/ miércoles 21 de agosto de 2019

El Teatro de la República

PRIMER ACTO. ECONOMÍA. Nos declaramos ignorantes de muchísimas cosas, entre ellas los complejos entuertos de la Economía. En muchas ocasiones escuchamos a los expertos en estas lides disertar sobre indicadores, variables, tasas y expectativas, y francamente poco es lo que comprendemos. Además, parecen ya no ser tan certeras aquellas que fueron nuestras directrices básicas para valorar el desempeño económico. Nos referimos al tipo de cambio, el empleo y la inflación. Hoy hay crecimiento con desempleo o inflación con un tipo de cambio estable. No entendemos nada. Es el caso que un buen amigo que sí sabe de estas cuestiones pero que, a diferencia de la mayoría de los engendros de esta especie, no tiene el ego desbordado, nos explicó en forma accesible algunas cosas. Primero, nos confirmó que efectivamente los indicadores tradicionales se han venido comportando en forma distinta. Se presentan contradicciones. El mundo cambió, el comercio cambió y por ende la economía también cambió. Por ello, la manera de tratar de entenderla ya no puede ser la misma que aquella de los años 80. No hay un indicador único ni tampoco alguno infalible. Cada uno aprecia la economía desde un ángulo diverso, de ahí que en la actualidad el mejor analista económico sea el menos ortodoxo, el más dispuesto a ver desde todas las perspectivas.

SEGUNDO ACTO. DESACELERACIÓN. La economía norteamericana reporta una década de crecimiento. No obstante, la baja inflación contrasta con la paulatina reducción en el consumo. Y este fenómeno está afectando también a Europa. Se han prendido los focos rojos en Alemania, nación cuya economía marca el ritmo de la región. Dos indicadores que en cierta forma se contradicen. Además, el desarrollo de la economía China y su inevitable conflicto con la estadounidense, la inestabilidad política generadas por los peculiares estilos de gobernar de Trump, Boris Johnson y Putin, por citar algunos, y la creciente prevalencia a nivel mundial de políticas asistencialistas - los trasnochados aún las llaman de izquierda - que para muchos no son inversiones productivas, han provocado desconfianza en los mercados. En otras palabras, la economía mundial está en proceso de recesión o desaceleración, como guste llamarle. Dicen que no será una tan delicada como la de hace una década, pero que seguramente será similar a la crisis que pegó por allá del 2001. Ya veremos.

TERCER ACTO. MONREAL LE COBRA A BATRES EL DECIDIDO APOYO QUE DIO A CLAUDIA SHEINBAUM. Qué buen berrinche se aventó Martí Batres luego de perder la votación dentro del bloque morenista para su reelección como Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República. Se lo devoró, políticamente hablando, la operación del líder senatorial de Morena, Ricardo Monreal, en favor de su pupila la también senadora pero por Tabasco - qué indicativo - Mónica Fernández. Batres se le dejó ir a Monreal en redes y medios. Le dijo que ensució el proceso, que lo persiguió y combatió para sacarlo de la Mesa Directiva, que es un político faccioso incapaz de encabezar un amplio movimiento, y que con su conducta Monreal está regresando a las épocas del cacicazgo y del poder de un sólo individuo. Martí Batres no es ingenuo y menos aún un improvisado. Acusa experiencia parlamentaria, de hecho coordinó la Asamblea Legislativa de la ahora CDMX cuando con la túnica perredista fueron mayoría arrolladora. Monreal le cobra a Batres el decidido apoyo que dio a Claudia Sheinbaum en su perjuicio. Lo curioso es que nadie defendió a Martí Batres. Ese es el problema cuando no sabes o no puedes hacer equipo. No es lo mismo jugar con la camiseta de la oposición que alinear con la del gobierno en turno.

TRAS BAMBALINAS. NO CONFUNDAMOS EL PROBLEMA CON LAS VÍCTIMAS. La violencia es intolerable. Contra mujeres y contra hombres; ya sean niños, jóvenes, adultos o adultos mayores. No hay violencia tolerable, toda expresión de violencia lastima a la sociedad. El problema es la violencia. No lo confundamos con las víctimas.


Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com

PRIMER ACTO. ECONOMÍA. Nos declaramos ignorantes de muchísimas cosas, entre ellas los complejos entuertos de la Economía. En muchas ocasiones escuchamos a los expertos en estas lides disertar sobre indicadores, variables, tasas y expectativas, y francamente poco es lo que comprendemos. Además, parecen ya no ser tan certeras aquellas que fueron nuestras directrices básicas para valorar el desempeño económico. Nos referimos al tipo de cambio, el empleo y la inflación. Hoy hay crecimiento con desempleo o inflación con un tipo de cambio estable. No entendemos nada. Es el caso que un buen amigo que sí sabe de estas cuestiones pero que, a diferencia de la mayoría de los engendros de esta especie, no tiene el ego desbordado, nos explicó en forma accesible algunas cosas. Primero, nos confirmó que efectivamente los indicadores tradicionales se han venido comportando en forma distinta. Se presentan contradicciones. El mundo cambió, el comercio cambió y por ende la economía también cambió. Por ello, la manera de tratar de entenderla ya no puede ser la misma que aquella de los años 80. No hay un indicador único ni tampoco alguno infalible. Cada uno aprecia la economía desde un ángulo diverso, de ahí que en la actualidad el mejor analista económico sea el menos ortodoxo, el más dispuesto a ver desde todas las perspectivas.

SEGUNDO ACTO. DESACELERACIÓN. La economía norteamericana reporta una década de crecimiento. No obstante, la baja inflación contrasta con la paulatina reducción en el consumo. Y este fenómeno está afectando también a Europa. Se han prendido los focos rojos en Alemania, nación cuya economía marca el ritmo de la región. Dos indicadores que en cierta forma se contradicen. Además, el desarrollo de la economía China y su inevitable conflicto con la estadounidense, la inestabilidad política generadas por los peculiares estilos de gobernar de Trump, Boris Johnson y Putin, por citar algunos, y la creciente prevalencia a nivel mundial de políticas asistencialistas - los trasnochados aún las llaman de izquierda - que para muchos no son inversiones productivas, han provocado desconfianza en los mercados. En otras palabras, la economía mundial está en proceso de recesión o desaceleración, como guste llamarle. Dicen que no será una tan delicada como la de hace una década, pero que seguramente será similar a la crisis que pegó por allá del 2001. Ya veremos.

TERCER ACTO. MONREAL LE COBRA A BATRES EL DECIDIDO APOYO QUE DIO A CLAUDIA SHEINBAUM. Qué buen berrinche se aventó Martí Batres luego de perder la votación dentro del bloque morenista para su reelección como Presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República. Se lo devoró, políticamente hablando, la operación del líder senatorial de Morena, Ricardo Monreal, en favor de su pupila la también senadora pero por Tabasco - qué indicativo - Mónica Fernández. Batres se le dejó ir a Monreal en redes y medios. Le dijo que ensució el proceso, que lo persiguió y combatió para sacarlo de la Mesa Directiva, que es un político faccioso incapaz de encabezar un amplio movimiento, y que con su conducta Monreal está regresando a las épocas del cacicazgo y del poder de un sólo individuo. Martí Batres no es ingenuo y menos aún un improvisado. Acusa experiencia parlamentaria, de hecho coordinó la Asamblea Legislativa de la ahora CDMX cuando con la túnica perredista fueron mayoría arrolladora. Monreal le cobra a Batres el decidido apoyo que dio a Claudia Sheinbaum en su perjuicio. Lo curioso es que nadie defendió a Martí Batres. Ese es el problema cuando no sabes o no puedes hacer equipo. No es lo mismo jugar con la camiseta de la oposición que alinear con la del gobierno en turno.

TRAS BAMBALINAS. NO CONFUNDAMOS EL PROBLEMA CON LAS VÍCTIMAS. La violencia es intolerable. Contra mujeres y contra hombres; ya sean niños, jóvenes, adultos o adultos mayores. No hay violencia tolerable, toda expresión de violencia lastima a la sociedad. El problema es la violencia. No lo confundamos con las víctimas.


Notario Público 19 de Querétaro.

ferortiz@notaria19qro.com