/ lunes 29 de abril de 2024

Ciencia y sociedad | Día de la Tierra: acciones concretas 


El Día de la Tierra, conmemorado el pasado 22 de abril, es el contexto para reflexionar sobre el estado de las políticas ambientales, el eco que tienen sobre la sociedad y el impacto que nuestras acciones tienen sobre la preservación de nuestro planeta. Ante la crisis hídrica, la contaminación ambiental, la sobreexplotación de los recursos naturales y la deforestación, es necesario preguntarnos ¿qué estamos haciendo para cuidar y proteger nuestro mundo para nosotros y también para las generaciones futuras?

A nivel individual tenemos grandes oportunidades de generar cambios en el impacto de nuestras actividades cotidianas para “darle un respiro” al planeta. Por ejemplo, el ahorro de energía eléctrica al apagar las luces de nuestro hogar que no estén siendo utilizadas y aprovechar la luz natural; desenchufar los aparatos eléctricos que no están en uso pero que consumen energía; sustituir los focos regulares por bombillas ahorradoras de energía, que además contribuirá positivamente a un ahorro en la cuenta de la luz. Hay que tomar en cuenta que, actualmente, la mayor parte de la energía eléctrica que consumimos viene de la combustión de gas, petróleo o carbón. De esta forma, si disminuimos el gasto de energía eléctrica, también consumimos menos de estos recursos no renovables y altamente contaminantes y disminuimos nuestra huella de carbono.

Disminuir el uso del automóvil sería otra buena opción, pues de acuerdo con la ONU, “los automóviles particulares generan el 18% de las emisiones de CO2, principal gas causante del efecto invernadero”.

Comprender que todo lo que compramos, comemos, vestimos, desechamos y consumimos representa una huella hídrica (consumo de agua para producir un producto o un servicio) y una huella de carbono (emisiones de contaminantes).

Es igualmente imperativo que los gobiernos asuman un papel activo en la elaboración de políticas ambientales sólidas y en la implementación de medidas concretas para reducir estas huellas ecológicas. En este proceso electoral, grupos de ambientalistas invitaron a candidatas y candidatos a presentar sus propuestas en materia ambiental, a la que acudieron 97 aspirantes de los diferentes partidos políticos. Estos documentos serán revisados y las y los expertos entregarán sus opiniones, así como ideas adicionales a quienes resulten electos a nivel de presidencias municipales, diputaciones locales y federales y senadurías.

Es indispensable contar con contrapesos que levanten la voz y, de esta forma, se exijan las acciones por parte de quienes tienen la oportunidad de incidir en las políticas públicas.

Y es que a veces, las decisiones políticas relacionadas con el medio ambiente están ligadas con intereses económicos a corto plazo; pero sin una estrategia efectiva para abordar los riesgos que la actividad humana sin visión sustentable está provocando a nuestro planeta. Muchas ideas y las propuestas están planteadas pero no se especifican los procedimientos ni los recursos. La acción en pro del medio ambiente debe de dejar de ser una promesa y convertirse en una prioridad real de nuestras agendas como individuos, instituciones, comunidades y actividades políticas. Nuestro planeta nos necesita.


*Con la colaboración de Lorena Alcalá.



El Día de la Tierra, conmemorado el pasado 22 de abril, es el contexto para reflexionar sobre el estado de las políticas ambientales, el eco que tienen sobre la sociedad y el impacto que nuestras acciones tienen sobre la preservación de nuestro planeta. Ante la crisis hídrica, la contaminación ambiental, la sobreexplotación de los recursos naturales y la deforestación, es necesario preguntarnos ¿qué estamos haciendo para cuidar y proteger nuestro mundo para nosotros y también para las generaciones futuras?

A nivel individual tenemos grandes oportunidades de generar cambios en el impacto de nuestras actividades cotidianas para “darle un respiro” al planeta. Por ejemplo, el ahorro de energía eléctrica al apagar las luces de nuestro hogar que no estén siendo utilizadas y aprovechar la luz natural; desenchufar los aparatos eléctricos que no están en uso pero que consumen energía; sustituir los focos regulares por bombillas ahorradoras de energía, que además contribuirá positivamente a un ahorro en la cuenta de la luz. Hay que tomar en cuenta que, actualmente, la mayor parte de la energía eléctrica que consumimos viene de la combustión de gas, petróleo o carbón. De esta forma, si disminuimos el gasto de energía eléctrica, también consumimos menos de estos recursos no renovables y altamente contaminantes y disminuimos nuestra huella de carbono.

Disminuir el uso del automóvil sería otra buena opción, pues de acuerdo con la ONU, “los automóviles particulares generan el 18% de las emisiones de CO2, principal gas causante del efecto invernadero”.

Comprender que todo lo que compramos, comemos, vestimos, desechamos y consumimos representa una huella hídrica (consumo de agua para producir un producto o un servicio) y una huella de carbono (emisiones de contaminantes).

Es igualmente imperativo que los gobiernos asuman un papel activo en la elaboración de políticas ambientales sólidas y en la implementación de medidas concretas para reducir estas huellas ecológicas. En este proceso electoral, grupos de ambientalistas invitaron a candidatas y candidatos a presentar sus propuestas en materia ambiental, a la que acudieron 97 aspirantes de los diferentes partidos políticos. Estos documentos serán revisados y las y los expertos entregarán sus opiniones, así como ideas adicionales a quienes resulten electos a nivel de presidencias municipales, diputaciones locales y federales y senadurías.

Es indispensable contar con contrapesos que levanten la voz y, de esta forma, se exijan las acciones por parte de quienes tienen la oportunidad de incidir en las políticas públicas.

Y es que a veces, las decisiones políticas relacionadas con el medio ambiente están ligadas con intereses económicos a corto plazo; pero sin una estrategia efectiva para abordar los riesgos que la actividad humana sin visión sustentable está provocando a nuestro planeta. Muchas ideas y las propuestas están planteadas pero no se especifican los procedimientos ni los recursos. La acción en pro del medio ambiente debe de dejar de ser una promesa y convertirse en una prioridad real de nuestras agendas como individuos, instituciones, comunidades y actividades políticas. Nuestro planeta nos necesita.


*Con la colaboración de Lorena Alcalá.