/ lunes 19 de febrero de 2024

Ciencia y sociedad | Escasez de agua: la crisis que ya llegó


La crisis hídrica que vivimos en el planeta ya es una emergencia. El término se refiere a la falta de disponibilidad de agua dulce y no contaminada para una región dada derivado del agotamiento de los recursos hídricos. El déficit puede estar relacionado al cambio climático, a la contaminación y a la sobreexplotación de los cuerpos de agua. La escasez puede ser absoluta, como resultado de la insuficiencia de agua para el abastecimiento de la población, o puede ser económica, es decir, como resultado de una mala gestión de los recursos hídricos disponibles. Para evitar la escasez absoluta es necesario el replanteamiento de las estrategias políticas, económicas y sociales que están relacionadas con la gestión del agua.

Solo el 0.5 por ciento del agua en el planeta es agua dulce y se encuentra en franca reducción por el cambio climático. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, dos mil millones de personas (aproximadamente el 25 por ciento de la población mundial) no tienen acceso a agua potable, y la mitad de la población mundial sufre escasez; se prevé que al 2050 se duplique la población urbana con escasez de agua. El 2023 presentó una ola de calor por la presencia de anticiclones, lo que agravó la crisis por agua.

En México el 60 por ciento de los cuerpos de agua se encuentran contaminados y 157 acuíferos están sobreexplotados de acuerdo con el Dr. Fernando González Villarreal, Coordinador Técnico de la Red del Agua UNAM. Más del 71 por ciento del territorio nacional se encuentra bajo estrés hídrico y 106 municipios tienen alta vulnerabilidad a las sequías, el 72 por ciento de las lluvias se concentra en cuatro meses (de junio a septiembre) (https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2023_370.html).

De acuerdo a información difundida en los últimos meses, los estados del norte del país han sido los primeros en resentir la crisis hídrica. La Laguna de Zumpango, cuya capacidad es de 100 millones metros cúbicos, se secó en septiembre de 2023 y desde noviembre del 2023 se anunció un recorte en el Sistema Hídrico de Cutzamala por parte de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). El fenómeno meteorológico de La Niña estará presente en 2024, lo que traerá más sequías.

La propia CONAGUA prevé que la Ciudad de México llegue al Día Cero en junio del 2024, lo que irremediablemente llevará a cortes y racionalización de agua. En Querétaro la situación no es distinta y se han planteado diferentes proyectos para abastecer a la zona metropolitana. Uno de ellos fue promovido en los años previos, el Acueducto III, para surtir agua desde la Presa de Zimapán, sin embargo; recientemente fue anunciado que el proyecto no continuaría, principalmente porque se afectaría la generación de electricidad y, además, el agua abastece también al estado de Hidalgo.

En su lugar se ha planteado la reactivación de la Presa El Batán, en el municipio de Corregidora, cuya viabilidad debe ser analizada a fondo ya que la presa se encuentra al 10% de su capacidad (5.8 millones de metros cúbicos) y se plantea abastecerla con agua tratada de otros embalses. Esto abre cuestionamientos sobre la factibilidad del proyecto en cuanto a la calidad del agua de entrada y de salida, además de la suficiencia para el abasto. Preguntas que serán abordadas en los análisis siguientes.


La crisis hídrica que vivimos en el planeta ya es una emergencia. El término se refiere a la falta de disponibilidad de agua dulce y no contaminada para una región dada derivado del agotamiento de los recursos hídricos. El déficit puede estar relacionado al cambio climático, a la contaminación y a la sobreexplotación de los cuerpos de agua. La escasez puede ser absoluta, como resultado de la insuficiencia de agua para el abastecimiento de la población, o puede ser económica, es decir, como resultado de una mala gestión de los recursos hídricos disponibles. Para evitar la escasez absoluta es necesario el replanteamiento de las estrategias políticas, económicas y sociales que están relacionadas con la gestión del agua.

Solo el 0.5 por ciento del agua en el planeta es agua dulce y se encuentra en franca reducción por el cambio climático. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, dos mil millones de personas (aproximadamente el 25 por ciento de la población mundial) no tienen acceso a agua potable, y la mitad de la población mundial sufre escasez; se prevé que al 2050 se duplique la población urbana con escasez de agua. El 2023 presentó una ola de calor por la presencia de anticiclones, lo que agravó la crisis por agua.

En México el 60 por ciento de los cuerpos de agua se encuentran contaminados y 157 acuíferos están sobreexplotados de acuerdo con el Dr. Fernando González Villarreal, Coordinador Técnico de la Red del Agua UNAM. Más del 71 por ciento del territorio nacional se encuentra bajo estrés hídrico y 106 municipios tienen alta vulnerabilidad a las sequías, el 72 por ciento de las lluvias se concentra en cuatro meses (de junio a septiembre) (https://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2023_370.html).

De acuerdo a información difundida en los últimos meses, los estados del norte del país han sido los primeros en resentir la crisis hídrica. La Laguna de Zumpango, cuya capacidad es de 100 millones metros cúbicos, se secó en septiembre de 2023 y desde noviembre del 2023 se anunció un recorte en el Sistema Hídrico de Cutzamala por parte de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). El fenómeno meteorológico de La Niña estará presente en 2024, lo que traerá más sequías.

La propia CONAGUA prevé que la Ciudad de México llegue al Día Cero en junio del 2024, lo que irremediablemente llevará a cortes y racionalización de agua. En Querétaro la situación no es distinta y se han planteado diferentes proyectos para abastecer a la zona metropolitana. Uno de ellos fue promovido en los años previos, el Acueducto III, para surtir agua desde la Presa de Zimapán, sin embargo; recientemente fue anunciado que el proyecto no continuaría, principalmente porque se afectaría la generación de electricidad y, además, el agua abastece también al estado de Hidalgo.

En su lugar se ha planteado la reactivación de la Presa El Batán, en el municipio de Corregidora, cuya viabilidad debe ser analizada a fondo ya que la presa se encuentra al 10% de su capacidad (5.8 millones de metros cúbicos) y se plantea abastecerla con agua tratada de otros embalses. Esto abre cuestionamientos sobre la factibilidad del proyecto en cuanto a la calidad del agua de entrada y de salida, además de la suficiencia para el abasto. Preguntas que serán abordadas en los análisis siguientes.

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