TRIBUS. Así como el partido Morena comienza a dividirse en tribus, las delegaciones del Gobierno federal en Querétaro cada una responde a diferentes jefes e intereses. Aquella idea de un “virrey” bajo la figura del “súper delegado” fue muy mala porque ni hizo gobernador a Gilberto Herrera, hoy arrinconado en el Senado, ni generó ahorro y mucho menos productividad.
PURGA. La Secretaría del Bienestar nunca llegó a ser en Querétaro la cabeza política del Gobierno federal y hoy con Miguel Ángel Chico en Gobernación, Juan Carlos Espinosa en Economía (o como la llame la 4T) y Erika Pérez en Relaciones Exteriores el liderazgo de lo que queda de las delegaciones federales, más que dividido, está pulverizado. Tan solo Infonavit o Profeco tienen más titulares que dedos de la mano en 3 años.
OLVIDO. Los que resienten la devaluación de las delegaciones son los propios delegados, que llegan al cargo con ilusiones de forjar un futuro político y nomás no hallan cómo crecer, pese a que podrían ser lo más prometedor del partido Morena.