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Según los lugareños, era el año de 1917, el hijo de un importante hacendado de San Juan del Río seguía por el camino del ejido Buenavista a un par de hombres que iban montando a caballo, uno de ellos había provocado el reparto de las tierras de la hacienda familiar. Lleno de ira, aquel muchacho se acercó a ellos, desenfundó un arma y disparó en varias ocasiones al culpable de la desgracia familiar.
En el sendero, quedó tirado Pedro F. Osorio, el hombre que logró el reparto agrario de las tierras de la Hacienda de Santa Rita, propiedad del primer presidente municipal de San Juan del Río, José Severiano Ayala Marín. Cerca de él, con vida, estaba el joven José María Álvarez Martínez, el testigo que sería encargado de difundir e implantar esta historia en las generaciones.
Después de la muerte de Pedro F. Osorio, todos sus familiares huyeron de la comunidad de Buenavista por el miedo a que los parientes de don José Severiano Ayala Marín los buscarán para recetarles el mismo destino que al líder agrarista. La estirpe de los Osorio quedó extinta de la localidad. Se dice que don José Severiano y familia hicieron lo propio, trasladándose a Michoacán.
Primera escuela rural
Todo pueblo tiene un héroe y el de Buenavista se llama Pedro F. Osorio -o al menos eso dicen sus habitantes-, un hombre cuya historia se volvió un relato que ha pasado de generación en generación, una historia que aún se mantiene viva, que niega a desaparecer de la memoria de la gente de esta pequeña comunidad ubicada al sur del municipio de San Juan del Río.
De acuerdo con el subdelegado municipal, Uriel Álvarez Uribe, la historia de Pedro F. Osorio es importante por el reparto agrario que logró en beneficio de los campesinos de esta zona en las vísperas de la revolución mexicana, pues a través de su lucha consiguió que la Hacienda de Santa Rita se repartiera en cuatro ejidos que actualmente son Sabino Chico, Tunamanza, Buenavista y Santa Rita.
La historia del líder agrarista, cuenta, también es valiosa porque fue el maestro rural que fundó la primera escuela primaria de la zona sur del municipio en 1915, aproximadamente. Institución a la que acudieron los hijos de los campesinos de las comunidades aledañas a Buenavista. Escuela que hoy más de 100 años después se mantiene en pie, con el nombre de su fundador en la fachada y negada a desaparecer como las hazañas del mismo.
Refiere que la escuela primaria Pedro F. Osorio es esencial para la historia de Buenavista al grado de que cuando en 2019 directivos del plantel buscaban derrumbarla para construir instalaciones modernas, habitantes y padres de familia se opusieron a ello y decidieron emprender las tareas de remodelación.
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Tardaron tres meses en rehabilitar la primera aula de enseñanza de la zona sur del municipio, en las tareas participaron hombres y mujeres de la comunidad, todos ex alumnos de esta institución, como es el caso de don J. Remedios Pérez González, un hombre de 81 años que colaboró para rescatar su escuela y quien dice que ahora hace falta una secundaria.
Álvarez Uribe reflexiona y comenta que la comunidad se ha quedado un tanto atrasada en el aspecto educativo, pues de contar con la primera escuela en toda esta zona de San Juan de Río, hoy, en pleno 2022, subraya, no hay instituciones de otros niveles educativos para el beneficio de los jóvenes de la región.
De manera diaria, 74 niños caminan más de 10 minutos por una calle en malas condiciones, llena de piedras, convertida en río en temporadas de lluvia. Transitan por esta vereda para llegar a esa aula emblemática y así conocer la historia de quien luchó y murió por los derechos de sus antepasados… nada diferente a lo que sucede hoy en día.
