París, Francia | AFP.- Trece veces coronado en Roland Garros. Ni la cifra asociada a la mala suerte, ni un calendario previsto hecho trizas por la pandemia de covid-19, ni la ausencia de público, o el frío otoñal en París, hicieron vacilar a Rafa Nadal en su trono de rey de la tierra batida.
Trasladado a octubre debido a la pandemia de coronavirus, el Grand Slam parisino se disputó en unas inusuales condiciones de temperatura y humedad que no convenían al juego del tenista español.
Superado en cuartos de final en Roma ante el argentino Diego Schwartzman, Nadal entró por derecho propio entre los más grandes de la raqueta al conquistar semanas después su 20º 'Grande'.
Y lo hizo con una exhibición en la final ante uno de sus rivales acérrimos, el serbio Novak Djokovic, al que aplastó 6-0, 6-2 y 7-5, bajo el techo retráctil de la pista Philippe Chatrier, igualando la histórica marca de 20 torneos de Grand Slam del suizo Roger Federer.
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