/ viernes 12 de abril de 2024

Contraluz | OFEQ: 32 años


El 10 de abril de 1992 Querétaro se vistió de fiesta al materializarse un largo sueño de muchos queretanos al tener por fin una Orquesta Filarmónica en toda forma misma que fue acogida con singular gozo.

Desde la media tarde de ese día el estacionamiento del Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez se vio pletórico de vehículos al igual que las calles aledañas entre los que miles de expectantes aficionados melómanos de todas las edades y estratos sociales deambulaban prestos a asistir al primer concierto de la Filarmónica local. Había ocurrido que el gobierno de Guanajuato había decidido desaparecer a la Orquesta Filarmónica del Bajío, nacida en agosto de 1986, y de la cual Querétaro y Aguascalientes serían, así dijeron entonces, subsedes.

En medio de polémicas y discusiones el gobierno de Querétaro, encabezado por Enrique Burgos García, decidió acoger a la institución, medida que fue respaldada por los queretanos y así como por el ámbito cultural nacional.

El auditorio se colmó y tanta expectación había que quedaron sin poder entrar uno 500 asistentes a quienes se otorgó el acceso y lugares en escalinatas y pasillos con la sola condición de respeto y silencio, misma que fue puntualmente acatada.

Así, el Viernes de Pasión -10 de abril de 1992- el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez se colmó para escuchar a la Orquesta dirigida por el maestro Sergio Cárdenas dos obras emblemáticas: Redes, de Silvestre Revueltas, y la Sinfonía Coral No. 9 de Ludwig V. Beethoven, con los Coros de la Escuela Nacional de Música de la UNAM y el Coro Convivium Musicum, así como la participación de Celia Gómez, soprano; Adriana Díaz de León, mezosoprano; Flavio Becerra, tenor, y Genero Sulvarán, barítono.

Sergio Cárdenas dio la bienvenida a los más de 70 miembros de la institución ante quienes reseñó: “Aquí (en Querétaro) se han escrito páginas trascendentes en la historia de la cultura, del humanismo, del avance social, no solo local, sino nacional; esperamos confiadamente que con su esfuerzo, su voluntad y su generosidad, aporten su trabajo y su arte para que fomenten escuela de la mejor música”.

La Filarmónica desplegó así sus alas en nuestra ciudad con un evento memorable respaldado por la sociedad y por las más diversas instituciones culturales del país.

Tanto, que el 25 de mayo del mismo año quedó conformado formalmente el Patronato presidido por Luis Rubio Chávez, entre cuyos miembros se encontraban Antonio Loyola Vera, Armando Birlain Shafler, José Luis Robles, Alfonso Rodríguez, Federico Ruiz Rubio, Rolando García, Jaime Robledo, Alejandro Esquivel, Esteban Paulín, Alfonso Ballesteros –entonces presidente municipal-, Eduardo Loarca, Aurelio y Luis Olvera; y Heriberto González.

El momento era propicio para adoptarla, explicó después el gobernador Enrique Burgos García quien encontró total respaldo de la sociedad, así como de otras orquestas como la Sinfónica Nacional, la del Estado de México, la de Jalisco y el Instituto Nacional de Bellas Artes, que arroparon el decidido intento -prestando instrumentos, atriles y partituras para que el empeño no fuese estropeado por un proceso lento que lo pudiera hacer incierto -; así como por medios de comunicación locales, nacionales e internacionales.

En entrevista con Ramón Saburit, el gobernador Enrique Burgos había puntualizado también: “se presentó la oportunidad y Querétaro no la iba a dejar escapar… Cultura y política en su mejor expresión van de la mano”.

Una semana después, Antonio Alcaraz escribiría que en Querétaro: “este Viernes Santo con pífanos y atabales, con arpas y salterios se ha alabado al Señor, en cánticos impregnados de devoción que glorifican al Creador en La Pasión según San Juan, cuyo viacrucis escribe, canta y entona el Evangelio de Juan Sebastián Bach”. De hecho todos los medios locales de comunicación así como la prensa cultural nacional, e incluso alguna internacional, destacaron como hecho muy relevante la erección de la Filarmónica de Querétaro. En los programas iniciales se tocaron las nueve sinfonías de Beethoven y su concierto para piano No. 5, entreverando a autores como Britten, Bach, Tchaikovsky, con audiencias que superaban con mucho los mil asistentes por concierto.

Como hecho de la mayor relevancia se iniciaron ese mismo año exitosas temporadas de ópera con Don Giovanni de Mozart, Lucía de Lammermoor de Donizetti y Tosca de Puccini.

