El Beato Sebastián de Aparicio es uno de los personajes más importantes de San Juan del Río, principalmente por la traza del Camino Real de Tierra Adentro, por lo que el cronista de San Juan del Río Neftalí Sáenz dio una conferencia sobre su vida y obra.
Nacido en La Gudiña, España el 20 de enero de 1502, a los 31 años decidió viajar a la Nueva España (México) gracias a las buenas anécdotas que se contaban de los españoles y sus riquezas.
San Sebastián de Aparicio era agricultor y se estableció en Puebla. Es ahí donde inició la labor de domar novillos cimarrones en estado semisalvaje, como instrumento de labranza y como motor para las carretas. A partir de ahí se le conoce el don del control de los animales.
Después empezó a organizar cuadrillas para viajar a Zacatecas para transportar cargas, viajeros, herramientas y plata. Se dice que fue un diplomático con los chichimecas, pueblo salvaje que no permitía el paso por el camino. Así fue que montó la primera empresa de transportes en América.
Tras 18 años de ser arriero, vendió sus carretas para sembrar el campo y criar ganado. Comenzó el cambio hacia una vida humilde, pues dormía en un petate y rezaba el rosario diariamente.
Estuvo casado dos veces y de ambas esposas fue viudo. A los 72 años ingresó a la orden franciscana y pasó 23 años como limosnero. Falleció en Puebla en febrero de 1600, a los 98 años. Fue enterrado sin caja y sin embalsamar.
El 17 de mayo de 1789 se cumplió la beatificación de este personaje a cargo de Pío VI, debido a los 968 milagros que se tenían registrados hasta 1630.
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Su fiesta fue instaurada el 25 de febrero y se le recuerda como uno de los personajes más queridos de la iglesia católica y patrono de los transportistas.