/ domingo 20 de enero de 2019

Al nuevo gobierno le falta claridad: Laura Castellanos

Para la periodista Laura Castellanos el discurso de Andrés Manuel López Obrador es contradictorio y preocupante sobre todo en temas de comunitarios e indígenas

En México se encuentran documentados más de 500 conflictos comunitarios ─algunos de ellos con fuerte poder subversivo─, que, a decir de la periodista Laura Castellanos, responden a sendos agravios cometidos por agentes del Estado mexicano a lo largo de la historia.

Estos conflictos, afirma Castellanos, son todo un reto para el nuevo gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, quien no ha sido claro en la forma en que hará justicia y evitará la impunidad, lo que provoca incertidumbre, ya que incurre en un discurso doble, contradictorio y preocupante.

Acuciosa seguidora de movimientos sociales de corte guerrillero, comunitarios y de autodefensa Laura Castellanos acaba de publicar el libro Crónica de un país embozado (ERA, 2018), por cuyas páginas desfilan desde el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y las autodefensas de Michoacán, hasta algún militante del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, los anarquistas urbanos de la Ciudad de México y diversos grupos de resistencia indígena en defensa de su territorio y recursos naturales.


“Yo no pienso que estas distintas opiniones conformen un frente común ni que estén articuladas. Tampoco que sea inminente una acción insurreccional en contra del gobierno. Cada una de estas expresiones tiene su propios detonantes, posiciones ideológicas, estrategias militares, pero sí creo que el punto donde convergen es que enfrentan la violencia estructural del Estado. Es decir, no sólo han detonado por razones económicas o políticas sino que responden a graves violaciones y delitos de lesa humanidad y también a la defensa de sus territorios”, asegura.

Para ella este punto, el de la defensa del territorio, será el gran tema en el sexenio de López Obrador,por la grave acumulación histórica de despojos legitimados por reformas constitucionales de corte neoliberal, como por el grado de impunidad en la que se ha actuado tanto en hechos de violencia como de saqueo de recursos.

Y es donde ve poco contundente al actual gobierno: “Por un lado durante su campaña manifestó su deseo de hacer valer los acuerdos de San Andrés Larráinzar, para legitimar la libre autodeterminación de los pueblos indígenas, pero, por otro, impone megaproyectos como el del Tren Maya o el corredor del Istmo de Tehuantepec, sin que se cumpla el derecho a la información y a la consulta que por ley le corresponde a las comunidades.

Foto: Alejandro Aguilar | El Sol de México


“Dijo con Carmen Aristegui que la consulta sobre el Tren Maya se va a hacer en marzo, pero al mismo tiempo ya está echando a andar todo lo administrativo e invita a empresarios turísticos y desarrolladores a invertir en él”.

Lo mismo para el caso de las autodefensas sobre las que ha expresado comprensión para sus motivos, pero durante su toma de posesión aseguró que se detendrá a quienes estén en posesión ilegal de un arma.

Y así en más temas: “Por un lado se dice respetuoso del medio ambiente y por otro lado tiene vínculos y cercanía con empresarios mineros. Asegura, de igual manera, que se va a echar a andar una consulta sobre la Guardia Nacional, cuyos alcances y esquema apenas se está legislando, pero simultáneamente ya está convocando al enrolamiento de jóvenes por parte de instancias militares”.

SI NO HAY JUSTICIA

Castellanos, quien también es autora de México Armado (ERA, 2007), un libro ya clásico sobre las guerrillas socialistas de México en las décadas de los 60 a los 80, percibe que de no haber justicia durante la actual administración para tantos agravios, seguirá habiendo expresiones de subversión.

“¿Por qué? Por que se estaría perpetuando un sistema de justicia que no funciona y sería el gran mensaje tanto para los agentes del Estado como para los caciques locales, para los represores, de que se puede seguir matando; que se puede seguir desapareciendo personas en este país y no pasa nada. De que se puede seguir reprimiendo, sofocando movimientos sociales de inconformidad; de que se puede seguir criminalizando, deteniendo, encarcelando a líderes de oposición, aplastando guerrillas o aplastando comunidades, y no pasa nada. Sería un pésimo mensaje de impunidad”, remata.

La periodista reconoce el gran bono democrático con el que llega al poder López Obrador, pero teme que se mantengan las injustas condiciones estructurales en el sistema político y económico, que generan la violencia hacia la población

“No olvidemos que en el sexenio de Peña Nieto fue donde hubo más masacres con intervención de agentes del Estado en la historia moderna del país y si el gobierno de López Obrador refiere, por un lado, que va haber perdón y amnistía, pero por otro que los casos que tengan en curso una investigación seguirán, pues no queda claro si ganará la impunidad o habrá castigo para los responsables”.

