/ viernes 23 de febrero de 2024

Perder para ganar | México es lugar 1 en obesidad infantil


Vivimos en un país que encabeza el ranking mundial de obesidad infantil: 1 de cada 3 personas en el rango de 6 a 18 años presenta algún estadío de obesidad y la pregunta eterna es ¿De quién es la culpa?

Ciertas campañas que ha hecho el Gobierno para combatir el problema, incluida la medida de retirar a todos los personajes infantiles de las cajas de cereales con la finalidad de restarle lo atractivo a estos productos para nuestros niños en México e implementar los sellos de la Secretaría de Salud en los alimentos, no han funcionado.

Todas estas acciones no han dado resultado y no han bajado ni siquiera 1% las estadísticas actuales de obesidad en México; todo lo contrario, pues van al alza.

Alimentos ultra procesados desde recién nacidos

La raíz del problema es totalmente cultural y está muy arraigada a las tradiciones que tenemos desde que nacen nuestros niños, el auge de las empresas productoras de fórmulas de leche artificiales y nuestro país tercermundista donde hoy en día es común encontrar un pediatra que recomienda la fórmula artificial como primera línea y alternativa de alimentación para el recién nacido.

Y es aquí donde comienza la adicción al azúcar de los mexicanos, este tipo de decisiones nacen del seno familiar y de la falta de educación nutricional, porque es lo “normal “alimentarnos con más productos ultra procesados y menos con productos naturales. Además, por el estrés del día a día es más fácil no cocinar y comprar alimentos con exceso de calorías y carbohidratos.

Lo que hace falta verdaderamente es hacer más consciencia desde que nacen nuestros hijos y ver que estadísticamente tienen más probabilidades de desarrollar obesidad en la adultez si se les dan fórmulas artificiales, tener la cultura de optar por lo natural y bajo en carbohidratos simplemente es un despertar alimenticio que nos pide a gritos el país.

Obesidad infantil y consecuencias emocionales

Nuestros niños con obesidad siempre serán más propensos a enfermedades cardiacas y desarrollar diabetes tipo 2. Aparte, si nos vamos a la parte emocional, siempre van a sufrir de ansiedad, depresión y baja autoestima, es por eso que nos afecta en todos los sentidos el permitir que desde la infancia padezcan obesidad.

La decisión real está en los padres y en las tradiciones y decisiones del seno familiar, nuestra “normalidad” debe ser optar por lo natural y disminuir las harinas, lo procesado y toda la gama de productos chatarra y así dejar de ver a un niño “llenito” como un símbolo de salud y bienestar; todo lo contrario, si desde la niñez ya tiene sobrepeso hay que tomar cartas en el asunto y atender el problema de raíz. La decisión está en nosotros todos nacemos libres de obesidad.



Vivimos en un país que encabeza el ranking mundial de obesidad infantil: 1 de cada 3 personas en el rango de 6 a 18 años presenta algún estadío de obesidad y la pregunta eterna es ¿De quién es la culpa?

Ciertas campañas que ha hecho el Gobierno para combatir el problema, incluida la medida de retirar a todos los personajes infantiles de las cajas de cereales con la finalidad de restarle lo atractivo a estos productos para nuestros niños en México e implementar los sellos de la Secretaría de Salud en los alimentos, no han funcionado.

Todas estas acciones no han dado resultado y no han bajado ni siquiera 1% las estadísticas actuales de obesidad en México; todo lo contrario, pues van al alza.

Alimentos ultra procesados desde recién nacidos

La raíz del problema es totalmente cultural y está muy arraigada a las tradiciones que tenemos desde que nacen nuestros niños, el auge de las empresas productoras de fórmulas de leche artificiales y nuestro país tercermundista donde hoy en día es común encontrar un pediatra que recomienda la fórmula artificial como primera línea y alternativa de alimentación para el recién nacido.

Y es aquí donde comienza la adicción al azúcar de los mexicanos, este tipo de decisiones nacen del seno familiar y de la falta de educación nutricional, porque es lo “normal “alimentarnos con más productos ultra procesados y menos con productos naturales. Además, por el estrés del día a día es más fácil no cocinar y comprar alimentos con exceso de calorías y carbohidratos.

Lo que hace falta verdaderamente es hacer más consciencia desde que nacen nuestros hijos y ver que estadísticamente tienen más probabilidades de desarrollar obesidad en la adultez si se les dan fórmulas artificiales, tener la cultura de optar por lo natural y bajo en carbohidratos simplemente es un despertar alimenticio que nos pide a gritos el país.

Obesidad infantil y consecuencias emocionales

Nuestros niños con obesidad siempre serán más propensos a enfermedades cardiacas y desarrollar diabetes tipo 2. Aparte, si nos vamos a la parte emocional, siempre van a sufrir de ansiedad, depresión y baja autoestima, es por eso que nos afecta en todos los sentidos el permitir que desde la infancia padezcan obesidad.

La decisión real está en los padres y en las tradiciones y decisiones del seno familiar, nuestra “normalidad” debe ser optar por lo natural y disminuir las harinas, lo procesado y toda la gama de productos chatarra y así dejar de ver a un niño “llenito” como un símbolo de salud y bienestar; todo lo contrario, si desde la niñez ya tiene sobrepeso hay que tomar cartas en el asunto y atender el problema de raíz. La decisión está en nosotros todos nacemos libres de obesidad.