DESFILE. Ya no es disertar de su especialidad, como el combate a la corrupción que tanta fama le da en la 4T, sino lo que caiga y del tema que sea, bautizos o XV años… siempre que sea en Querétaro. Como aquel foro de equidad de género o las insólitas reuniones “de trabajo” con líderes de Morena, aunque no queda claro qué “de trabajo” aborda el “zar” antilavado con consejeros morenistas. Es la historia del ansioso “destape” de un Santiago Nieto Castillo empeñado en parecer un político y no ese golpeador en que lo convirtió el Presidente.
MIEDO. Algo o mucho de peligroso tiene eso de que quiera ser candidato a algo político la misma persona que tiene el poder de checarle las cuentas a todo México, a todo. Por lo pronto ya hay varios empresarios locales conscientes que lo rondan muy risueños, pero por miedo y no por simpatía.