/ domingo 9 de octubre de 2022

Alejandro Ramírez, un matancero sanjuanense

Durante dos décadas se ha dedicado a sacrificar animales y distribuir el producto cárnico en San Juan del Río


El trabajo de matancero no es una labor que cualquiera realice, pareciera algo sencillo, pero no, tiene sus métodos y procesos que van con temple y concentración, esto sin contar la práctica que se debe tener por quienes realizan esta labor.

Alejandro Ramírez Alegría es un matancero en el rastro municipal de San Juan del Río, conocido por todos los trabajadores de este lugar por su experiencia y capacidad, caracterizado por su destreza a la hora de trabajar, pues operar cuchillos de gran filo implica toda una responsabilidad y precaución.

En entrevista para el Sol de San Juan del Río, Alejandro compartió que llegó a este lugar desde hace 20 años, y aunque no es la expectativa laboral que buscaba, la necesidad de tener un empleo, le permitió conocer lo que ahora considera, como una noble y gran labor.

Aunque en su trabajo pareciera que diario es lo mismo, aseguró que no es así, pues a diario surgen nuevas experiencias porque a este lugar llegan animales de diferentes características que, dependiendo de ello, es cómo será manipulado para la producción cárnica en San Juan del Río.

Un día ordinario para Alejandro, comienza a las cinco de la mañana, desde esa hora se prepara para llegar poco antes de las siete de la mañana a su puesto de trabajo y comenzar una nueva jornada. Actualmente su función es de chofer operativo, también puede ser un día de matanza, por ello acude con una vestimenta que es poco amigable para los animales por los olores característicos que se quedan impregnados y que es justamente a muerte.

Compartió que cuando comenzó en la labor, ingresó como matancero, lugar en el cual, apoyado de varios de sus compañeros comenzó el aprendizaje de “despielar”, las reses, pues confesó que fue con un poco de asombró, pues la dinámica y práctica que todos tenían era inigualable, pero poco a poco fue aprendiendo y mejorando.

“No se me olvida mi primer día que me dieron un cuchillo y una chaira, cuando yo entre todos eran maestros en matanza, realizaban la labor, recuerdo, con una rapidez que desempeñaban el trabajo, empecé despielando las reses, una persona se acercó y me enseñó como se tenía que hacer, ahí lo importante es que el cuchillo este filoso, me veían asustado, en mi vida había visto animales y sangre, pero me apoyaron y poco a poco me fui adaptando y aprendiendo hasta hoy, gracias al Licenciado Goyo que siempre se ha encargado de apoyarnos”.

Alejandro, no solo se quedó en esa área, decidió aprender el oficio de chofer, cargador y distribuidor de los productos cárnicos, área en la que también fue apoyado por los trabajadores de larga trayectoria para con ello mejorar su aprendizaje en las labores del rastro municipal, aunque en esta última zona, con una buena condición física que había que tener, pues dijo, que hay piezas de carne de carne con peso de 100 kilogramos que se tienen que movilizan a los puntos de venta.

Él decidió conocer todas las áreas para continuar con el empleo, no quedarse sin trabajo que era lo más importante, pero, además, para que él pudiera ser de utilidad en todo el lugar, por lo que, desde la revisión de documentos de animales, inspección, desembarque, insensibilizar, desangrar, depiladora, despiece, limpieza de vísceras, lavado y pesado de canal, así como el cargamento y distribución de los productos cárnicos lo realiza como parte de su labor y apoyo en las áreas que se requieran.

Apoyado por su familia (esposa e hijos), aseguró que se mantiene en esa labor, aunque “es un área difícil porque a veces me preguntan que, si ver sangre no me hace violento y es muy diferente, mi trabajo es sacrificar animales y así lo veo, aunque en los primeros años, si prefería comer frijoles y verduras mejor, pero he aprendido que mi trabajo es aparte y mi familia es aparte, no mezclo mi labor con nada”.

Aunque el proceso de sacrificio de cabezas de ganado es diferente en todos los lugares, aseguró que no deja de ser un trabajo más, en cualquier estado o país, pues el consumo de los productos cárnicos es importante en la dieta mexicana por la proteína animal, por ello, afirmó que seguirá al pie del cañón trabajando con orgullo y honradez.


