/ martes 19 de diciembre de 2023

Neurona ciudadana | Doloroso retroceso

El panorama educativo no ha sido nada esperanzador en México desde hace muchos años. Sin embargo, las políticas implementadas en la actual administración federal han representado un retroceso considerable a la de por sí maltrecha educación en nuestro país. La cruel realidad es que la educación ofrecida en México no es de calidad.


Los resultados recientemente divulgados por la OCDE de la prueba PISA 2022 vuelven a mostrar que en las tres áreas clave del aprendizaje (matemáticas, ciencias y lectura) nuestro país no logra salir de la parte baja de la tabla, en comparación con los demás países miembros y/o con otros países de ingresos medios.


En las tres áreas hubo retrocesos con respecto a la evaluación de 2018. Sólo el 34% de los estudiantes mexicanos alcanzó el nivel 2 de competencia en matemáticas (de 6 módulos evaluados), lo que significa que pueden resolver problemas matemáticos rutinarios y aplicar dichos conceptos a situaciones cotidianas. En ciencias, sólo el 33% logró el mismo nivel 2 de 6, es decir, que pueden explicar fenómenos científicos y aplicarlos en situaciones de la vida cotidiana. En lectura, el 44% de los estudiantes alcanzó el nivel 2 que es igual a comprender y responder a textos complejos. El resto de todos los estudiantes logró apenas el nivel 1 de 6. La situación se agrava por sexo. 62% de los varones no logró habilidades del nivel 2, pero en el caso de las mujeres fue el 69%.


Cierto es que los resultados arrastran el efecto negativo provocado por el impacto que tuvo el COVID en la educación y por el cambio regular del modelo educativo con el que se ha experimentado desde hace décadas, pero la prueba viene a reiterar hoy, cómo dos de cada tres estudiantes mexicanos no alcanzan el nivel básico de aprendizajes en matemáticas, ciencias o lectura, lo que los inhabilita desde ya para sortear y enfrentar con éxito los desafíos de la vida adulta en una sociedad moderna. Más aún, los condena por anticipado a nutrir de manera relevante las filas de los empleos precarios y a mantener la escalera social inamovible.


Porque los más afectados son -como siempre en un modelo imperante de desigualdades- los más pobres. En México, a menores recursos, menor probabilidad de tener acceso a escuelas bien equipadas, maestros capacitados y materiales educativos adecuados.


También afectan ciertos factores del modelo mismo de enseñanza. En nuestro país se sigue apostando por la memorización en lugar de un proceso de aprendizaje activo, lo que está limitando el desarrollo de las habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas de los estudiantes. Si a esta estampa le agregamos cargas ideológicas y errores de redacción en los libros de texto, se le está poniendo el pie al estudiante desde el diseño mismo de la política pública de educación.


Con todo lo anterior, desde Coparmex se ha señalado que para revertir la pérdida de aprendizajes son necesarias al menos siete acciones urgentes: Visión de largo plazo. Replanteamiento de los planes, programas y materiales educativos. Aplicación de experiencias exitosas de otros países. Impulsar la colaboración público-privada. Escuchar y trabajar de cerca con los padres y madres de familia. Apostar por apoyar y profesionalizar a los docentes y finalmente, inyectar los suficientes y adecuados recursos públicos.


En este sentido, el IMCO ha señalado que México destina un presupuesto educativo insuficiente, solo el 2.96% del PIB, lejos del 4% recomendado por la UNESCO. Se requiere un aumento de 355.5 miles de millones de pesos para cumplir con este estándar, lo que equivale a un aumento del 35% en el presupuesto promedio por alumno.


La educación de calidad no debe ser un privilegio, sino un derecho del que deben gozar todos nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Y es que sin educación de calidad no podemos garantizar el desarrollo de un país en el que las nuevas generaciones cuenten con las oportunidades necesarias para que alcancen un futuro próspero.


