La mañana de ayer una nueva vida fue cobrada por la autopista de la “muerte”, la carretera 57, en su interminable tramo de reparaciones, en el kilómetro 172 poco después de San Gil, esta vez se trató de un tráiler cuyo chofer salió despedido y murió aplastado por un muro de concreto de la zona de obras y al cual le cayó un contenedor de las plataformas que jalaba el titan del camino.
En esta ocasión fue alrededor de las seis y media de la mañana de ayer cuando según testigos, el pesado que llevaba dos plataformas iba hacia el norte, pero al llegar al punto el conductor se fue hacia el camellón central.
En la desenfrenada carrera del pesado, el operador salió expulsado de su cabina, al caer a la tierra uno de los muros de concreto le cayó encima, y en seguida el contenedor, para después detenerse al chocar contra un letrero que derribó y provocó el cierre de la carretera en ambas direcciones.
El que iba al volante de otro tráiler que iba hacia el sur manifestó que iba pasando por el punto y al caer el letrero le alcanzó a pegar, pero su daño no fue tan grave y que incluso un carro estuvo a punto de ser aplastado por la señalética.
Tras la confusión mucha gente se detuvo para tratar de brindar ayuda, pero solo se constató que el operador había perdido la vida, al lugar acudieron elementos de la Guardia Nacional División Carreteras.
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Los elementos solo se limitaron a acordonar la zona y tratar de dar vialidad en ambas direcciones de la carretera 57; este percance ocurre cuando se han presentado más de setenta en lo que va de año en este tramo de reparaciones, sin que ninguna autoridad lleve a cabo alguna acción por evitar que este tramo mortal cobre más vidas.