/ domingo 5 de abril de 2020

El Cronista Sanjuanense - El piojito

El piojito

En la ciudad de San Juan del Río existió un teatro. Originalmente fue llamado Calderón -no se sabe la fecha exacta de su construcción, pero para el año 1865 ya existía- se habla de que era hecho de madera y muy incómodo. Fue remodelado en 1891, cuando ocurrió la primera feria de San Juan, y se le cambió el nombre a Teatro Cosío en honor al gobernador del estado Francisco González de Cosío. En esta etapa se consolidó la construcción propiamente como un teatro el cual estuvo ubicado en la antigua calle de Don Esteban (actual 16 de Septiembre). Los espectáculos en San Juan se presentaban con la misma propiedad que en las demás ciudades de la República. Se daban funciones de zarzuela, drama y comedia muchas veces representadas por compañías que pasaban con rumbo del bajío.

En 1911 se le llamó Teatro Hidalgo, motivado por el centenario de la Independencia. Era un precioso y elegantísimo teatro, propiedad del Ayuntamiento. Durante el gobierno estatal de Saturnino Osornio, cerca del año 1935, el inmueble fue vendido, el edificio derrumbado y en su lugar se construyó un edificio para albergar un cine: el Cinelandia.

Este cine, propiedad de la compañía Circuito Montes, S.A. de C.V., era conocido en San Juan como "el piojito". Surgió en los años 50's del siglo XX. Los sanjuanenses se emperifollaban para ir al cine, sobre todo los domingos, día en que se abarrotaba. Eran buenos tiempos donde por solo unos tres o cuatro pesos, podía uno disfrutar de corrido dos o tres películas, pues la permanencia era voluntaria. Había matiné con las películas para los niños y a partir de las 4 de la tarde iniciaban las familiares y para adultos, que no pornográficas.

A lo largo de casi cuatro décadas el cine fue uno de los espectáculos más concurridos y populares en México, así como la lucha libre, las corridas de toros y los partidos de fútbol.

El Cinelandia tenía su dulcería. Para quienes lo conocimos resultaba un oasis de guzguería. Comprar los apetecibles pero desabridos sándwiches en triángulo, las copas de helado, los Pon Pons, las lunetas, los refrescos y por supuesto las deliciosas palomitas de maíz.

A partir de los años 80's fue que el Cinelandia comenzó a exhibir casi puras películas de corte pornográfico, las de clasificación "D", e igual de permanencia voluntaria y con intermedio...que vergüenza cuando encendían la luz.

El Cinelandia, también sirvió para llevar a cabo eventos sociales y políticos: graduaciones, informes de gobierno, presentación de eventos culturales -la ceremonia de premiación de los Juegos Florales se llevó a cabo por primera vez allí en 1965 y en algunos otros años-, entre otros.

En esos tiempos, cuando aún no existían las plazas comerciales ni las salas múltiples (esos llegaron un poco después), ir al cine era un lujo posible para las mayorías y a la vez todo un suceso. Las idas al cine en aquellos años se han convertido en algo memorable.

El Circuito Montes se disolvió a finales de la década de los noventa con la llegada de las modernas cadenas cinematográficas transnacionales. También surgió el video, que le vino a dar el tiro de gracia. Proliferaron centenares de videoclubs que en ese tiempo ofrecían, por el costo de un boleto de entrada al cine, la renta de una película que toda una familia podía disfrutar sin salir de su hogar, cuantas veces quisieran reproducida en su videocasetera, primero salieron en formato Beta y luego en VHS.

El Cinelandia fue cerrado por sus empleados debido a una huelga iniciada a principios de los años 90. Se negaban a abandonar su empleo sin una justa indemnización, en vista de que la empresa ya estaba cerrando los cines y vendiendo sus propiedades a particulares, sobre todo tomando en cuenta que tenían cierto valor por haberse construido en sitios de muy buena ubicación.

El piojito terminó como todo lo anterior allí construido: demolido hasta sus cimientos en el año 2010. El teatro de San Juan del Río, único del que se tenga memoria, pasó a la historia.