La mirada de Miriam Martínez | La casa del refresco, historia efervescente

Ricardo Campos lleva 27 años coleccionando botellas de refresco que datan desde 1953

Miriam Martínez | Diario de Querétaro

  · domingo 24 de septiembre de 2023

Foto: Miriam Martínez | Diario de Querétaro


En un rincón de la Cañada en el Marqués, Querétaro, se encuentra un tesoro escondido que despierta la nostalgia de décadas pasadas y celebra la efervescencia de la cultura de las bebidas gasificadas. La Casa del Refresco, una colección reunida durante 27 años por Ricardo Campos alberga más de mil 600 piezas de botellas de vidrio que datan desde 1953 hasta el presente año.

El amor por el coleccionismo de refrescos se encendió en Ricardo con una botella de Sprite de 1994 que trajo desde Veracruz, debido a su llamativa singularidad. Desde entonces, su pasión lo ha llevado a recopilar estas joyas líquidas. Amigos, conocidos y familiares han contribuido a su crecimiento, trayendo botellas de otros estados y países durante sus viajes.

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Para expandir su colección, Ricardo se aventura en tianguis de pulgas por toda la Ciudad de México, explorando lugares como La Lagunilla, La Merced, Tepito y, en ocasiones, Guadalajara. Todas las piezas en su colección mantienen su líquido original y corcholata, lo que añade un valor histórico y autenticidad a la muestra.

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A medida que el plástico ha desplazado al vidrio en la industria de los refrescos, las botellas de vidrio se han vuelto una rareza. Aun así, la Casa del Refresco se ha convertido en un museo en gestación con planes de abrir sus puertas al público en marzo o abril del 2024. Mientras tanto, se pueden realizar visitas con previa cita en su página de facebook “La Casa Del Refresco”, y el acceso es completamente gratuito.

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Dentro de la colección destacan piezas emblemáticas como el refresco Sansón que remonta a las décadas de los 70 y 80. La diversidad geográfica está representada con refrescos de todos los estados de la República Mexicana y de otros países como Costa Rica, España, Estados Unidos, Canadá, Paraguay, Uruguay, Italia e Inglaterra, entre otros. Cada corcholata revela el lugar de fabricación y el año, y las piezas más lejanas provienen de Arabia Saudita y Líbano.

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Ricardo ha invertido hasta 500 pesos en una sola botella, y algunas de sus piezas se cotizan en línea por más de 2000 pesos. Con su incansable pasión y dedicación, La Casa del Refresco se convierte en un homenaje al efervescente mundo de los refrescos de vidrio y una ventana al pasado que aguarda ser descubierta por los visitantes.

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