/ jueves 3 de septiembre de 2020

Tierra Adentro | Comercio sucio e ilegal

Si, así como se lee, el comercio sucio e ilegal que se denuncia en la Sierra Gorda queretana tiene que ver con el lamentable saqueo y destrucción de nidos de aves endémicas de la familia de las guacamayas, loros y periquitos entre otras especies.

El margen operativo de maniobra de las

PROFEPA es virtualmente invisible, nulo y oscuro ante los recortes presupuestales en dependencias del gobierno federal, quien sería la primer instancia responsable de atender el tema.

La denuncia hecha a través de la radio, por el ambientalista Roberto Pedraza Ruiz, sobre el mercado sucio e ilegal a través del tráfico de aves, extraídas ilegalmente de comunidades de Pinal de Amoles, Jalpan de Serra y Landa de Matamoros, para su comercialización, luego de una larga y triste vida en cautiverio.

Se sabe quiénes son, se conoce su modo de operar, pero no pasa nada. La PROFEPA no alcanza a responder y los gobiernos estatal y municipales mirando, también sin responder.

Se sabe que para que un aves sea comercializada, primero se derriban árboles de hasta trescientos años de edad para extraer los nidos, que en gran porcentaje quedan destruidos desde la caída del enorme encino milenario.

Urge acabar con el saqueo y debilitamiento de nuestra hermosa y envidiable serranía queretana.

Si, así como se lee, el comercio sucio e ilegal que se denuncia en la Sierra Gorda queretana tiene que ver con el lamentable saqueo y destrucción de nidos de aves endémicas de la familia de las guacamayas, loros y periquitos entre otras especies.

El margen operativo de maniobra de las

PROFEPA es virtualmente invisible, nulo y oscuro ante los recortes presupuestales en dependencias del gobierno federal, quien sería la primer instancia responsable de atender el tema.

La denuncia hecha a través de la radio, por el ambientalista Roberto Pedraza Ruiz, sobre el mercado sucio e ilegal a través del tráfico de aves, extraídas ilegalmente de comunidades de Pinal de Amoles, Jalpan de Serra y Landa de Matamoros, para su comercialización, luego de una larga y triste vida en cautiverio.

Se sabe quiénes son, se conoce su modo de operar, pero no pasa nada. La PROFEPA no alcanza a responder y los gobiernos estatal y municipales mirando, también sin responder.

Se sabe que para que un aves sea comercializada, primero se derriban árboles de hasta trescientos años de edad para extraer los nidos, que en gran porcentaje quedan destruidos desde la caída del enorme encino milenario.

Urge acabar con el saqueo y debilitamiento de nuestra hermosa y envidiable serranía queretana.