*Presidenta de la Comisión de Bienestar e Inclusión Social de Coparmex Nacional


El panorama educativo no ha sido nada esperanzador en México desde hace muchos años. Sin embargo, las políticas implementadas en la actual administración federal han representado un retroceso considerable a la de por sí maltrecha educación en nuestro país. La cruel realidad es que la educación ofrecida en México no es de calidad.


Los resultados recientemente divulgados por la OCDE de la prueba PISA 2022 vuelven a mostrar que en las tres áreas clave del aprendizaje (matemáticas, ciencias y lectura) nuestro país no logra salir de la parte baja de la tabla, en comparación con los demás países miembros y/o con otros países de ingresos medios.


En las tres áreas hubo retrocesos con respecto a la evaluación de 2018. Sólo el 34% de los estudiantes mexicanos alcanzó el nivel 2 de competencia en matemáticas (de 6 módulos evaluados), lo que significa que pueden resolver problemas matemáticos rutinarios y aplicar dichos conceptos a situaciones cotidianas. En ciencias, sólo el 33% logró el mismo nivel 2 de 6, es decir, que pueden explicar fenómenos científicos y aplicarlos en situaciones de la vida cotidiana. En lectura, el 44% de los estudiantes alcanzó el nivel 2 que es igual a comprender y responder a textos complejos. El resto de todos los estudiantes logró apenas el nivel 1 de 6. La situación se agrava por sexo. 62% de los varones no logró habilidades del nivel 2, pero en el caso de las mujeres fue el 69%.


Cierto es que los resultados arrastran el efecto negativo provocado por el impacto que tuvo el COVID en la educación y por el cambio regular del modelo educativo con el que se ha experimentado desde hace décadas, pero la prueba viene a reiterar hoy, cómo dos de cada tres estudiantes mexicanos no alcanzan el nivel básico de aprendizajes en matemáticas, ciencias o lectura, lo que los inhabilita desde ya para sortear y enfrentar con éxito los desafíos de la vida adulta en una sociedad moderna. Más aún, los condena por anticipado a nutrir de manera relevante las filas de los empleos precarios y a mantener la escalera social inamovible.


Porque los más afectados son -como siempre en un modelo imperante de desigualdades- los más pobres. En México, a menores recursos, menor probabilidad de tener acceso a escuelas bien equipadas, maestros capacitados y materiales educativos adecuados.


También afectan ciertos factores del modelo mismo de enseñanza. En nuestro país se sigue apostando por la memorización en lugar de un proceso de aprendizaje activo, lo que está limitando el desarrollo de las habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas de los estudiantes. Si a esta estampa le agregamos cargas ideológicas y errores de redacción en los libros de texto, se le está poniendo el pie al estudiante desde el diseño mismo de la política pública de educación.


Con todo lo anterior, desde Coparmex se ha señalado que para revertir la pérdida de aprendizajes son necesarias al menos siete acciones urgentes: Visión de largo plazo. Replanteamiento de los planes, programas y materiales educativos. Aplicación de experiencias exitosas de otros países. Impulsar la colaboración público-privada. Escuchar y trabajar de cerca con los padres y madres de familia. Apostar por apoyar y profesionalizar a los docentes y finalmente, inyectar los suficientes y adecuados recursos públicos.


En este sentido, el IMCO ha señalado que México destina un presupuesto educativo insuficiente, solo el 2.96% del PIB, lejos del 4% recomendado por la UNESCO. Se requiere un aumento de 355.5 miles de millones de pesos para cumplir con este estándar, lo que equivale a un aumento del 35% en el presupuesto promedio por alumno.


La educación de calidad no debe ser un privilegio, sino un derecho del que deben gozar todos nuestros niños, adolescentes y jóvenes. Y es que sin educación de calidad no podemos garantizar el desarrollo de un país en el que las nuevas generaciones cuenten con las oportunidades necesarias para que alcancen un futuro próspero.


*Presidenta de la Comisión de Bienestar e Inclusión Social de Coparmex Nacional