/ domingo 1 de septiembre de 2019

El Cronista Sanjuanense

El origen de la estatua de Benito Juárez de San Juan del Río


Esta estatua de origen fue mandada a hacer y fue colocada sobre un ba­samento sobre la entonces Avenida Juárez pero de la ciudad de Santiago de Querétaro, justo a las afueras de la Alameda Hidalgo. La actual Avenida Zaragoza tenía en su parte intermedia, a la altura de la entrada a la alameda, un monu­mento a manera de gran pedestal, que en su parte más alta soportaba una estatua del presidente de México don Benito Juárez, de cuerpo entero. Ese monumento fue retirado para dar paso a uno nuevo y de muy gran tamaño, hecho de piedra y cantera, que se mandó construir en la cima del Cerro de las Campanas y que fue inaugurado el 15 de mayo de 1967 por el presidente Gustavo Díaz Ordaz y el gobernador Manuel González de Cosío, con motivo del centenario del triunfo de la República. El primer monumento fue demolido y el nombre de la avenida fue cambia­do a Ignacio Zaragoza, lo único que sobrevivió de él fue la estatua, misma que fue donada al Ayuntamiento de San Juan del Río.

Es así como San Juan del Río se hace de esta estatua y la autoridad municipal decide construir un monumento en la plancha de la antigua plazuela del Sacromonte (hoy Jardín de la Familia); en efecto se llevó a cabo y permaneció ahí pocos años, después fue cambiado a otro que se edificó en el cruce de las avenidas Juárez y Castillo de Chapultepec, que es el que vemos hasta nuestros días.

Entre los que estudiamos la historia y somos observadores, hemos dis­cutido sobre el detalle que presenta la estatua en fotografías que existen de su ubicación en la capital del estado, la estatua porta un bastón, pero Juárez nunca uso bastón. Entre debates se comentaron algunas posibilidades: 1. A lo mejor se trataba de una estatua reutilizada, es decir, el cuerpo de otro personaje al que se le añadió la cabeza de don Benito. 2. Pudo habérsele puesto ese bastón para lograr la esta­bilidad de la estatua y evitar su balanceo o caída, es decir, lograr la segura sujeción a la base del monumento. 3. Por desconocimiento simplemente le colocaron un bastón porque así les pareció “aprovechable”, en fin.

Otro detalle es la postura. Por lo general las estatuas de Benito Juárez deben ser de cuerpo entero, de pie, vistiendo levita, sujetando con la mano izquierda las Leyes de Reforma y con la derecha la Constitución mexicana. En algunas puede llevar abrazado el lábaro patrio y también puede ir con un brazo ex­tendido y la mano señalando al poniente, en alusión a su frase “así como el sol se oculta, así llegó el ocaso de la opresión y al mismo tiempo el arribo de la libertad”.

Vale la pena observar que esta estatua, hoy en día no sostiene nada en las manos, pero está dis­puesta para sujetar las Leyes de Reforma y la Constitución. La estatua es de bronce, pero hoy es dorada porque a alguien se le ocurrió pintarla así.

El monumento a Benito Juárez en San Juan del Río, está pues fincado en la aveni­da a la que le dio también su nomenclatura, misma que adquirió desde el 21 de marzo del año 1906, al conmemorarse cien años de su natalicio, momento en el que se dejaron atrás las nomenclaturas de Calle Real y Calle Nacional para simplemente ser la Avenida Juárez.

Una anécdota relata que durante un tiempo, a partir de que llegó esta estatua a la ciudad de San Juan del Río, fue guardada en lo que era la antigua cárcel y a la pregunta “¿Dónde está Benito Juárez?” se respondía “Está en la cárcel”.

El origen de la estatua de Benito Juárez de San Juan del Río


Esta estatua de origen fue mandada a hacer y fue colocada sobre un ba­samento sobre la entonces Avenida Juárez pero de la ciudad de Santiago de Querétaro, justo a las afueras de la Alameda Hidalgo. La actual Avenida Zaragoza tenía en su parte intermedia, a la altura de la entrada a la alameda, un monu­mento a manera de gran pedestal, que en su parte más alta soportaba una estatua del presidente de México don Benito Juárez, de cuerpo entero. Ese monumento fue retirado para dar paso a uno nuevo y de muy gran tamaño, hecho de piedra y cantera, que se mandó construir en la cima del Cerro de las Campanas y que fue inaugurado el 15 de mayo de 1967 por el presidente Gustavo Díaz Ordaz y el gobernador Manuel González de Cosío, con motivo del centenario del triunfo de la República. El primer monumento fue demolido y el nombre de la avenida fue cambia­do a Ignacio Zaragoza, lo único que sobrevivió de él fue la estatua, misma que fue donada al Ayuntamiento de San Juan del Río.

Es así como San Juan del Río se hace de esta estatua y la autoridad municipal decide construir un monumento en la plancha de la antigua plazuela del Sacromonte (hoy Jardín de la Familia); en efecto se llevó a cabo y permaneció ahí pocos años, después fue cambiado a otro que se edificó en el cruce de las avenidas Juárez y Castillo de Chapultepec, que es el que vemos hasta nuestros días.

Entre los que estudiamos la historia y somos observadores, hemos dis­cutido sobre el detalle que presenta la estatua en fotografías que existen de su ubicación en la capital del estado, la estatua porta un bastón, pero Juárez nunca uso bastón. Entre debates se comentaron algunas posibilidades: 1. A lo mejor se trataba de una estatua reutilizada, es decir, el cuerpo de otro personaje al que se le añadió la cabeza de don Benito. 2. Pudo habérsele puesto ese bastón para lograr la esta­bilidad de la estatua y evitar su balanceo o caída, es decir, lograr la segura sujeción a la base del monumento. 3. Por desconocimiento simplemente le colocaron un bastón porque así les pareció “aprovechable”, en fin.

Otro detalle es la postura. Por lo general las estatuas de Benito Juárez deben ser de cuerpo entero, de pie, vistiendo levita, sujetando con la mano izquierda las Leyes de Reforma y con la derecha la Constitución mexicana. En algunas puede llevar abrazado el lábaro patrio y también puede ir con un brazo ex­tendido y la mano señalando al poniente, en alusión a su frase “así como el sol se oculta, así llegó el ocaso de la opresión y al mismo tiempo el arribo de la libertad”.

Vale la pena observar que esta estatua, hoy en día no sostiene nada en las manos, pero está dis­puesta para sujetar las Leyes de Reforma y la Constitución. La estatua es de bronce, pero hoy es dorada porque a alguien se le ocurrió pintarla así.

El monumento a Benito Juárez en San Juan del Río, está pues fincado en la aveni­da a la que le dio también su nomenclatura, misma que adquirió desde el 21 de marzo del año 1906, al conmemorarse cien años de su natalicio, momento en el que se dejaron atrás las nomenclaturas de Calle Real y Calle Nacional para simplemente ser la Avenida Juárez.

Una anécdota relata que durante un tiempo, a partir de que llegó esta estatua a la ciudad de San Juan del Río, fue guardada en lo que era la antigua cárcel y a la pregunta “¿Dónde está Benito Juárez?” se respondía “Está en la cárcel”.