Las sequías han tenido un papel importante en la historia de la humanidad, no es algo nuevo, si bien en algunas zonas se han recrudecido, al hacer una investigación histórica, nos encontramos que en distintas épocas se tiene registro de la falta de lluvias, tal es el caso del semidesierto queretano, de ahí el nombre de este ecosistema.
Hoy hablaremos de edafología y su relación entre los suelos y las sequías, es decir, los suelos degradados son más propensos a presentar condiciones de sequía por la pérdida de materia orgánica y estructura, lo que reduce su capacidad de retención de agua.
Si bien el estudio de la edafología se remonta hasta el año 1883 en Rusia, con el paso de los años, esta ciencia es más útil. En México existe información geoespacial en la página https://www.inegi.org.mx/temas/edafologia/ que muestra la distribución de los principales tipos de suelo en territorio nacional, así como los atributos físicos, químicos, y limitantes físicas y químicas presentes, de acuerdo con la base referencial mundial del recurso suelo de la FAO.
En síntesis, la edafología, estudia la salud del suelo como algo fundamental para afrontar cualquier contingencia, este es el principio general que debe regir cualquier actuación. Para lograrlo, es imprescindible mejorar su calidad con biofertilizantes y bioestimulantes.
Es importante considerar que estas acciones se pueden implementar desde ahora, con la intención que cuando lleguen las lluvias, los suelos estén preparados para recibirlas y aprovecharlas de mejor manera, tomando en cuenta que otro de los enemigos del aprovechamiento hídrico es la formación de una película impermeable sobre la tierra, característica de suelos secos, capa superficial que se debe romper mediante un labrado poco profundo, que permita que el agua penetre en la tierra y se filtre hasta los acuíferos.
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