La fotoperiodista Natalia Monroy, originaria de la Ciudad de México y dedicada a las artes visuales, estuvo presente en el Festival ANIMASIVO brindando el taller de animación documental.
Natalia ha estado en el mundo de la foto documental y del fotoperiodismo desde hace más de 10 años.
“Me fui adentrando al arte visual que hacía de manera autodidacta y he explorado diferentes disciplinas artísticas. He tenido oportunidad de trabajar con alguno de los ANIMASIVOS y estoy muy feliz de compartir con la gente que asiste a los talleres”, detalló.
El taller de animación documental, es una introducción a la conjugación de estos dos mundos, para la artista, se puede jugar con la fotografía y darle movimiento.
“Es entender el documental, como esta práctica donde la escucha y la observación atenta y consciente, se vuelven fundamentales para tener una percepción distinta de las personas y del espacio y esto llevado al mundo de la animación, entendiendo la animación como consecuencia de imágenes en movimiento”.
La idea del taller fue hacer una experiencia más cercana y cotidiana.
“Me enfoqué en trabajar la animación con herramientas que tenemos muy a la mano, sobre todo el celular, para poder jugar y experimentar con herramientas cotidianas que pueden ser sencillas y fáciles de usar para hacer animación, justamente de pronto tenemos esta idea de cómo la animación es una especialidad demasiado compleja, pero también nos sirve para presentar lo que hacemos, nuestras miradas y nuestras creaciones”.
Su vida artística ha estado enfocada a la gestión cultural y se dedica a hacer fotografía, video y animación. Ha trabajado en “La sandía digital” que es una colectiva de mujeres que inicio en la Ciudad de México en el 2011. También ha colaborado con “SubVersiones”, que es una agencia de medios independientes y actualmente trabaja con una colectiva en Perú que se llama “Cine en movimiento” en donde se encuentra realizando un documental.
“Mi consejo principal es explorar sin miedo. En la animación no hay errores, ya que hasta el error es parte de lo bonito, como jugar, y no solo en la animación si no en la vida en general, nos hace falta liberar nuestros prejuicios de cómo debe debemos hacer las cosas e ir aprendiendo. Conforme más vayamos practicando más vamos aprendiendo”.
Sobre el festival y el tema de la inclusión, Natalia Monroy comento: “me parece bastante importante y relevante y sobre todo en este número dedicado a la inclusión, aprender los unos de los otros, es nos da la oportunidad de poder conocernos sin prejuicios, se me hace súper valioso. Es una oportunidad para todos y todas: talleristas, participantes, festival, localidades, es una oportunidad de mucho enriquecimiento humano e intelectual”.