/ domingo 18 de agosto de 2019

Cabañuelas

Argán, aceite embellecedor y curativo desde la antigüedad


Argán (Argania spinosa) es una especie perteneciente a la familia Sapotaceae, endémica de semidesiertos calcáreos. El aceite de argán, también conocido como oro del desierto se ha hecho popular debido a que recientemente se publicita como ingrediente principal en productos cosméticos y comestibles.

Este ingrediente se obtiene tras un proceso de secado natural de los frutos, una vez secos, se extraen las semillas manualmente y se prensa en frío. Los usos cosméticos son múltiples por sus propiedades: En crema, emulsión, sérum, gel para baño, champú, exfoliante, etcétera.

Es recomendable para hidratar el cabello, aportándole brillo y suavidad y para las uñas, gracias al principio activo lupeol presente en su composición. El aceite de argán es ideal para eliminar y prevenir signos del envejecimiento, es decir, actúa como producto antiedad, disminuyendo y previniendo la aparición de arrugas y aportando luminosidad, flexibilidad y suavidad al rostro.

Como alimento, el aceite de argán se extrae mediante presión de las semillas que han sufrido un proceso previo de torrefacción. Debido a los ácidos grasos esenciales que contiene es adecuado como coadyuvante en dietas para el tratamiento de la hipercolesterolemia y de enfermedades cardiovasculares y reumáticas, entre otras.

La historia del aceite de argán a menudo ha sido confundida con la historia de Marruecos, convirtiéndose este en el emblema de ese país, sin embargo a lo largo de la historia ha pasado por diversos pueblos. Uno de los primeros usos que se le dio fue para abastecer las lámparas de aceite porque los fenicios lo utilizaban como combustible gracias a la gran luminosidad que desprende. Después, el pueblo bereber descubrió sus virtudes cosméticas y alimenticias y comenzaron a incorporarlo a sus hábitos de vida como hoy en día sucede en todo el mundo.

*Sígueme en redes sociales

(F) Heidy Wagner Laclette

(T) @HLaclette

Argán, aceite embellecedor y curativo desde la antigüedad


Argán (Argania spinosa) es una especie perteneciente a la familia Sapotaceae, endémica de semidesiertos calcáreos. El aceite de argán, también conocido como oro del desierto se ha hecho popular debido a que recientemente se publicita como ingrediente principal en productos cosméticos y comestibles.

Este ingrediente se obtiene tras un proceso de secado natural de los frutos, una vez secos, se extraen las semillas manualmente y se prensa en frío. Los usos cosméticos son múltiples por sus propiedades: En crema, emulsión, sérum, gel para baño, champú, exfoliante, etcétera.

Es recomendable para hidratar el cabello, aportándole brillo y suavidad y para las uñas, gracias al principio activo lupeol presente en su composición. El aceite de argán es ideal para eliminar y prevenir signos del envejecimiento, es decir, actúa como producto antiedad, disminuyendo y previniendo la aparición de arrugas y aportando luminosidad, flexibilidad y suavidad al rostro.

Como alimento, el aceite de argán se extrae mediante presión de las semillas que han sufrido un proceso previo de torrefacción. Debido a los ácidos grasos esenciales que contiene es adecuado como coadyuvante en dietas para el tratamiento de la hipercolesterolemia y de enfermedades cardiovasculares y reumáticas, entre otras.

La historia del aceite de argán a menudo ha sido confundida con la historia de Marruecos, convirtiéndose este en el emblema de ese país, sin embargo a lo largo de la historia ha pasado por diversos pueblos. Uno de los primeros usos que se le dio fue para abastecer las lámparas de aceite porque los fenicios lo utilizaban como combustible gracias a la gran luminosidad que desprende. Después, el pueblo bereber descubrió sus virtudes cosméticas y alimenticias y comenzaron a incorporarlo a sus hábitos de vida como hoy en día sucede en todo el mundo.

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