Este marte la ciudad estuvo de fiesta, pues se celebraron las fiestas patronales de Santo Domingo, motivo por el que la Parroquia de Santo Domingo, ubicada en la Avenida Juárez, llevó a cabo diferentes eventos con motivo de la celebración.
Entre las celebraciones, el Padre Héctor Alvarado, alentó a los feligreses a que se congregaran a pie de presbiterio, frente a la imagen de santo patrono, para entonar las tradicionales mañanitas.
Más tarde, se celebró la santa Eucaristía por los enfermos y se administró el sacramento de la unción, para que, al finalizar, las hermanas de la Pastoral Social compartieron unos ricos pambazos en el atrio del Templo Parroquial.
Finalmente, se celebró la misa solemne presidida por el párroco, el Padre Héctor Alvarado Reséndiz y concelebrada por el Padre Héctor Hernández Ugalde, Rector de los Templos de Jesusito de la Portería y San Juan de Dios, quien en su homilía hizo una reseña de su vida y su obra. Al finalizar, por la lluvia, se realizó un convivio en el Anexo del Templo Parroquial.
Santo Domingo de Guzmán, nació en el año de 1170 en Caleruega, España, y fue hijo de Félix de Guzmán y Juana de Aza. En 1190 se ordenó sacerdote. Para 1215 estableció su primera casa de predicadores, y en 1216 el Papa Honorio III aprobó y confirmó la “Orden de predicadores” y a su fundador, Domingo de Guzmán, con la cual tuvo más de 60 provincias en funcionamiento.
Agotado físicamente y enfermo de fiebre, murió el 6 de agosto de 1221, con tan solo 51 años de edad. El día de su muerte se confesó y descansó unas cuantas horas, y después, expresó a sus hermanos frailes sus últimas palabras: “tener caridad unos con otros, cuidar la humildad y hacer un tesoro de la pobreza voluntaria”. Fue canonizado un 3 de julio de 1234 por el Papa Gregorio IX.
Santo Domingo fue un predicador incansable, que ayudó a pobres y hambrientos, y que es un modelo de santidad, caridad y hermandad.