Entre los temas que a través de pláticas que la Psc. Rosy Valencia García ha expuesto ante diferentes grupos, es “Cuando la vida deja de tener sentido”, trata sobre el suicidio sobre el que cita, que “la Organización Mundial de la Salud publicó en octubre del 2020 que cada año veinte millones de personas intentan quitarse la vida, entre ellos, un millón lo logra”; es decir, cada 40 segundos, una persona se quita la vida.
Haciendo referencia a la situación actual, para la que cita, nadie nos preparó, “en medio de cuarentenas, confinamiento, miedo al contagio, aumento de la violencia y crisis económica”, expone la importancia y prioridad de cuidar nuestra salud mental.
Habla sobre la muerte por suicidio dentro de la familia, significa, dijo, una pérdida crítica y dolorosa en la que se mezclan sentimientos de culpa, tristeza, desconcierto, miedo y vergüenza. “En nuestro país los jóvenes entre 15 y 24 años ocupan el primer lugar en sectores vulnerables, en segundo lugar se ubican personas adultas y en tercero, personas adultas mayores, y desgraciadamente se ha incrementado en niños menores de 10 años”. Con datos del Instituto de Salud de la Juventud en la ciudad de México, comenta, dio a conocer resultado de un diagnostico en el que arroja el dato que el 90% de los adolescentes viven malestar psicológico que se expresa como ansiedad, tensión y desolación.
Es necesario, cita, hablar de la depresión y cómo podemos reconocer sus síntomas: decaimiento general, sensación de incapacidad, insomnio, desesperanza sensación de vacío, baja autoestima, pensamientos caóticos, angustia, ansiedad. Y añade que el suicidio puede prevenirse al interior de la familia, cuando se generan espacios en donde se permitan expresar emociones y sentimientos de manera empática.
La persona con pensamientos suicidas siente un dolor emocional, que vive con desesperación pensando que la situación que sufre no mejorará y en su estado mental depresivo no visualiza solución alguna, sintiendo una total desolación.
Prevenir el suicidio es una tarea que nos corresponde a todos como sociedad –menciona- y recalca la necesidad de educar en valores para que éstos permitan que cada persona pueda descubrir su sentido de vida y el amor a sí mismo, es, dijo, el punto de partida. “Aprender a disfrutar la vida es todo un proceso. Tomar consciencia de que somos seres únicos e irrepetibles nos lleva a reconocer talentos y cualidades que nos fortalecen y afirman a la vida”.
Agradecer la belleza que existe en el día a día y aprender a relacionarnos desde la compasión y la empatía permitirá construir vínculos que enriquezcan de significado nuestra existencia para poder decir sí a la vida ante cualquier circunstancia, finaliza, recomendando también lecturas como: “El hombre en busca de sentido” de Víctor Frankl, “Lecciones de vida” de Elizabeth Kubler Ross, y “El poder del ahora” de Eckart Tolle.