/ miércoles 7 de agosto de 2019

Deliberativos

Visibilizar a los invisibles


México vive una etapa de transformación de la vida pública encabezada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien ha expresado que tendrán preferencia los humildes y olvidados. Este es el caso de la comunidad afromexicana de nuestro país, que por años ha transitado en la sombra de la historia y peor aún, fuera de nuestro marco jurídico y de la protección de las leyes.

Sin embargo, gracias a la preocupación y ocupación de distintos órganos gubernamentales esto dejó de ser una realidad, para poder transformarla para bien. Nuestra nación guarda una gran diversidad cultural y la génesis de ello son nuestros pueblos, como lo ha sido el pueblo afromexicano.

Según datos del INEGI existen 1 millón 381 mil 853 personas que se consideran afromexicanos hasta el 2015, representando 1.2 por ciento de la población nacional. Hasta hoy, muy pocas dependencias de gobierno incluían a las personas, comunidades y pueblos afromexicanos en la toma de decisiones que les involucran y afectan directamente. Lo que configuraba una situación de discriminación estructural.

No obstante, gracias al apoyo del gobierno federal desde el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas el pasado mes de junio se llevó a cabo el “Proceso de Consulta Previa, Libre e Informada para la Reforma Constitucional y Legal sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y Afromexicano”, con lo que se realizaron 54 foros regionales en todo el país, con el fin de escuchar todas esas voces que no tenían una plataforma para hacerlo.

Me es grato informar que la reforma constitucional en este tema ya es una realidad, y desde la LIX legislatura de Querétaro ya la aprobamos, con el fin de establecer el reconocimiento necesario de las comunidades afromexicanas en nuestra Carta Magna, particularmente en el artículo 2.

Es por esto que hemos dado el primer paso para el pleno reconocimiento de sus derechos, pero aún tenemos trabajo por hacer. Lo que sigue ahora es lograr una asignación de recursos económicos, para la creación de instituciones y programas particulares de atención a los pueblos, comunidades y personas afrodescendientes.

Visibilizar a los invisibles


México vive una etapa de transformación de la vida pública encabezada por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien ha expresado que tendrán preferencia los humildes y olvidados. Este es el caso de la comunidad afromexicana de nuestro país, que por años ha transitado en la sombra de la historia y peor aún, fuera de nuestro marco jurídico y de la protección de las leyes.

Sin embargo, gracias a la preocupación y ocupación de distintos órganos gubernamentales esto dejó de ser una realidad, para poder transformarla para bien. Nuestra nación guarda una gran diversidad cultural y la génesis de ello son nuestros pueblos, como lo ha sido el pueblo afromexicano.

Según datos del INEGI existen 1 millón 381 mil 853 personas que se consideran afromexicanos hasta el 2015, representando 1.2 por ciento de la población nacional. Hasta hoy, muy pocas dependencias de gobierno incluían a las personas, comunidades y pueblos afromexicanos en la toma de decisiones que les involucran y afectan directamente. Lo que configuraba una situación de discriminación estructural.

No obstante, gracias al apoyo del gobierno federal desde el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas el pasado mes de junio se llevó a cabo el “Proceso de Consulta Previa, Libre e Informada para la Reforma Constitucional y Legal sobre Derechos de los Pueblos Indígenas y Afromexicano”, con lo que se realizaron 54 foros regionales en todo el país, con el fin de escuchar todas esas voces que no tenían una plataforma para hacerlo.

Me es grato informar que la reforma constitucional en este tema ya es una realidad, y desde la LIX legislatura de Querétaro ya la aprobamos, con el fin de establecer el reconocimiento necesario de las comunidades afromexicanas en nuestra Carta Magna, particularmente en el artículo 2.

Es por esto que hemos dado el primer paso para el pleno reconocimiento de sus derechos, pero aún tenemos trabajo por hacer. Lo que sigue ahora es lograr una asignación de recursos económicos, para la creación de instituciones y programas particulares de atención a los pueblos, comunidades y personas afrodescendientes.