/ sábado 6 de mayo de 2023

La mujer que pasó 25 años encerrada en el ático de su casa

Pasó de ser hermosa y radiante a perturbadora y aterradora, viviendo entre ratas, cucarachas, comida podrida y excremento y aunque no lo creas, la culpable de ese infierno fue su madre

El primero de marzo de 1849 en Francia, nació Blanche Monnier, en una familia completamente acomodada y respetada de la socialité francesa, una familia que frecuentaba fiestas, galas benéficas y elegantes reuniones, su madre era una mujer con clase, bastante recatada y con una imagen perfecta ante la sociedad, mientras su padre era decano y profesor de universidad.

Cuando Blanche tenía 26 años conoció a un hombre que la flechó perdidamente un abogado republicano que era mucho mayor que ella y que se encontraba en bancarrota, así que cuando los padres se enteraron que la joven quería casarse con él, ellos se opusieron y harían todo lo necesario para que ese matrimonio no se llevara a cabo.

La madre de Blanche decidió que la encerrarían en el ático de la casa hasta que se asegurara que rechazaría a aquel abogado, fue así que en 1876, Blanche Monnier desapareció sin dejar rastro, nunca nadie más supo de ella, ni siquiera su enamorado y cuando los padres eran cuestionados sobre su hija, siempre cambiaban la versión.

A los pocos meses de ese encierro la joven empezó a perder la cordura, comenzó a ver fantasmas, se negaba a comer e incluso decidió que la ropa no era algo necesario, lo más increíble era que todos en esa casa sabían que estaba encerrada, incluso las empleadas domésticas pero nadie se atrevía a decirlo.

Poco después el papá de la jóven falleció pero la madre, supo que no dejaría salir a su hija de aquel encierro; en 1896 la encargada principal de cuidar a Blanche murió y por lo tanto la joven quedó más desatendida.

En 1899 la ahora viuda, madre de Blanche decidió contratar a dos nuevas empleadas domésticas.

Un día, el Procurador General de París recibió una carta que decía, “Señor Fiscal General, tengo el honor de informarle de un suceso excepcionalmente grave, me refiero a una solterona que está encerrada en la casa de madame Monnier, medio muerta de hambre y ha vivido en una cama podrida durante los últimos 25 años”, al fiscal le pareció extraño por la reputación que tenía la familia, aún así envió a la policía.

El jueves 23 de mayo de 1901 el comisario del lugar y varios agentes más llegaron a la casa de la familia Monnier, al entrar la casa aparecía totalmente normal, cuando vieron la puerta que llevaba al ático se sorprendieron pues estaba cerrada con cadenas y muchos candados, fue en ese momento que pidieron que se abriera la puerta y aunque se resistieron, lo hicieron, así todo el error salió a la luz.

La habitación estaba en completa oscuridad con un olor espantoso, sobre un colchón sucio vieron la sombra de un esqueleto gris que al parecer estaba respirando, quitaron la lona de las ventanas para que entrara luz, vieron ratas y cucarachas saliendo de donde estaba la mujer sin ropa, con desnutrición extrema, con el cabello largo, orines, gusanos y más cosas repugnantes.

Blanche tenía 52 años cuando fue rescatada, su madre fue arrestada al día siguiente; el 8 de junio de 1901 encerraron a la mujer y dos semanas después le dio un infarto, se fue de este mundo sin pagar lo que hizo pagar a su hija.

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Justo después de ser rescatada, se llevaron a Blanche a que le dieran ayuda médica, casi no reaccionaba, solo parpadeaba de vez en cuando, solamente pesaba 24 kg, tenía tan poca fuerza que no podía mantenerse de pie; un año después cuando recuperó su peso, limpia y rapada, la llevaron a un hospital psiquiátrico, donde la diagnosticaron con histeria, anorexia, esquizofrenia y coprofilia, es decir, gusto por las heces. El 13 de octubre de 1913, a la edad de 64 años, falleció.


El primero de marzo de 1849 en Francia, nació Blanche Monnier, en una familia completamente acomodada y respetada de la socialité francesa, una familia que frecuentaba fiestas, galas benéficas y elegantes reuniones, su madre era una mujer con clase, bastante recatada y con una imagen perfecta ante la sociedad, mientras su padre era decano y profesor de universidad.

Cuando Blanche tenía 26 años conoció a un hombre que la flechó perdidamente un abogado republicano que era mucho mayor que ella y que se encontraba en bancarrota, así que cuando los padres se enteraron que la joven quería casarse con él, ellos se opusieron y harían todo lo necesario para que ese matrimonio no se llevara a cabo.

La madre de Blanche decidió que la encerrarían en el ático de la casa hasta que se asegurara que rechazaría a aquel abogado, fue así que en 1876, Blanche Monnier desapareció sin dejar rastro, nunca nadie más supo de ella, ni siquiera su enamorado y cuando los padres eran cuestionados sobre su hija, siempre cambiaban la versión.

A los pocos meses de ese encierro la joven empezó a perder la cordura, comenzó a ver fantasmas, se negaba a comer e incluso decidió que la ropa no era algo necesario, lo más increíble era que todos en esa casa sabían que estaba encerrada, incluso las empleadas domésticas pero nadie se atrevía a decirlo.

Poco después el papá de la jóven falleció pero la madre, supo que no dejaría salir a su hija de aquel encierro; en 1896 la encargada principal de cuidar a Blanche murió y por lo tanto la joven quedó más desatendida.

En 1899 la ahora viuda, madre de Blanche decidió contratar a dos nuevas empleadas domésticas.

Un día, el Procurador General de París recibió una carta que decía, “Señor Fiscal General, tengo el honor de informarle de un suceso excepcionalmente grave, me refiero a una solterona que está encerrada en la casa de madame Monnier, medio muerta de hambre y ha vivido en una cama podrida durante los últimos 25 años”, al fiscal le pareció extraño por la reputación que tenía la familia, aún así envió a la policía.

El jueves 23 de mayo de 1901 el comisario del lugar y varios agentes más llegaron a la casa de la familia Monnier, al entrar la casa aparecía totalmente normal, cuando vieron la puerta que llevaba al ático se sorprendieron pues estaba cerrada con cadenas y muchos candados, fue en ese momento que pidieron que se abriera la puerta y aunque se resistieron, lo hicieron, así todo el error salió a la luz.

La habitación estaba en completa oscuridad con un olor espantoso, sobre un colchón sucio vieron la sombra de un esqueleto gris que al parecer estaba respirando, quitaron la lona de las ventanas para que entrara luz, vieron ratas y cucarachas saliendo de donde estaba la mujer sin ropa, con desnutrición extrema, con el cabello largo, orines, gusanos y más cosas repugnantes.

Blanche tenía 52 años cuando fue rescatada, su madre fue arrestada al día siguiente; el 8 de junio de 1901 encerraron a la mujer y dos semanas después le dio un infarto, se fue de este mundo sin pagar lo que hizo pagar a su hija.

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Justo después de ser rescatada, se llevaron a Blanche a que le dieran ayuda médica, casi no reaccionaba, solo parpadeaba de vez en cuando, solamente pesaba 24 kg, tenía tan poca fuerza que no podía mantenerse de pie; un año después cuando recuperó su peso, limpia y rapada, la llevaron a un hospital psiquiátrico, donde la diagnosticaron con histeria, anorexia, esquizofrenia y coprofilia, es decir, gusto por las heces. El 13 de octubre de 1913, a la edad de 64 años, falleció.


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