cine.
Distribución desigual de beneficios
El anuario también presenta datos que señalan la desigual distribución de las ganancias producidas por la industria fílmica mexicana.
Según datos recogidos, de cada mil pesos generados por el cine nacional, 784 van a las empresas, 213 a las familias y 3 a los impuestos de producción.
Además, se registra poca afluencia en las salas de cine y poco espacio en las carteleras para el cine mexicano, frente al 80% que ocupan las producciones estadounidenses.
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Con información de EFE