/ miércoles 3 de abril de 2024

La pista | Primer debate


En pocos años la democracia mexicana ha cambiado significativamente las reglas y la forma de organizar los debates entre candidatos presidenciales. Inicialmente, el paradigma para lograr la organización de estos debates tenía en el centro de los intereses y estrategia de partidos y contendientes. Con el tiempo, ante la creciente penetración de los medios de comunicación en prácticamente todos los espacios de la vida cotidiana y el fortalecimiento de las condiciones de equidad e imparcialidad de las elecciones.

Los primeros debates presidenciales se remontan a principios del siglo XX, pero no se popularizaron hasta la década de 1960, con la llegada de la televisión. El debate presidencial de 1960 entre Richard Nixon y John F. Kennedy es considerado uno de los más importantes de la historia, ya que se cree que Kennedy ganó la elección gracias a su mejor apariencia y presencia televisiva.

Desde entonces, los debates presidenciales fueron ganando importancia, tanto en los Estados Unidos como en otros países del mundo. En la actualidad, son un evento mediático de gran magnitud, que suele ser seguido por millones de personas en todo el mundo.

En México considero que ha habido dos paradigmas de los debates realizados desde 1994 al 2018. Este del 2018 cambió los esquemas y el gran paradigma de efectuar un debate menos cuadrado. También es claro en el 2018 el entonces candidato López Obrador, llegó con una amplia ventaja en las encuestas y su forma de enfrentar los debates fue retadora y ante los ataques relajado, para él en ese momento fue cómodo quizás porque era oposición.

En el 2018 fueron 5 candidatos presidenciales los que debatieron, el escenario real de los debates de hace 6 años eran el malestar y el enojo generalizado entre los mexicanos: una población al punto del hartazgo que reconocía entre sus principales males a la corrupción sistémica, la violencia, los desaparecidos y la desigualdad.

Y los debates pasaron y la intención de voto no se alteró en nada.

El domingo es el primer debate presidencial de este proceso electoral del 2024, hoy las circunstancias son diferentes para la candidata oficial. El país está metido en una terrible inseguridad y las quejas de los servicios de salud a flor de piel.

El debate del domingo que se llevará a cabo en el día 38 de campaña podrá cambiar las encuestas y la posible intención de voto, esa es la gran interrogante.


En pocos años la democracia mexicana ha cambiado significativamente las reglas y la forma de organizar los debates entre candidatos presidenciales. Inicialmente, el paradigma para lograr la organización de estos debates tenía en el centro de los intereses y estrategia de partidos y contendientes. Con el tiempo, ante la creciente penetración de los medios de comunicación en prácticamente todos los espacios de la vida cotidiana y el fortalecimiento de las condiciones de equidad e imparcialidad de las elecciones.

Los primeros debates presidenciales se remontan a principios del siglo XX, pero no se popularizaron hasta la década de 1960, con la llegada de la televisión. El debate presidencial de 1960 entre Richard Nixon y John F. Kennedy es considerado uno de los más importantes de la historia, ya que se cree que Kennedy ganó la elección gracias a su mejor apariencia y presencia televisiva.

Desde entonces, los debates presidenciales fueron ganando importancia, tanto en los Estados Unidos como en otros países del mundo. En la actualidad, son un evento mediático de gran magnitud, que suele ser seguido por millones de personas en todo el mundo.

En México considero que ha habido dos paradigmas de los debates realizados desde 1994 al 2018. Este del 2018 cambió los esquemas y el gran paradigma de efectuar un debate menos cuadrado. También es claro en el 2018 el entonces candidato López Obrador, llegó con una amplia ventaja en las encuestas y su forma de enfrentar los debates fue retadora y ante los ataques relajado, para él en ese momento fue cómodo quizás porque era oposición.

En el 2018 fueron 5 candidatos presidenciales los que debatieron, el escenario real de los debates de hace 6 años eran el malestar y el enojo generalizado entre los mexicanos: una población al punto del hartazgo que reconocía entre sus principales males a la corrupción sistémica, la violencia, los desaparecidos y la desigualdad.

Y los debates pasaron y la intención de voto no se alteró en nada.

El domingo es el primer debate presidencial de este proceso electoral del 2024, hoy las circunstancias son diferentes para la candidata oficial. El país está metido en una terrible inseguridad y las quejas de los servicios de salud a flor de piel.

El debate del domingo que se llevará a cabo en el día 38 de campaña podrá cambiar las encuestas y la posible intención de voto, esa es la gran interrogante.

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