El autor Marcial Fonseca tiene 27 años, y radica en el pueblo mágico de Tequisquiapan desde hace más de 20 años, por lo que se siente de aquí y se identifica con este lugar, porque le gusta vivir tranquilo.
El mes pasado publicó el libro “Arde bien”, un libro lleno de poesía libre, en donde escribe sobre las mujeres, las relaciones de familia y sobre sus mascotas fallecidas.
“Porque todos venimos de una mujer, ellas han sido una parte importante de mi vida, y también escribo sobre las relaciones de familia, porque creo que no les damos importancia. También habló sobre superar las pérdidas que uno tiene”.
Llevaba 10 años sin publicar algo, tuvo que valerse por sí mismo y tuvo que dejar la escritura por un tiempo, hasta que logró retomarla este año para presentar “Arde bien”. Anteriormente, ya contaba con dos escritos, la novela “16”, que escribió a los 15 años y que habla sobre una relación que tuvo cuando no tenía experiencia en las relaciones de pareja, y “Bienvenido al amor”, que son relatos y poemas de la vida diaria.
“Me gusta escribir sobre cosas que he vivido, trató de que la gente pueda aprender algo nuevo a través de las experiencias y sobre la persona que quiero llegar a ser. En este nuevo libro, creo que tienen que invertir tiempo, y hacer el ejercicio de leer entre líneas, pues hay muchos significados. Nos hace reflexionar sobre lo que tenemos”.
Al leer el poemario, uno puede notar que Marcial utiliza un lenguaje muy natural, con expresiones y palabras que usamos en la cotidianidad, lo que puede espantar a la audiencia.
“Yo siento que a veces cuando la gente llega a leer algo se espanta, al ver una palabra escrita, pero hablamos a veces de igual forma o peor. El lenguaje solo es una herramienta, y trató de ser muy fiel a como hablo, me interesa mantener la misma esencia en las cosas que escribo”.
Marcial trata siempre de escribir primero para él y después para los demás. Siempre ha estado rodeado de arte y le gusta que la gente se exprese de manera artística. El proyecto de “Arde bien” le llevó dos años terminarlo y siente que se quedó solo con lo mejor.
“Me gustaría compartir mis presentaciones con Armando Zamora, quien hizo el prólogo, y me gustaría dar uno o dos presentaciones en Tequisquiapan, con gente que esté interesada en escuchar una poesía que habla de la vida diaria y de las batallas que enfrentamos”.
Su vida como escritor le ha rendido frutos con algunas colaboraciones en medios nacionales y gracias a su poesía, ha tenido entrevistas para Argentina, Perú y México. Sin embargo, está consciente de que cada vez menos personas consumen arte.
“Con las nuevas tecnologías, la gente no se quiere adentrar al arte, estamos utilizando el tiempo en otras cosas como las redes sociales. Si alguien quiere escribir le diría que primero escriba para él, que no se fije mucho en cómo lo van a leer los demás o que no se limite a que van a decir los demás, porque al final es un filtro, las personas que te lean serán afines a ti. Escribir es muy terapéutico”.