Rosalio Álvarez Monroy tiene 5 años colocando el nacimiento más grande que hay en la comunidad de La Valla, en la calle de Eucalipto. Es un nacimiento que tiene más de 300 figuras donde la más importante es un niño Dios que fue herencia de su abuela Enriqueta.
“Cuando lo empezamos no teníamos ninguna figura, empezamos a comprarlas de barro y de yeso, y después empecé a interesarme más en esto. Compramos pastores y animalitos y poco a poco fue creciendo. Fue más que nada porque nos nació ponerle un lugar bonito al niño Dios”.
Ahora su esposa Raquel Bravo es quien recibió al Niño Dios de herencia de su suegra, la señora María Cruz y para su familia es un amor bien grande y un ejemplo para los niños. “Mis hijas Estefany y Careli ponen las esferas, a los pastores y las luces que los adornan, y este año le pusimos árboles verdes. Se recoge en el mes de marzo y empezamos a montarlo entre julio y agosto”.
Para Rosalio tener este nacimiento lo hace sentirse mejor “hay que pensar en lo que podemos ofrecer a Dios y más en Navidad porque es cuando debemos pensar en el tiempo de paz y de amor. Ojalá que las familias tengan paz, tranquilidad y amor, pero no solo en Navidad, sino todo el año”.