Curación de espanto, interesante ritual otomí

El conocimiento del manejo de las hierbas de la naturaleza han otorgado a un grupo de mujeres las herramientas para combatir algunos males

Dolores Martínez | El Sol de San Juan del Río

  · sábado 15 de agosto de 2020

Foto: Luis Luévanos | El Sol de San Juan del Río.

Uno de los rituales más interesantes que se aplican en la zona indígena de San Ildefonso Tultepec, en Amealco de Bonfil, es la curación del espanto en niños menores de tres años, donde la mezcla de hierbas se compagina con un ambiente de incienso, paz y fe.

María Isabel Pascual García, es una de las miembros que integran la tienda de hierbas medicinales Dyxai (que significa para que te cures en otomí), y platicó que esta curación es recurrente en niños cuando están en la etapa de exploración, quienes en ocasiones presentan falta de apetito, sueño constante o empacho, por haberse llevado un susto.

Foto: Luis Luévanos | El Sol de San Juan del Río.

Para comenzar a con este proceso, primero en una cama se coloca una corona de hierbas donde se sienta al menor y se le pasa una vela apagada alrededor, de forma previa quienes participan en la curación piden permiso a los cuatro puntos cardinales, ya que su cosmovisión se rige a través de la naturaleza.

Posteriormente se coloca en una tina al niño para colocarle en la espalda y extremidades un emplaste de hierbas como la del zorrillo y San Nicolás que ayudan a sacar el espanto, y lo que más recomiendan es que este procedimiento se haga los días jueves a las 12:00 del día al asociarlo con el día de los Muertos, porque se cree que las almas de los niños son ahuyentadas en este momento.

Una vez que se pone el emplaste se pasa a los niños a una superficie donde se les pone una esencia en aceite con aromas florales para que después en la cama de la corona de flores les pasen el incienso que lleva en su interior tabaco puro, además la ropa se ahúma como parte de la medicina.

Foto: Luis Luévanos | El Sol de San Juan del Río.

Pascual García dijo que después de todo esto, los niños llegan a dormir hasta por tres horas seguidas como parte del reposo y se les da una infusión que deben tomar minutos después, y relató que cada zona indígena tiene un ritual diferente, y que este mismo proceso aplica para adultos mayores.