El trabajo de matancero no es una labor que cualquiera realice, pareciera algo sencillo, pero no, tiene sus métodos y procesos que van con temple y concentración, esto sin contar la práctica que se debe tener por quienes realizan esta labor.

Alejandro Ramírez Alegría es un matancero en el rastro municipal de San Juan del Río, conocido por todos los trabajadores de este lugar por su experiencia y capacidad, caracterizado por su destreza a la hora de trabajar, pues operar cuchillos de gran filo implica toda una responsabilidad y precaución.

En entrevista para el Sol de San Juan del Río, Alejandro compartió que llegó a este lugar desde hace 20 años, y aunque no es la expectativa laboral que buscaba, la necesidad de tener un empleo, le permitió conocer lo que ahora considera, como una noble y gran labor.

Aunque en su trabajo pareciera que diario es lo mismo, aseguró que no es así, pues a diario surgen nuevas experiencias porque a este lugar llegan animales de diferentes características que, dependiendo de ello, es cómo será manipulado para la producción cárnica en San Juan del Río.

Un día ordinario para Alejandro, comienza a las cinco de la mañana, desde esa hora se prepara para llegar poco antes de las siete de la mañana a su puesto de trabajo y comenzar una nueva jornada. Actualmente su función es de chofer operativo, también puede ser un día de matanza, por ello acude con una vestimenta que es poco amigable para los animales por los olores característicos que se quedan impregnados y que es justamente a muerte.

Compartió que cuando comenzó en la labor, ingresó como matancero, lugar en el cual, apoyado de varios de sus compañeros comenzó el aprendizaje de “despielar”, las reses, pues confesó que fue con un poco de asombró, pues la dinámica y práctica que todos tenían era inigualable, pero poco a poco fue aprendiendo y mejorando.

“No se me olvida mi primer día que me dieron un cuchillo y una chaira, cuando yo entre todos eran maestros en matanza, realizaban la labor, recuerdo, con una rapidez que desempeñaban el trabajo, empecé despielando las reses, una persona se acercó y me enseñó como se tenía que hacer, ahí lo importante es que el cuchillo este filoso, me veían asustado, en mi vida había visto animales y sangre, pero me apoyaron y poco a poco me fui adaptando y aprendiendo hasta hoy, gracias al Licenciado Goyo que siempre se ha encargado de apoyarnos”.

Alejandro, no solo se quedó en esa área, decidió aprender el oficio de chofer, cargador y distribuidor de los productos cárnicos, área en la que también fue apoyado por los trabajadores de larga trayectoria para con ello mejorar su aprendizaje en las labores del rastro municipal, aunque en esta última zona, con una buena condición física que había que tener, pues dijo, que hay piezas de carne de carne con peso de 100 kilogramos que se tienen que movilizan a los puntos de venta.

Él decidió conocer todas las áreas para continuar con el empleo, no quedarse sin trabajo que era lo más importante, pero, además, para que él pudiera ser de utilidad en todo el lugar, por lo que, desde la revisión de documentos de animales, inspección, desembarque, insensibilizar, desangrar, depiladora, despiece, limpieza de vísceras, lavado y pesado de canal, así como el cargamento y distribución de los productos cárnicos lo realiza como parte de su labor y apoyo en las áreas que se requieran.

Apoyado por su familia (esposa e hijos), aseguró que se mantiene en esa labor, aunque “es un área difícil porque a veces me preguntan que, si ver sangre no me hace violento y es muy diferente, mi trabajo es sacrificar animales y así lo veo, aunque en los primeros años, si prefería comer frijoles y verduras mejor, pero he aprendido que mi trabajo es aparte y mi familia es aparte, no mezclo mi labor con nada”.

Aunque el proceso de sacrificio de cabezas de ganado es diferente en todos los lugares, aseguró que no deja de ser un trabajo más, en cualquier estado o país, pues el consumo de los productos cárnicos es importante en la dieta mexicana por la proteína animal, por ello, afirmó que seguirá al pie del cañón trabajando con orgullo y honradez.

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