Perdieron su patrimonio en minutos

Monsetrrat

  · jueves 28 de septiembre de 2017

Habitantes de Los Manantiales se organizaron para sacar el agua que se acumuló sobre la calle principal.

“Por lo menos estamos vivos” expresaban, al borde delllanto, personas afectadas tras la catástrofe que propició que dela noche a la mañana perdieran prácticamente todas suspertenencias, luego del desbordamiento del río San Juan que dejóa su paso un panorama desolador para miles de familiassanjuanenses, que en medio de la tragedia también encontraronmuestras de solidaridad.

Los habitantes del fraccionamiento La Rueda requirieron de granparte del apoyo que les pudieran prestar, no sólo las instanciasgubernamentales, sino también  corporaciones de emergencia y decualquier tipo de ayuda que pudiera generar que cientos de familiaslograran salir, pues quedaron atrapadas en la colonia, donde elnivel del agua alcanzó más de un metro 80 centímetros dealtura.

De acuerdo a declaraciones de vecinos que lograron salir antesque todo ocurriera, hubo aviso oportuno en unas secciones de lacolonia, por lo que ante el llamado para evacuar salieron sólo condocumentos y algunas cosas que consideraron importantes, aunquetambién hubo quien prefirió quedarse, ya que temían a larapiña, la cual se desató, pues incluso durante las labores derescate hubo la detención de ocho individuos señalados por lospobladores como presuntos ladrones.

Familias enteras pasaron la noche y madrugada viendo cómo elnivel del agua se elevaba, la mayoría optó por subir a la azoteao al segundo piso, en caso que hubiera. Y es que las labores derescate en esta zona iniciaron durante la mañana de ayer, en unambiente de desesperación de los familiares que esperaban en elacceso de la colonia, el cual estaba cerrado para impedir elpaso.

Más de cinco horas duraron los trabajos de rescate, queiniciaron con dos lanchas, pero al pasar el tiempo se convirtieronen cerca de 30, que fueron aportadas por particulares, así comopor cuerpos de emergencia de los municipios vecinos, también hubouna moto acuática y llantas, todo con la intención de sacar a lamayor cantidad de personas en el menor tiempo posible.

Bomberos, policías, militares, habitantes del lugar y personasde otros sitios del municipio y del estado sumaron esfuerzos paralos trabajos de rescate, también hubo quienes llevaron agua yalgunos alimentos para los rescatistas.

La fila de personas rescatadas no tenía fin, la mayoría eranfamilias de más de cinco integrantes, muchos con niños e inclusobebés, también adultos mayores a los que les fue complicado saliry que permanecieron con algún familiar. No podían faltar lasmascotas, tal es el caso de perros, gatos y también hubo quiensalió con borregos.

Una vez que abandonaban la zona de riesgo, las personas sedirigieron a domicilios de familiares o a los albergueshabilitados: uno en el Centro Cultural y de Convenciones (Cecuco) yel otro abierto exprofeso en un salón de fiestas cercano.

Por momentos hubo inconformidad de los habitantes, que por ladesesperación de impedir la rapiña exigían a los policías queles permitieran ingresar para estar pendientes de evitar saqueos delo poco o mucho que aún pudieran rescatar.

El reclamo y malestar se trasmitió al gobernador del estado,Francisco Domínguez Servién, quien tras sobrevolar la zona enhelicóptero, arribó minutos después de las 11 de la mañana,ante él expusieron su descontento por las múltiples peticionesque han hecho a los gobiernos municipales para evitar este tipo detragedias, también las innumerables solicitudes para mejorar laseguridad de la colonia, el mandatario estableció compromisos yaseguró que regresaría en ocho días.

Debido a la lentitud con que bajan los niveles del agua en estacolonia, las labores para reconstituir la cotidianeidad tardaránen iniciar, no así en el caso del fraccionamiento Las Arboledas,donde el nivel del agua bajó de forma más rápida pero dejó aldescubierto carros encimados, muebles, electrodomésticos y unsinnúmero de objetos que las familias afectadas tendrán quedesechar. En este lugar hubo incluso el fallecimiento de unperrito, cuya dueña narró el momento de pánico queexperimentó.

“Se rompió una barda y con la fuerza abrió la puerta de micasa, toda el agua se metió, mi hija y mi nieta se quedaronencerradas en el cuarto y no las podíamos sacar, agarramos yrompimos la puerta con lo que pudimos, y la sacamos por el hoyo ami nieta de cuatro añitos y mi hija, de aquí nos tuvimos que ircaminando y el agua hasta el cuello, la niña se nos mojó, se nosmurió un perrito”.

Otro de los puntos más afectados por el desborde del río fueel fraccionamiento Las Alamedas, ubicado en las inmediaciones dePaso Ancho en la zona Centro de la ciudad, ahí decenas de familiasperdieron todo su patrimonio en tan sólo unos minutos. Según eltestimonio de los afectados, la noche del martes el agua comenzó aentrar en las viviendas rápidamente, algunos lograron salir porpropio pie, mientras que la mayoría se quedaron al interior de susviviendas sin imaginar que el nivel del agua superaría los dosmetros de altura.

Familias enteras, con niños pequeños, adultos mayores,subieron a los segundos pisos de sus viviendas para resguardarse,sin dar crédito de lo que sucedía, pues el agua llegó hasta elsegundo nivel.

Con el apoyo de bomberos, Ejército Mexicano y servicios deemergencia, decenas de familias fueron evacuadas a bordo de unalancha durante la noche y madrugada de este miércoles, quienesfueron sacados desde las ventanas del segundo piso, por lo que sedebieron romper protecciones para ponerlos a salvo.

Durante la mañana de ayer, los afectados volvieron al lugar yencontraron un  panorama desolador, vehículos aún cubiertos porla inundación, muchas de sus pertenencias dispersas por elfraccionamiento y puntos aún con elevados niveles de agua, por loque fue necesario que se rompiera una pared que colinda con lapalapa del Sindicato de Trabajadores al Servicio de los Poderes delEstado para permitir el desfogue.

Con ayuda de máquinas especiales se desazolvó el área y porla tarde algunas familias ya pudieron entrar a sus viviendas con lafinalidad de realizar tareas de limpieza o tratar de recuperaralgunas de sus pertenencias. El lugar fue visitado por elgobernador del estado, quien se comprometió a brindar el apoyonecesario a las familias.

En la colonia Los Manantiales se registraron niveles de aguanunca antes vistos, toda vez que el tirante fue de 1. 20 metros,por lo que decenas de familias tuvieron que trasladarse al alberguemunicipal habilitado en el Cecuco o con familiares cercanos paraponerse a salvo.

Desde temprana hora, vecinos se organizaron e iniciaron conacciones para desazolvar el agua concentrada sobre la calleprincipal, utilizando mangueras, bombas de agua y cubetas paraconducir el cauce a las inmediaciones del canal; conforme pasaronlas horas, los habitantes con sus recursos lograron ingresar bombasrentadas y otras prestadas, e hicieron cooperación para elcombustible, y que su operación continuara reduciendo losalmacenamientos al interior de poco más de 100 viviendas.