En los primeros cuatro años de la Filarmónica de Querétaro el maestro Sergio Cárdenas reseñó, aparte de las temporadas formales de conciertos, la actuación de la Filarmónica en siete entidades de la República, así como dos grandes temporadas de ópera y destacadas participaciones en la Semana Cultural Zacatecas 1993, en la inauguración del Teatro de la Ciudad “San Francisco” de Pachuca, Hidalgo, en el Festival Cultural de Tamaulipas en 1994 y 1995 y en cuatro emisiones del Festival de Oaxaca.

En 1997 vino la primera crisis que se resolvió acogiendo a un nuevo director, el maestro Jesús Medina; el maestro José Guadalupe Flores la dirigió de 1998 a 2017; el maestro Ludwig Carrasco de 2018 a 2023; y el maestro Mark Kadin, de 2023 a la fecha.

Es de desatacar la influencia en el ámbito cultural local que ha tenido la Filarmónica a lo largo de su historial en Querétaro gracias a la cual renacieron agrupaciones, ensambles, coros, escuelas de música, danza y canto al tener expectativas de interactuar con la institución. La proyección durante varios años del coro Voces Queretanas, promovido por los exalcaldes Francisco Garrido y Rolando García, es solo un ejemplo de la multip0licación de bondades que trajo la Filarmónica de Querétaro.

Como sede inicial se había otorgado a la Filarmónica el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez donde se tenían los ensayos así como decenas de conciertos didácticos dedicados a escolares de educación inicial y media. Lamentablemente dicha sede le fue retirada posteriormente para ser ocupada en importantes espacios por direcciones burocráticas así como por oficinas recaudadoras. Hoy lo que requiere la institución es que sus integrantes sean solidariamente escuchados en sus demandas y preocupaciones; volver a tener una sede adecuada y digna que cuente con espacios suficientes y debidamente acondicionados en los que la acústica sea prioridad, incluido el Teatro Metropolitano.

Por fortuna, pese a cambios de directores, altibajos, y problemas administrativos y financieros, la OFEQ ha sabido mantenerse hasta ahora como centro de cultura, difusión, integración y formación. Deseable es que a 32 años de su epifanía en Querétaro nuestra Filarmónica retome lo que en justicia merece: estabilidad y respaldo social y oficial sin regateos, para que siga iluminando el quehacer cultural en nuestra tierra, misma que ha sabido históricamente entreverar en equilibrio sus afanes de trascendencia, crecimiento, armonía, educación, integración comunitaria y desarrollo.

Por lo pronto, felicidades a todos sus integrantes por el 32 aniversario de la institución cumplido el miércoles pasado.


El 10 de abril de 1992 Querétaro se vistió de fiesta al materializarse un largo sueño de muchos queretanos al tener por fin una Orquesta Filarmónica en toda forma misma que fue acogida con singular gozo.

Desde la media tarde de ese día el estacionamiento del Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez se vio pletórico de vehículos al igual que las calles aledañas entre los que miles de expectantes aficionados melómanos de todas las edades y estratos sociales deambulaban prestos a asistir al primer concierto de la Filarmónica local. Había ocurrido que el gobierno de Guanajuato había decidido desaparecer a la Orquesta Filarmónica del Bajío, nacida en agosto de 1986, y de la cual Querétaro y Aguascalientes serían, así dijeron entonces, subsedes.

En medio de polémicas y discusiones el gobierno de Querétaro, encabezado por Enrique Burgos García, decidió acoger a la institución, medida que fue respaldada por los queretanos y así como por el ámbito cultural nacional.

El auditorio se colmó y tanta expectación había que quedaron sin poder entrar uno 500 asistentes a quienes se otorgó el acceso y lugares en escalinatas y pasillos con la sola condición de respeto y silencio, misma que fue puntualmente acatada.

Así, el Viernes de Pasión -10 de abril de 1992- el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez se colmó para escuchar a la Orquesta dirigida por el maestro Sergio Cárdenas dos obras emblemáticas: Redes, de Silvestre Revueltas, y la Sinfonía Coral No. 9 de Ludwig V. Beethoven, con los Coros de la Escuela Nacional de Música de la UNAM y el Coro Convivium Musicum, así como la participación de Celia Gómez, soprano; Adriana Díaz de León, mezosoprano; Flavio Becerra, tenor, y Genero Sulvarán, barítono.

Sergio Cárdenas dio la bienvenida a los más de 70 miembros de la institución ante quienes reseñó: “Aquí (en Querétaro) se han escrito páginas trascendentes en la historia de la cultura, del humanismo, del avance social, no solo local, sino nacional; esperamos confiadamente que con su esfuerzo, su voluntad y su generosidad, aporten su trabajo y su arte para que fomenten escuela de la mejor música”.

La Filarmónica desplegó así sus alas en nuestra ciudad con un evento memorable respaldado por la sociedad y por las más diversas instituciones culturales del país.