Foto: Cuartoscuro


Y hace un paralelismo de los tiempos actuales con lo que pasó en los años 60 y 70 del siglo pasado, cuando al quedar impunes las masacres hacia grupos indígenas y estudiantiles en diversas partes del país fueron auténticos semilleros de guerrillas, que eran en ese momento un fenómeno subversivo en Occidente, no privativo de México.

“Esas masacres siguen impunes. Las que se han cometido de los 60 para acá todas están impunes en comunidades, en distintas partes del país, en Guerrero, en Oaxaca, más recientemente en Michoacán. Hay ahí un cúmulo de agravios. Y han tenido relevos generacionales: yo en este libro entrevisto a un joven guerrillero del ERPI que tiene su raíz en los años 70, aunque él ya reivindica la exigencia de aparición de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa”, explica Castellanos.

Es decir que desde su punto de vista hay una nueva generación marcada por la desaparición de estos 43 normalistas y que es vista ya por su generación como el terremoto social del siglo XXI, como la violación de lesa humanidad más grave después de la matanza del 68. Entonces pues ahí está su conclusión de que si hay impunidad seguirá habiendo subversión.


AUTOGOBIERNOS QUE FUNCIONAN

Respecto de los movimientos de autodefensa y autogobierno que podrían ser amparados de aprobarse en el Congreso los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, Laura Castellanos ve que, sin esa ley, los primeros corren un grave peligro frente a la indefinición del gobierno de reconocerles plena existencia jurídica, ya que se quedarían inermes para defender sus territorios y posesiones del acecho de criminales y de la voracidad de agentes empresariales y del Estado mexicano.

Sobre los segundos, refiere que derivado de sus incursiones reporteriles en zonas donde los pueblos suelen ejercer su autonomía, las cosas tienden a ser mejores, más horizontales. “Tienen menos corrupción porque hay una interlocución y participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. Una experiencia más radical pero que está funcionando es la de los zapatistas”.

Foto: Cuartoscuro


Señala que en los territorios chiapanecos que controlan y donde están asentadas sus bases cortaron toda relación institucional con cualquier gobierno, ningún partido político entra, y sin embargo cohabitan con militantes de partidos y otras comunidades, en distintos espacios y asentamientos, de militancia diversa.

Puede haber zapatistas, priistas, perredistas hasta en una misma familia, pero la mayoría, a donde va a resolver sus problemas de violencia o sus problemas judiciales es a las Juntas de Buen Gobierno zapatistas o van a atenderse a las clínicas de salud zapatistas,dicho no sólo por ella sino por antropólogos que se han ido meses a estudiar a ver cómo funciona el sistema de la autonomía zapatista.

Más todavía, la periodista e investigadora social pone como ejemplo el reciente caso de Cherán, en Chiapas, al que la Suprema Corte de Justicia le reconoció su derecho a la autonomía y a no ser gobernado por el sistema de partidos políticos.

“Tienen la posibilidad de decidir su presupuesto y de elegir por usos y costumbres a sus autoridades, a sus regidores; a quienes los van a gobernar el siguiente año. Hay quienes van a dar cuentas a la población y escuchar a la ciudadanía,entonces esa es una experiencia”.


MÁS MUJERES Y JÓVENES

Un fenómeno que da esperanza a Laura Castellanos y que le parece pertinente destacar, es que en todas estas manifestaciones de inconformidad frente a las injusticias, de reclamos por defender sus territorios de la voraz explotación comercial y del anhelo por conducir ellos mismos sus propios destinos hay cada vez más jóvenes y mujeres. Que no es un asunto ya sólo de hombres.

Entrevé que en el escenario de la subversión mexicana hay nuevos actores, hay nuevos protagonistas. Hay cada vez más jóvenes y más mujeres. Las redes sociales han ayudado a que sin recursos económicos enormes las comunidades se unan y se informen, y sean cada vez más conscientes y organizadas.

Foto: Cuartoscuro | Ilustrativa


“Para mi, esta multiplicidad de resistencias habla de que hay una ciudadanía rural e indígena que se inconforma y que exige sus derechos. Eso es muy importante y que en ese horizonte estos jóvenes actores que son mujeres van empoderándose eso es lo que a mi realmente me da una esperanza”.

