/ lunes 15 de julio de 2019

Desde la Izquierda

Gobernar sin ideología


Thomas Pickering exdiplomático estadounidense sostiene que la ideología es mala consejera para gobernar y tiene algo de razón en ello, aún y cuando existen opiniones de que gobernar sin ideología es llevar un gobierno sin brújula y que también existen gobiernos ejerciendo el poder con mezclas ideológicas muy cuestionables como el casamiento promiscuo entre la última forma de capitalismo y las nuevas variaciones de democracias antiliberales y, en otros casos, entre capitalismo y comunismo, como es el caso de China.

Once renuncias en el gabinete de AMLO no son síntoma de alarma, de hecho en todos los gobiernos se dan bajas en todos los rangos y niveles habidos y por haber; que tres de ellas sean de titulares a tan solo seis meses de iniciada la 4T tampoco es de preocupar, todos son necesarios pero nadie es indispensable para que este país funcione de una u otra manera.

Lo que sí es de total trascendencia, es que por el momento nuestra Nación debe ser gobernada sin basamento ideológico, debido a que en el cambio de régimen, no de gobierno como sostienen, es imprescindible ver las cosas tal y como son, sin distorsión alguna, que permita a esta administración realizar sus labores asentado en acciones técnicas sin que se contamine por causas del espectro político.

Podrá Andrés Manuel conocer el país de cabo a rabo, pero eso no lo hace experto en el ejercicio de la administración; la gente que sabe gobernar, esos que han estado por mucho tiempo en las diferentes administraciones, están mucho más informados de los problemas de las diferentes Secretarías y las políticas públicas que debieran operar, incluso bajo la nueva visión de la 4T, porque poseen técnica, ciencia y razonamiento que han acumulado a lo largo de su servicio.

La renuncia de Carlos Urzúa a Hacienda no es de preocupar, si de ello depende la fortaleza del peso o una variación negativa en los mercados, esa no se dio ni se dará por esa renuncia, va a darse sin duda por otras muchas razones en las que incluso habremos de transitar por una recesión ineludible, la cual el Presidente no ve en el horizonte, pero que está pronosticada por el Banco de México; lo preocupante está en la denuncia que hace él mismo en cuanto a la toma de decisiones sin evidencia, sin ciencia y cargada a extremismos ideológicos.

Gobernar sin ideología implica hacer uso de esos técnicos que han transitado por Gobiernos del PRI y del PAN sin filiación alguna, que lo han hecho bajo modelos económicos y de administración diferentes, y lo único que necesitan es la guía y la visión de un político responsable que solucione con eficiencia y eficacia los problemas más apremiantes, y para ello se requiere que no se impongan advenedizos que no tienen conocimientos de la Hacienda Pública y menos aún asistidos por influyentismo.

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

Gobernar sin ideología


Thomas Pickering exdiplomático estadounidense sostiene que la ideología es mala consejera para gobernar y tiene algo de razón en ello, aún y cuando existen opiniones de que gobernar sin ideología es llevar un gobierno sin brújula y que también existen gobiernos ejerciendo el poder con mezclas ideológicas muy cuestionables como el casamiento promiscuo entre la última forma de capitalismo y las nuevas variaciones de democracias antiliberales y, en otros casos, entre capitalismo y comunismo, como es el caso de China.

Once renuncias en el gabinete de AMLO no son síntoma de alarma, de hecho en todos los gobiernos se dan bajas en todos los rangos y niveles habidos y por haber; que tres de ellas sean de titulares a tan solo seis meses de iniciada la 4T tampoco es de preocupar, todos son necesarios pero nadie es indispensable para que este país funcione de una u otra manera.

Lo que sí es de total trascendencia, es que por el momento nuestra Nación debe ser gobernada sin basamento ideológico, debido a que en el cambio de régimen, no de gobierno como sostienen, es imprescindible ver las cosas tal y como son, sin distorsión alguna, que permita a esta administración realizar sus labores asentado en acciones técnicas sin que se contamine por causas del espectro político.

Podrá Andrés Manuel conocer el país de cabo a rabo, pero eso no lo hace experto en el ejercicio de la administración; la gente que sabe gobernar, esos que han estado por mucho tiempo en las diferentes administraciones, están mucho más informados de los problemas de las diferentes Secretarías y las políticas públicas que debieran operar, incluso bajo la nueva visión de la 4T, porque poseen técnica, ciencia y razonamiento que han acumulado a lo largo de su servicio.

La renuncia de Carlos Urzúa a Hacienda no es de preocupar, si de ello depende la fortaleza del peso o una variación negativa en los mercados, esa no se dio ni se dará por esa renuncia, va a darse sin duda por otras muchas razones en las que incluso habremos de transitar por una recesión ineludible, la cual el Presidente no ve en el horizonte, pero que está pronosticada por el Banco de México; lo preocupante está en la denuncia que hace él mismo en cuanto a la toma de decisiones sin evidencia, sin ciencia y cargada a extremismos ideológicos.

Gobernar sin ideología implica hacer uso de esos técnicos que han transitado por Gobiernos del PRI y del PAN sin filiación alguna, que lo han hecho bajo modelos económicos y de administración diferentes, y lo único que necesitan es la guía y la visión de un político responsable que solucione con eficiencia y eficacia los problemas más apremiantes, y para ello se requiere que no se impongan advenedizos que no tienen conocimientos de la Hacienda Pública y menos aún asistidos por influyentismo.

Correo: ulisesgrmx@yahoo.com.mx

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