Con casi ocho de años de experiencia y con reconocimientos por destacar la cultura Otomí en fotografías, Emilia Aguilar Hernández, originaria del municipio de Amealco de Bonfil, ha descubierto en esta profesión la puerta para expresar sentimientos y emociones sin tener que usar las palabras.
El sueño empezó en el año 2014, cuando su papá le regaló su primera cámara modelo sony cyber-shot, la amelcense relató que tomaba fotografías de cualquier cosa solo por gusto, como paisajes, animales, plantas o cualquier objeto llamativo que se le presentara, sin tener conocimiento práctico o teórico, pero con una afición muy grande.
Explicó que el campo de esta actividad es muy amplio, dado que hay muchos géneros fotográficos a los que se puede dedicar dependiendo de lo que le guste y de ahí emana la riqueza y diversidad de todas las fotografías que se pueden observar día a día.
Con ayuda de amigos y familiares, Emilia Aguilar comenzó a practicar la fotografía de retrato, por lo que hoy en día es lo que realiza con mayor frecuencia, detalló que principalmente busca expresar la esencia de las personas, compartir su estilo y su personalidad, destacar sus cualidades y sus atributos, así como su yo interior, “siempre busco capturar una fotografía al natural, una sonrisa espontánea y una mirada distraída” expresó la joven fotógrafa.
Desarrolló el proyecto fotográfico titulado “Ya mfeni der pa ne bo nhöthö" (Memorias del alma y corazón otomí) en el cual, retrató a 11 jóvenes indígenas de la comunidad de San Ildefonso Tultepec, tiempo después, presentó una de las fotografías en la exposición “Miradas”, que tenía como temática principal al municipio de Amealco, posteriormente ganó el primer lugar en categoría de vestuario en el concurso de fotografía de día de muertos del Patronato de las Fiestas del Estado de Querétaro.
A pesar de que muchas veces la profesión no es valorada, las cosas buenas son mayores, ya que esta profesión le ha dejado amistades, conocimientos y la fortuna de explorar lugares de su municipio, así como aprender sobre su cultura y tradiciones de este.
“Mi meta es mejorar en lo que hago pues aún me falta mucho por aprender, pero también realizar más proyectos fotográficos en donde pueda dar a conocer más de mi pueblo, sus tradiciones y sus costumbres. Además de incursionar en la fotografía comercial específicamente de moda pues me gustaría hacer retratos de estudio de manera profesional”, comentó la amelcense.
Finalmente, Emi, como le gusta ser llamada, dio un mensaje para los jóvenes que están persiguiendo una meta, que si tienen la posibilidad de tomar cursos para aprender más sobre lo que les gusta, ya sea en cualquier tipo de arte o deporte, empleen su tiempo en ello, porque al final todo lo que traerá consigo será acercarse más a cumplir sus metas. Pero, sobre todo, que cuando tengan las oportunidades las tomen pues eso irá contribuyendo a que sigan creciendo en lo que más les gusta.