/ lunes 5 de octubre de 2020

Escaño 48 | Cuando el fondo lastima mucho más que las formas

En nuestro país están sucediendo hechos inimaginables. Ahora, seis ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiraron al suelo su autonomía. Ellos, mejor que nadie, saben que la justicia no puede, ni debe someterse a consulta, la justicia debe aplicarse. Aun así, declararon constitucional la consulta ciudadana para enjuiciar a ex Presidentes. Con esto, cambiaron la constitucionalidad por la popularidad de quienes nos gobiernan.

Finalmente, la consulta tiene ya una pregunta, bastante confusa, y que seguramente querrán incluir en las boletas de las elecciones del 2021 para tratar de llevarse el “carro completo” para Morena. Sin embargo, lo que realmente deberíamos de estarnos preguntando es ¿y luego qué va a pasar? ¿Esto es sólo para desviar nuestra atención de tantos otros problemas que aquí están pasando?

Porque no sólo pasó eso. En la Cámara de Diputados buscan desaparecer 109 fideicomisos, para poner ese dinero en “una gran bolsa”. Estos recursos, que antes estaban etiquetados para usarlos en enfermedades de alto costo bajo el fondo de protección contra Gastos Catastróficos; en caso de desastres naturales, o para impulsar el deporte, la ciencia y tecnología y la cultura de nuestro país; ahora pretenden que sean utilizados en programas sociales, que Morena tratará de traducir en votos para las próximas elecciones.

Así que mientras nos distraen con hechos de forma, como consultas, rifas y ocurrencias, están pasando cosas de fondo gravísimas para México. Estamos en la crisis económica más dura de nuestra historia. Se prevé que nuestro Producto Interno Bruto va a caer más del 10% este año. Además, hay más de 78 mil muertos y más de 753 mil contagios por Covid19. Y, junto con la pandemia, han muerto miles de empresas, que no pudieron seguir abiertas y menos sin contar con apoyos del gobierno.

Necesitamos poner atención a lo que está pasando y hacer una agenda con las prioridades de los ciudadanos al centro. No queremos estar como estábamos antes, pero tampoco como estamos hoy. Por eso, entre todos construyamos un país más justo y próspero. ¡Todavía estamos a tiempo de lograrlo!

En nuestro país están sucediendo hechos inimaginables. Ahora, seis ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación tiraron al suelo su autonomía. Ellos, mejor que nadie, saben que la justicia no puede, ni debe someterse a consulta, la justicia debe aplicarse. Aun así, declararon constitucional la consulta ciudadana para enjuiciar a ex Presidentes. Con esto, cambiaron la constitucionalidad por la popularidad de quienes nos gobiernan.

Finalmente, la consulta tiene ya una pregunta, bastante confusa, y que seguramente querrán incluir en las boletas de las elecciones del 2021 para tratar de llevarse el “carro completo” para Morena. Sin embargo, lo que realmente deberíamos de estarnos preguntando es ¿y luego qué va a pasar? ¿Esto es sólo para desviar nuestra atención de tantos otros problemas que aquí están pasando?

Porque no sólo pasó eso. En la Cámara de Diputados buscan desaparecer 109 fideicomisos, para poner ese dinero en “una gran bolsa”. Estos recursos, que antes estaban etiquetados para usarlos en enfermedades de alto costo bajo el fondo de protección contra Gastos Catastróficos; en caso de desastres naturales, o para impulsar el deporte, la ciencia y tecnología y la cultura de nuestro país; ahora pretenden que sean utilizados en programas sociales, que Morena tratará de traducir en votos para las próximas elecciones.

Así que mientras nos distraen con hechos de forma, como consultas, rifas y ocurrencias, están pasando cosas de fondo gravísimas para México. Estamos en la crisis económica más dura de nuestra historia. Se prevé que nuestro Producto Interno Bruto va a caer más del 10% este año. Además, hay más de 78 mil muertos y más de 753 mil contagios por Covid19. Y, junto con la pandemia, han muerto miles de empresas, que no pudieron seguir abiertas y menos sin contar con apoyos del gobierno.

Necesitamos poner atención a lo que está pasando y hacer una agenda con las prioridades de los ciudadanos al centro. No queremos estar como estábamos antes, pero tampoco como estamos hoy. Por eso, entre todos construyamos un país más justo y próspero. ¡Todavía estamos a tiempo de lograrlo!

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