Tanto, que el 25 de mayo del mismo año quedó conformado formalmente el Patronato presidido por Luis Rubio Chávez, entre cuyos miembros se encontraban Antonio Loyola Vera, Armando Birlain Shafler, José Luis Robles, Alfonso Rodríguez, Federico Ruiz Rubio, Rolando García, Jaime Robledo, Alejandro Esquivel, Esteban Paulín, Alfonso Ballesteros –entonces presidente municipal-, Eduardo Loarca, Aurelio y Luis Olvera; y Heriberto González.

El momento era propicio para adoptarla, explicó después el gobernador Enrique Burgos García quien encontró total respaldo de la sociedad, así como de otras orquestas como la Sinfónica Nacional, la del Estado de México, la de Jalisco y el Instituto Nacional de Bellas Artes, que arroparon el decidido intento -prestando instrumentos, atriles y partituras para que el empeño no fuese estropeado por un proceso lento que lo pudiera hacer incierto -; así como por medios de comunicación locales, nacionales e internacionales.

En entrevista con Ramón Saburit, el gobernador Enrique Burgos había puntualizado también: “se presentó la oportunidad y Querétaro no la iba a dejar escapar… Cultura y política en su mejor expresión van de la mano”.

Una semana después, Antonio Alcaraz escribiría que en Querétaro: “este Viernes Santo con pífanos y atabales, con arpas y salterios se ha alabado al Señor, en cánticos impregnados de devoción que glorifican al Creador en La Pasión según San Juan, cuyo viacrucis escribe, canta y entona el Evangelio de Juan Sebastián Bach”. De hecho todos los medios locales de comunicación así como la prensa cultural nacional, e incluso alguna internacional, destacaron como hecho muy relevante la erección de la Filarmónica de Querétaro. En los programas iniciales se tocaron las nueve sinfonías de Beethoven y su concierto para piano No. 5, entreverando a autores como Britten, Bach, Tchaikovsky, con audiencias que superaban con mucho los mil asistentes por concierto.

Como hecho de la mayor relevancia se iniciaron ese mismo año exitosas temporadas de ópera con Don Giovanni de Mozart, Lucía de Lammermoor de Donizetti y Tosca de Puccini.

En los primeros cuatro años de la Filarmónica de Querétaro el maestro Sergio Cárdenas reseñó, aparte de las temporadas formales de conciertos, la actuación de la Filarmónica en siete entidades de la República, así como dos grandes temporadas de ópera y destacadas participaciones en la Semana Cultural Zacatecas 1993, en la inauguración del Teatro de la Ciudad “San Francisco” de Pachuca, Hidalgo, en el Festival Cultural de Tamaulipas en 1994 y 1995 y en cuatro emisiones del Festival de Oaxaca.

En 1997 vino la primera crisis que se resolvió acogiendo a un nuevo director, el maestro Jesús Medina; el maestro José Guadalupe Flores la dirigió de 1998 a 2017; el maestro Ludwig Carrasco de 2018 a 2023; y el maestro Mark Kadin, de 2023 a la fecha.

Es de desatacar la influencia en el ámbito cultural local que ha tenido la Filarmónica a lo largo de su historial en Querétaro gracias a la cual renacieron agrupaciones, ensambles, coros, escuelas de música, danza y canto al tener expectativas de interactuar con la institución. La proyección durante varios años del coro Voces Queretanas, promovido por los exalcaldes Francisco Garrido y Rolando García, es solo un ejemplo de la multip0licación de bondades que trajo la Filarmónica de Querétaro.

Como sede inicial se había otorgado a la Filarmónica el Auditorio Josefa Ortiz de Domínguez donde se tenían los ensayos así como decenas de conciertos didácticos dedicados a escolares de educación inicial y media. Lamentablemente dicha sede le fue retirada posteriormente para ser ocupada en importantes espacios por direcciones burocráticas así como por oficinas recaudadoras. Hoy lo que requiere la institución es que sus integrantes sean solidariamente escuchados en sus demandas y preocupaciones; volver a tener una sede adecuada y digna que cuente con espacios suficientes y debidamente acondicionados en los que la acústica sea prioridad, incluido el Teatro Metropolitano.

Por fortuna, pese a cambios de directores, altibajos, y problemas administrativos y financieros, la OFEQ ha sabido mantenerse hasta ahora como centro de cultura, difusión, integración y formación. Deseable es que a 32 años de su epifanía en Querétaro nuestra Filarmónica retome lo que en justicia merece: estabilidad y respaldo social y oficial sin regateos, para que siga iluminando el quehacer cultural en nuestra tierra, misma que ha sabido históricamente entreverar en equilibrio sus afanes de trascendencia, crecimiento, armonía, educación, integración comunitaria y desarrollo.

Por lo pronto, felicidades a todos sus integrantes por el 32 aniversario de la institución cumplido el miércoles pasado.