/ martes 4 de julio de 2023

#EntreNetas | Corrupción a tope


No mentir, no robar, no traicionar al pueblo; así, López Obrador conquistó el ánimo social y llegó a la presidencia de la República. Su bandera ondeaba en torno a la lucha contra la corrupción y el destierro de los privilegios para la clase política, la mafia del poder. AMLO no vaciló en asegurar que el método más eficaz para acabar con la corrupción y su impunidad, era “barrerla de arriba para abajo, como a las escaleras” y predicar con el ejemplo. Cinco años después el fracaso es rotundo y la realidad es trágica para el país.

Sobran hechos. El más reciente desfalco investigado por la propia Fiscalía General de la República en el abasto de leche por más de mil 700 millones de pesos en Segalmex, las exhibiciones públicas de los hermanos del presidente en videos recibiendo dinero en efectivo, la casa gris, los escándalos por el mantenimiento de privilegios para el uso personal y discrecional de aeronaves del Ejército de familiares y funcionarios afines a la 4T. Reiteración de actos de corrupción y no la erradicación que prometieron. La negación como protocolo ante la evidencia.

Recientemente la Americas Society/Council of the Americas (AS/COA) y la consultora Control Risks publicaron el índice de Capacidad para Combatir la Corrupción confirmando lo esperado: la corrupción en México aumenta y no disminuye. Nuestro país está rezagado en los últimos lugares del continente junto con Guatemala, Bolivia y la dictadura venezolana. Pero más preocupante es que

solo Guatemala y México han descendido en sus puntuaciones consistentemente desde hace 4 años, justo coincidente con el inicio del gobierno de la cuarta transformación.

Estudios avalados por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la institución académica CIDE dimensionan las implicaciones que tiene la corrupción en su impacto económico que representa más de 6,400 millones de pesos para la población y 1,612 millones para las empresas, resultando que el costo promedio de un acto corrupción ronda los 2,800 pesos por persona. Una desfachatez, un descaro.

El discurso presidencial ha fallado. Otro fracaso más del presente gobierno. Una mentira más. Otra política pública malograda. Un grave retroceso que condena a México. Hoy la corrupción continua a tope. Más y no menos.


*Diputado federal PAN


No mentir, no robar, no traicionar al pueblo; así, López Obrador conquistó el ánimo social y llegó a la presidencia de la República. Su bandera ondeaba en torno a la lucha contra la corrupción y el destierro de los privilegios para la clase política, la mafia del poder. AMLO no vaciló en asegurar que el método más eficaz para acabar con la corrupción y su impunidad, era “barrerla de arriba para abajo, como a las escaleras” y predicar con el ejemplo. Cinco años después el fracaso es rotundo y la realidad es trágica para el país.

Sobran hechos. El más reciente desfalco investigado por la propia Fiscalía General de la República en el abasto de leche por más de mil 700 millones de pesos en Segalmex, las exhibiciones públicas de los hermanos del presidente en videos recibiendo dinero en efectivo, la casa gris, los escándalos por el mantenimiento de privilegios para el uso personal y discrecional de aeronaves del Ejército de familiares y funcionarios afines a la 4T. Reiteración de actos de corrupción y no la erradicación que prometieron. La negación como protocolo ante la evidencia.

Recientemente la Americas Society/Council of the Americas (AS/COA) y la consultora Control Risks publicaron el índice de Capacidad para Combatir la Corrupción confirmando lo esperado: la corrupción en México aumenta y no disminuye. Nuestro país está rezagado en los últimos lugares del continente junto con Guatemala, Bolivia y la dictadura venezolana. Pero más preocupante es que

solo Guatemala y México han descendido en sus puntuaciones consistentemente desde hace 4 años, justo coincidente con el inicio del gobierno de la cuarta transformación.

Estudios avalados por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la institución académica CIDE dimensionan las implicaciones que tiene la corrupción en su impacto económico que representa más de 6,400 millones de pesos para la población y 1,612 millones para las empresas, resultando que el costo promedio de un acto corrupción ronda los 2,800 pesos por persona. Una desfachatez, un descaro.

El discurso presidencial ha fallado. Otro fracaso más del presente gobierno. Una mentira más. Otra política pública malograda. Un grave retroceso que condena a México. Hoy la corrupción continua a tope. Más y no menos.


*Diputado federal PAN