Toma en cuenta que López Obrador llegó a la Presidencia también con una buena parte de voto indígena, pero espera que sus programas sociales no acaben dividiendo o acotando toda esta vitalidad de las comunidades.

En México se encuentran documentados más de 500 conflictos comunitarios ─algunos de ellos con fuerte poder subversivo─, que, a decir de la periodista Laura Castellanos, responden a sendos agravios cometidos por agentes del Estado mexicano a lo largo de la historia.

Estos conflictos, afirma Castellanos, son todo un reto para el nuevo gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, quien no ha sido claro en la forma en que hará justicia y evitará la impunidad, lo que provoca incertidumbre, ya que incurre en un discurso doble, contradictorio y preocupante.

Acuciosa seguidora de movimientos sociales de corte guerrillero, comunitarios y de autodefensa Laura Castellanos acaba de publicar el libro Crónica de un país embozado (ERA, 2018), por cuyas páginas desfilan desde el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y las autodefensas de Michoacán, hasta algún militante del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, los anarquistas urbanos de la Ciudad de México y diversos grupos de resistencia indígena en defensa de su territorio y recursos naturales.


“Yo no pienso que estas distintas opiniones conformen un frente común ni que estén articuladas. Tampoco que sea inminente una acción insurreccional en contra del gobierno. Cada una de estas expresiones tiene su propios detonantes, posiciones ideológicas, estrategias militares, pero sí creo que el punto donde convergen es que enfrentan la violencia estructural del Estado. Es decir, no sólo han detonado por razones económicas o políticas sino que responden a graves violaciones y delitos de lesa humanidad y también a la defensa de sus territorios”, asegura.

Para ella este punto, el de la defensa del territorio, será el gran tema en el sexenio de López Obrador,por la grave acumulación histórica de despojos legitimados por reformas constitucionales de corte neoliberal, como por el grado de impunidad en la que se ha actuado tanto en hechos de violencia como de saqueo de recursos.

Y es donde ve poco contundente al actual gobierno: “Por un lado durante su campaña manifestó su deseo de hacer valer los acuerdos de San Andrés Larráinzar, para legitimar la libre autodeterminación de los pueblos indígenas, pero, por otro, impone megaproyectos como el del Tren Maya o el corredor del Istmo de Tehuantepec, sin que se cumpla el derecho a la información y a la consulta que por ley le corresponde a las comunidades.

Foto: Alejandro Aguilar | El Sol de México


“Dijo con Carmen Aristegui que la consulta sobre el Tren Maya se va a hacer en marzo, pero al mismo tiempo ya está echando a andar todo lo administrativo e invita a empresarios turísticos y desarrolladores a invertir en él”.

Lo mismo para el caso de las autodefensas sobre las que ha expresado comprensión para sus motivos, pero durante su toma de posesión aseguró que se detendrá a quienes estén en posesión ilegal de un arma.

Y así en más temas: “Por un lado se dice respetuoso del medio ambiente y por otro lado tiene vínculos y cercanía con empresarios mineros. Asegura, de igual manera, que se va a echar a andar una consulta sobre la Guardia Nacional, cuyos alcances y esquema apenas se está legislando, pero simultáneamente ya está convocando al enrolamiento de jóvenes por parte de instancias militares”.

SI NO HAY JUSTICIA

Castellanos, quien también es autora de México Armado (ERA, 2007), un libro ya clásico sobre las guerrillas socialistas de México en las décadas de los 60 a los 80, percibe que de no haber justicia durante la actual administración para tantos agravios, seguirá habiendo expresiones de subversión.

“¿Por qué? Por que se estaría perpetuando un sistema de justicia que no funciona y sería el gran mensaje tanto para los agentes del Estado como para los caciques locales, para los represores, de que se puede seguir matando; que se puede seguir desapareciendo personas en este país y no pasa nada. De que se puede seguir reprimiendo, sofocando movimientos sociales de inconformidad; de que se puede seguir criminalizando, deteniendo, encarcelando a líderes de oposición, aplastando guerrillas o aplastando comunidades, y no pasa nada. Sería un pésimo mensaje de impunidad”, remata.

La periodista reconoce el gran bono democrático con el que llega al poder López Obrador, pero teme que se mantengan las injustas condiciones estructurales en el sistema político y económico, que generan la violencia hacia la población

“No olvidemos que en el sexenio de Peña Nieto fue donde hubo más masacres con intervención de agentes del Estado en la historia moderna del país y si el gobierno de López Obrador refiere, por un lado, que va haber perdón y amnistía, pero por otro que los casos que tengan en curso una investigación seguirán, pues no queda claro si ganará la impunidad o habrá castigo para los responsables”.

