/ martes 2 de enero de 2024

Neurona ciudadana | Democratic decline


Anthony Blinken (Secretario de Estado de Estados Unidos) vino a México acompañado del Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y su visita inusual distó mucho de ser una inoportuna reunión post navideña.

La agenda buscaba ejercer presión sobre la administración mexicana en dos temas: migración y democracia.

El tema migratorio no es nuevo. Todas las administraciones estadunidenses han exigido a México frenar el flujo migratorio ilegal hacia su territorio, y el compromiso mexicano se ha incrementado desde que se aceptó acoger temporalmente a centro y sudamericanos para buscar un ingreso medianamente ordenado.

Pero las acciones nacionales distan mucho de ser efectivas pues el gobierno americano calcula que poco más de 10 mil personas tratan de ingresar ilegalmente de forma diaria a su territorio hoy en día.

La ineficacia mexicana cobra relevancia geopolítica para Washington pues los legisladores republicanos han frenado los paquetes de ayuda a Ucrania hasta que la administración Biden endurezca las medidas contra los migrantes ilegales que ingresan por su frontera sur.

Por otro lado, la preocupación de Estados Unidos por la democracia en la región se ha venido intensificando.

En el comunicado emitido por el Departamento de Estado sobre la visita de Blinken a México se resalta el compromiso de ambas naciones por reforzar su asociación para abordar las causas fundamentales de la migración, como la pobreza, la desigualdad, el declive democrático y la violencia.

Declive democrático no es una frase nueva del gobierno norteamericano. La ha usado previamente en dos comunicados referentes a México y la región:

El 2 de diciembre de 2022, el Departamento de Estado de Estados Unidos publicó su Informe sobre la Libertad Religiosa Internacional. En el informe, el Gobierno de Estados Unidos expresó su preocupación por el "declive democrático" en México, citando como ejemplos la creciente polarización política, la violencia contra los defensores de los derechos humanos y la falta de independencia judicial.

El 10 de enero de 2023, la Casa Blanca emitió una declaración conjunta con los gobiernos de Canadá y Reino Unido, en la que expresaron su preocupación por el "declive democrático" en México. En dicha declaración, los tres gobiernos pidieron al gobierno mexicano que "tomara medidas concretas para fortalecer sus instituciones democráticas y proteger los derechos humanos".

Para el Departamento de Estado, la expresión "democratic decline" se refiere a la pérdida de las características esenciales de una democracia. En el caso de México, los factores que están contribuyendo a este declive incluyen: la pérdida de instituciones públicas independientes, la dificultad para entablar consensos nacionales ante la creciente polarización política, la ausencia de garantías y el clima de intimidación (y muerte) bajo el que viven hoy los defensores de derechos humanos en el país y, el ataque sistemático a las instituciones de justicia a la luz del nombramiento de una incondicional del presidente (Lenia Batres) en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El declive democrático señalado por los estadunidenses no es en vano. Urge una agenda de fortalecimiento democrático que promueva diálogos y consensos hasta hoy rotos. El Gobierno debe buscar formas de trabajar con la oposición para encontrar soluciones a los problemas que enfrenta el país. Debe garantizar la seguridad de los defensores de los derechos humanos y prevenir su asesinato. Y también debe frenar su estrategia de acorralamiento del Poder Judicial.

Sin estos cambios no hay agenda de prosperidad en la región y Washington lo sabe. En un ambiente de declive democrático, la migración ilegal hacia Estados Unidos tiende a subir y, en un año electoral en donde la estrategia republicana para recuperar la Casa Blanca se centra en señalar la silenciosa “invasión” de latinoamericanos hacia ese país, puede acabar con las aspiraciones reeleccionistas de Biden.


*Presidenta de la Comisión de Bienestar de Inclusión Social


Anthony Blinken (Secretario de Estado de Estados Unidos) vino a México acompañado del Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y su visita inusual distó mucho de ser una inoportuna reunión post navideña.

La agenda buscaba ejercer presión sobre la administración mexicana en dos temas: migración y democracia.

El tema migratorio no es nuevo. Todas las administraciones estadunidenses han exigido a México frenar el flujo migratorio ilegal hacia su territorio, y el compromiso mexicano se ha incrementado desde que se aceptó acoger temporalmente a centro y sudamericanos para buscar un ingreso medianamente ordenado.

Pero las acciones nacionales distan mucho de ser efectivas pues el gobierno americano calcula que poco más de 10 mil personas tratan de ingresar ilegalmente de forma diaria a su territorio hoy en día.

La ineficacia mexicana cobra relevancia geopolítica para Washington pues los legisladores republicanos han frenado los paquetes de ayuda a Ucrania hasta que la administración Biden endurezca las medidas contra los migrantes ilegales que ingresan por su frontera sur.

Por otro lado, la preocupación de Estados Unidos por la democracia en la región se ha venido intensificando.

En el comunicado emitido por el Departamento de Estado sobre la visita de Blinken a México se resalta el compromiso de ambas naciones por reforzar su asociación para abordar las causas fundamentales de la migración, como la pobreza, la desigualdad, el declive democrático y la violencia.

Declive democrático no es una frase nueva del gobierno norteamericano. La ha usado previamente en dos comunicados referentes a México y la región:

El 2 de diciembre de 2022, el Departamento de Estado de Estados Unidos publicó su Informe sobre la Libertad Religiosa Internacional. En el informe, el Gobierno de Estados Unidos expresó su preocupación por el "declive democrático" en México, citando como ejemplos la creciente polarización política, la violencia contra los defensores de los derechos humanos y la falta de independencia judicial.

El 10 de enero de 2023, la Casa Blanca emitió una declaración conjunta con los gobiernos de Canadá y Reino Unido, en la que expresaron su preocupación por el "declive democrático" en México. En dicha declaración, los tres gobiernos pidieron al gobierno mexicano que "tomara medidas concretas para fortalecer sus instituciones democráticas y proteger los derechos humanos".

Para el Departamento de Estado, la expresión "democratic decline" se refiere a la pérdida de las características esenciales de una democracia. En el caso de México, los factores que están contribuyendo a este declive incluyen: la pérdida de instituciones públicas independientes, la dificultad para entablar consensos nacionales ante la creciente polarización política, la ausencia de garantías y el clima de intimidación (y muerte) bajo el que viven hoy los defensores de derechos humanos en el país y, el ataque sistemático a las instituciones de justicia a la luz del nombramiento de una incondicional del presidente (Lenia Batres) en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El declive democrático señalado por los estadunidenses no es en vano. Urge una agenda de fortalecimiento democrático que promueva diálogos y consensos hasta hoy rotos. El Gobierno debe buscar formas de trabajar con la oposición para encontrar soluciones a los problemas que enfrenta el país. Debe garantizar la seguridad de los defensores de los derechos humanos y prevenir su asesinato. Y también debe frenar su estrategia de acorralamiento del Poder Judicial.

Sin estos cambios no hay agenda de prosperidad en la región y Washington lo sabe. En un ambiente de declive democrático, la migración ilegal hacia Estados Unidos tiende a subir y, en un año electoral en donde la estrategia republicana para recuperar la Casa Blanca se centra en señalar la silenciosa “invasión” de latinoamericanos hacia ese país, puede acabar con las aspiraciones reeleccionistas de Biden.


*Presidenta de la Comisión de Bienestar de Inclusión Social