/ martes 9 de abril de 2024

#EntreNetas | El valor de los hechos


Cuando escuchamos a un político, más ahora en tiempos de campaña, hablar de sus diagnósticos, propuestas o posturas, observamos que generalmente se sostienen en dichos y no en hechos. Es común que alteren la realidad, la desvirtúen a su antojo y transmitan “sus verdades”. Sobran afirmaciones que, en una simple declaración, borran de un plumazo los hechos. Habladurías sostenidas en percepciones y opiniones individuales y no información basada en los hechos. Generalmente cuando se ignora la realidad y se desprecia el valor de los hechos, se recurre al discurso populista que se lleva al extremo.

Es muy común encontrar gobernantes que pregonan mantener un país en paz, cuando los hechos, los acontecimientos y las estadísticas, señalan justamente todo lo contrario. Es fácil escuchar candidatos que ofrecen obras o programas que son claramente inviables presupuestalmente ante los hechos de los números de la recaudación.

Por algo se dice que uno tiene el derecho a tener sus propias opiniones, pero no “sus propios” hechos. Un hecho es algo que ya ocurrió y quedó establecido. Al señalar un hecho nos estamos refiriendo, en lo general, a situaciones o acciones tal y como han sucedido públicamente y en las que no caben alteraciones personales.

Los hechos son objetivos y se forman de elementos demostrables; en cambio las opiniones sobre los hechos son subjetivas y se forman desde la perspectiva individual. Por eso hay hechos históricos, hechos científicos, hechos naturales, hechos jurídicos, entre muchos otros; e incluso, éstos, pudieran con el paso del tiempo, modificarse o ajustarse, pero nuevamente a partir de nuevos hechos.

La política, el debate parlamentario, las campañas electorales y las discusiones de los asuntos públicos deben darse siempre a partir de los hechos. Es el primer paso para encontrar puntos de partida sobre los cuales opinar y contrastar. Coincidir en los hechos no debe ser lo difícil, todo lo contrario, son los hechos los que nos permitirán identificar lo que funciona y no funciona, lo que debe corregirse o mejorarse. En el valor de los hechos está el futuro de la concordia nacional.


*Diputado Federal PAN


Cuando escuchamos a un político, más ahora en tiempos de campaña, hablar de sus diagnósticos, propuestas o posturas, observamos que generalmente se sostienen en dichos y no en hechos. Es común que alteren la realidad, la desvirtúen a su antojo y transmitan “sus verdades”. Sobran afirmaciones que, en una simple declaración, borran de un plumazo los hechos. Habladurías sostenidas en percepciones y opiniones individuales y no información basada en los hechos. Generalmente cuando se ignora la realidad y se desprecia el valor de los hechos, se recurre al discurso populista que se lleva al extremo.

Es muy común encontrar gobernantes que pregonan mantener un país en paz, cuando los hechos, los acontecimientos y las estadísticas, señalan justamente todo lo contrario. Es fácil escuchar candidatos que ofrecen obras o programas que son claramente inviables presupuestalmente ante los hechos de los números de la recaudación.

Por algo se dice que uno tiene el derecho a tener sus propias opiniones, pero no “sus propios” hechos. Un hecho es algo que ya ocurrió y quedó establecido. Al señalar un hecho nos estamos refiriendo, en lo general, a situaciones o acciones tal y como han sucedido públicamente y en las que no caben alteraciones personales.

Los hechos son objetivos y se forman de elementos demostrables; en cambio las opiniones sobre los hechos son subjetivas y se forman desde la perspectiva individual. Por eso hay hechos históricos, hechos científicos, hechos naturales, hechos jurídicos, entre muchos otros; e incluso, éstos, pudieran con el paso del tiempo, modificarse o ajustarse, pero nuevamente a partir de nuevos hechos.

La política, el debate parlamentario, las campañas electorales y las discusiones de los asuntos públicos deben darse siempre a partir de los hechos. Es el primer paso para encontrar puntos de partida sobre los cuales opinar y contrastar. Coincidir en los hechos no debe ser lo difícil, todo lo contrario, son los hechos los que nos permitirán identificar lo que funciona y no funciona, lo que debe corregirse o mejorarse. En el valor de los hechos está el futuro de la concordia nacional.


*Diputado Federal PAN