Foto: Cuartoscuro


Y hace un paralelismo de los tiempos actuales con lo que pasó en los años 60 y 70 del siglo pasado, cuando al quedar impunes las masacres hacia grupos indígenas y estudiantiles en diversas partes del país fueron auténticos semilleros de guerrillas, que eran en ese momento un fenómeno subversivo en Occidente, no privativo de México.

“Esas masacres siguen impunes. Las que se han cometido de los 60 para acá todas están impunes en comunidades, en distintas partes del país, en Guerrero, en Oaxaca, más recientemente en Michoacán. Hay ahí un cúmulo de agravios. Y han tenido relevos generacionales: yo en este libro entrevisto a un joven guerrillero del ERPI que tiene su raíz en los años 70, aunque él ya reivindica la exigencia de aparición de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa”, explica Castellanos.

Es decir que desde su punto de vista hay una nueva generación marcada por la desaparición de estos 43 normalistas y que es vista ya por su generación como el terremoto social del siglo XXI, como la violación de lesa humanidad más grave después de la matanza del 68. Entonces pues ahí está su conclusión de que si hay impunidad seguirá habiendo subversión.


AUTOGOBIERNOS QUE FUNCIONAN

Respecto de los movimientos de autodefensa y autogobierno que podrían ser amparados de aprobarse en el Congreso los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, Laura Castellanos ve que, sin esa ley, los primeros corren un grave peligro frente a la indefinición del gobierno de reconocerles plena existencia jurídica, ya que se quedarían inermes para defender sus territorios y posesiones del acecho de criminales y de la voracidad de agentes empresariales y del Estado mexicano.

Sobre los segundos, refiere que derivado de sus incursiones reporteriles en zonas donde los pueblos suelen ejercer su autonomía, las cosas tienden a ser mejores, más horizontales. “Tienen menos corrupción porque hay una interlocución y participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. Una experiencia más radical pero que está funcionando es la de los zapatistas”.

Foto: Cuartoscuro


Señala que en los territorios chiapanecos que controlan y donde están asentadas sus bases cortaron toda relación institucional con cualquier gobierno, ningún partido político entra, y sin embargo cohabitan con militantes de partidos y otras comunidades, en distintos espacios y asentamientos, de militancia diversa.

Puede haber zapatistas, priistas, perredistas hasta en una misma familia, pero la mayoría, a donde va a resolver sus problemas de violencia o sus problemas judiciales es a las Juntas de Buen Gobierno zapatistas o van a atenderse a las clínicas de salud zapatistas,dicho no sólo por ella sino por antropólogos que se han ido meses a estudiar a ver cómo funciona el sistema de la autonomía zapatista.

Más todavía, la periodista e investigadora social pone como ejemplo el reciente caso de Cherán, en Chiapas, al que la Suprema Corte de Justicia le reconoció su derecho a la autonomía y a no ser gobernado por el sistema de partidos políticos.

“Tienen la posibilidad de decidir su presupuesto y de elegir por usos y costumbres a sus autoridades, a sus regidores; a quienes los van a gobernar el siguiente año. Hay quienes van a dar cuentas a la población y escuchar a la ciudadanía,entonces esa es una experiencia”.


MÁS MUJERES Y JÓVENES

Un fenómeno que da esperanza a Laura Castellanos y que le parece pertinente destacar, es que en todas estas manifestaciones de inconformidad frente a las injusticias, de reclamos por defender sus territorios de la voraz explotación comercial y del anhelo por conducir ellos mismos sus propios destinos hay cada vez más jóvenes y mujeres. Que no es un asunto ya sólo de hombres.

Entrevé que en el escenario de la subversión mexicana hay nuevos actores, hay nuevos protagonistas. Hay cada vez más jóvenes y más mujeres. Las redes sociales han ayudado a que sin recursos económicos enormes las comunidades se unan y se informen, y sean cada vez más conscientes y organizadas.

Foto: Cuartoscuro | Ilustrativa


“Para mi, esta multiplicidad de resistencias habla de que hay una ciudadanía rural e indígena que se inconforma y que exige sus derechos. Eso es muy importante y que en ese horizonte estos jóvenes actores que son mujeres van empoderándose eso es lo que a mi realmente me da una esperanza”.

Toma en cuenta que López Obrador llegó a la Presidencia también con una buena parte de voto indígena, pero espera que sus programas sociales no acaben dividiendo o acotando toda esta vitalidad de las comunidades.

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