/ martes 30 de enero de 2024

#EntreNetas | Un gobierno que no te sirve 


¿Para qué construir un tren turístico, si no hay sistemas de transporte público de calidad en la amplia mayoría de las zonas metropolitanas del país? ¿Para qué apostar por mantener a los militares en la calle, si no existe un plan integral para fortalecer a las policías locales? ¿Por qué aumentar únicamente los programas sociales, si se destruyen al mismo tiempo los sistemas públicos de salud y de educación? ¿Cuál es la justificación racional para construir una refinería, cuando el mundo entero busca generar energías limpias? ¿Para qué dividir a los mexicanos, si cuando nos unimos somos más chingones? ¿Para qué desaparecer al Fondo Nacional de Desastres Naturales si vivimos en un país tan grande y por ello propenso constantemente a contingencias ambientales? ¿Para qué cancelar un aeropuerto de primera, si su cancelación resultaba más costosa que su conclusión? ¿Para qué rehacer los libros de educación pública si los nuevos tienen errores e imprecisiones? ¿Por qué alardear con el combate a la corrupción, si los familiares directos del presidente y sus colaboradores se encuentran señalados de actos ilícitos reiteradamente? ¿Cómo hablar de justicia, si se pretende controlar al Poder Judicial? ¿Cómo hablar de democracia, si se insiste en desaparecer al Instituto Nacional Electoral? ¿Cómo presumir el tipo de cambio del dólar si hay poco empleo y salarios bajos? ¿Cómo presumir las remesas si ello implica un fracaso nacional? ¿Cómo hablar del respeto a los derechos humanos, con una oficialista al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos? ¿Cómo decir que la inseguridad ha disminuido, si a diario hay 90 muertes en promedio y gran parte del país es controlado cínicamente por cárteles y extorsiones?

Hay una respuesta común para estas preguntas: la perversidad de un discurso político que busca mantener su clientelismo electoral.

No importan los resultados, importan los votos. No cabe la solución, lo que reditúa políticamente al presidente es la miseria y son los problemas. No vale la unión, divididos es la estrategia. En junio próximo elegiremos entre la continuidad de un gobierno que no te sirve y otro que pueda cambiar las cosas.


*Diputado Federal PAN



¿Para qué construir un tren turístico, si no hay sistemas de transporte público de calidad en la amplia mayoría de las zonas metropolitanas del país? ¿Para qué apostar por mantener a los militares en la calle, si no existe un plan integral para fortalecer a las policías locales? ¿Por qué aumentar únicamente los programas sociales, si se destruyen al mismo tiempo los sistemas públicos de salud y de educación? ¿Cuál es la justificación racional para construir una refinería, cuando el mundo entero busca generar energías limpias? ¿Para qué dividir a los mexicanos, si cuando nos unimos somos más chingones? ¿Para qué desaparecer al Fondo Nacional de Desastres Naturales si vivimos en un país tan grande y por ello propenso constantemente a contingencias ambientales? ¿Para qué cancelar un aeropuerto de primera, si su cancelación resultaba más costosa que su conclusión? ¿Para qué rehacer los libros de educación pública si los nuevos tienen errores e imprecisiones? ¿Por qué alardear con el combate a la corrupción, si los familiares directos del presidente y sus colaboradores se encuentran señalados de actos ilícitos reiteradamente? ¿Cómo hablar de justicia, si se pretende controlar al Poder Judicial? ¿Cómo hablar de democracia, si se insiste en desaparecer al Instituto Nacional Electoral? ¿Cómo presumir el tipo de cambio del dólar si hay poco empleo y salarios bajos? ¿Cómo presumir las remesas si ello implica un fracaso nacional? ¿Cómo hablar del respeto a los derechos humanos, con una oficialista al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos? ¿Cómo decir que la inseguridad ha disminuido, si a diario hay 90 muertes en promedio y gran parte del país es controlado cínicamente por cárteles y extorsiones?

Hay una respuesta común para estas preguntas: la perversidad de un discurso político que busca mantener su clientelismo electoral.

No importan los resultados, importan los votos. No cabe la solución, lo que reditúa políticamente al presidente es la miseria y son los problemas. No vale la unión, divididos es la estrategia. En junio próximo elegiremos entre la continuidad de un gobierno que no te sirve y otro que pueda cambiar las cosas.


*Diputado Federal PAN