La estampa era del Señor del Sacromonte a la que se atribuyeron milagros entre la población de la entonces Villa de San Juan, luego de que un arriero de apellido García Sánchez se la obsequió a su hermana enferma a quien le fue solicitada para pedir por la salud de personas de aquí, hecho que se propagó entre la comunidad, e inició así la gran devoción.
Una capilla construida en un terreno donado por el Ayuntamiento, a petición de los hermanos García Sánchez solicitando licencia del Gobernador a través de un escrito dirigido al Ayuntamiento con fecha 7 de julio de 1826, recibiendo respuesta favorable el 4 de agosto de 1826, es el antecedente del Templo del Señor del Sacromonte el cual, forma parte de los Monumentos Históricos de nuestro municipio, con registro ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia: 220160010755.
Quedó ubicado en lo que era la calle Nacional -hoy Av. Juárez- y la Plazuela del Sacromonte, “Su fachada tiene la portada hecha de cantera, ventana coral en forma de rectángulo, torre de campanario al lado derecho y en la torre del lado izquierdo conserva el reloj público que fue donado por el Gobernador del Estado, el coronel don Benito Zenea. El reloj para uso público fue traído desde Londres al puerto de Veracruz”. (Libro: Un acercamiento a los Documentos del Archivo Histórico Municipal. María del Mar Santana Calderón).
Entre los datos que en el libro “San Juan del Río Geografía e Historia” del ilustre sanjuanense, don Rafael Ayala Echávarri, hace referencia a que el culto de la venerada imagen fue en aumento; se cita al Br. Ignacio Alanís quien se encomendó a ésta y sanando de una grave enfermedad, como agradecimiento le mandó hacer un nicho de madera fina.
“El prior del convento de Santo Domingo padre Arviña, enfermó de gravedad y pidió la imagen, habiendo sanado, retuvo la imagen y junto con los vecinos del Barrio nuevo”, arreglaron el humilde jacal de los hermanos García, donde se hizo un pequeño oratorio.
Cabe citar que a través de limosnas de los sanjuanenses de aquel entonces y con algunos apoyos se construyó el Templo, que al concluirse, fue motivo de gran festividad religiosa que duró 9 días, iniciando el 20 de noviembre de 1831 con la bendición y dedicación del Templo, misa solemne, procesiones, pirotecnia; con invitados de honor como el Gobernador del Estado don Juan José Fernández de Jáuregui, la presencia de religiosos de Santo Domingo y San Juan del Dios, y el señor cura párroco do José Ignacio Camacho, fungió como orador. Fue un acontecimiento que congregó a los sanjuanenses la entonces Villa.