/ martes 12 de marzo de 2024

Neurona ciudadana | El poder de la Colectiva



Llegó otro #8M y con él, aún muchas historias de violencia, desigualdades, falta de oportunidades, discriminación y falta de representatividad en lugares claves. Todavía son muchos los desafíos que las mujeres debemos enfrentar en pleno siglo XXI.

Los esfuerzos por cambiar esa realidad han sido numerosos y es así, que gracias al trabajo incansable de muchas mujeres y por qué no decirlo, de hombres aliados, es que se ha logrado una mayor participación de las mujeres en la política, comenzando por la posibilidad de votar y de ser votada; actualmente hay un mayor acceso a la educación y se han logrado establecer leyes que buscan protegernos de cualquier tipo de violencia, como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley General de Igualdad entre Mujeres y Hombres u otras leyes que buscan erradicar la violencia digital como la Ley Olimpia o la Ley Ingrid, entre otras.

Aunque se ha avanzado, falta mucho por hacer y ahí está en la lista de pendientes, la Ley General del Sistema Nacional de Cuidados, entre otras muchas leyes que necesitan perspectiva de género con la firme intención de reducir al máximo las enormes brechas aún persisten entre hombres y mujeres.

Por eso, en esta ocasión quiero reconocer a todas aquellas mujeres que se han organizado de una u otra manera para cambiar realidades, para que esas “buenas intenciones” se conviertan en acciones encaminadas a procurar el libre desarrollo integral de las mujeres en nuestro país.

Particularmente, quiero reconocer a la colectiva 50+1, un movimiento nacional que tuvo eco en Querétaro y que de manera formal se integró en abril de 2022 con mujeres de diferentes ámbitos, desde la academia, hasta la política, pasando por el mundo empresarial y mujeres que se dedican exclusivamente al hogar; es decir, aquí cabemos todas, quienes tenemos el claro propósito de luchar para defender nuestros derechos y buscar mecanismos que nos permitan tener una mejor vida, libre de violencia y con oportunidades de crecimiento personal y profesional.

Durante estos dos años se realizaron múltiples actividades, como talleres, mesas de escucha, creación de redes de apoyo, mesas temáticas, conversatorios y ponencias que recogieron los retos a los que se enfrentan las mujeres queretanas.

La colectiva 50+1 ha tenido la convicción de escuchar y ser un espacio abierto a todas las mujeres, sin excepción. Esto le ha dado un valor particular y grandioso a este movimiento que incluso se ha nutrido de la expertise de muchas especialistas para tener una guía mucho más clara a corto, mediano y largo plazo.

A partir de tres estrategias, se fortalecieron nuestros lazos municipales, el voluntariado y las mesas temáticas, que han ayudado a conocer todas las realidades que viven las mujeres en nuestro estado.

La mesa directiva cambiará y quiero, desde este espacio, enviar mi agradecimiento a la colectiva por dejarme formar parte de este histórico movimiento y al mismo tiempo, enviar mi reconocimiento a esas mujeres valientes y talentosas que integraron esta primera etapa, que estoy segura, seguirá avanzando con mucha fuerza, pues esta lucha nada ni nadie la detiene.

Esta experiencia me hace ser más consciente de la importancia de la sororidad entre nosotras, pues estoy convencida que debemos seguir adelante con valentía y determinación, sabiendo que cada paso que damos nos acerca un poco más a ese mundo que deseamos, donde todas las mujeres podamos vivir libres de miedo, discriminación, opresión y con igualdad de oportunidades.

No dejemos de levantar la voz, sigamos uniendo nuestras manos y nuestras voluntades y con ellos renovemos nuestro compromiso de tener una verdadera igualdad de género. No sólo un día, sino en todo momento. El camino puede parecer largo y difícil, pero con unidad y convicción, podemos y lograremos un mundo mejor para todas las mujeres. Sigamos fortaleciendo el poder de la colectiva.


*Presidenta de la Comisión de Bienestar e Inclusión Social de Coparmex Nacional




Llegó otro #8M y con él, aún muchas historias de violencia, desigualdades, falta de oportunidades, discriminación y falta de representatividad en lugares claves. Todavía son muchos los desafíos que las mujeres debemos enfrentar en pleno siglo XXI.

Los esfuerzos por cambiar esa realidad han sido numerosos y es así, que gracias al trabajo incansable de muchas mujeres y por qué no decirlo, de hombres aliados, es que se ha logrado una mayor participación de las mujeres en la política, comenzando por la posibilidad de votar y de ser votada; actualmente hay un mayor acceso a la educación y se han logrado establecer leyes que buscan protegernos de cualquier tipo de violencia, como la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la Ley General de Igualdad entre Mujeres y Hombres u otras leyes que buscan erradicar la violencia digital como la Ley Olimpia o la Ley Ingrid, entre otras.

Aunque se ha avanzado, falta mucho por hacer y ahí está en la lista de pendientes, la Ley General del Sistema Nacional de Cuidados, entre otras muchas leyes que necesitan perspectiva de género con la firme intención de reducir al máximo las enormes brechas aún persisten entre hombres y mujeres.

Por eso, en esta ocasión quiero reconocer a todas aquellas mujeres que se han organizado de una u otra manera para cambiar realidades, para que esas “buenas intenciones” se conviertan en acciones encaminadas a procurar el libre desarrollo integral de las mujeres en nuestro país.

Particularmente, quiero reconocer a la colectiva 50+1, un movimiento nacional que tuvo eco en Querétaro y que de manera formal se integró en abril de 2022 con mujeres de diferentes ámbitos, desde la academia, hasta la política, pasando por el mundo empresarial y mujeres que se dedican exclusivamente al hogar; es decir, aquí cabemos todas, quienes tenemos el claro propósito de luchar para defender nuestros derechos y buscar mecanismos que nos permitan tener una mejor vida, libre de violencia y con oportunidades de crecimiento personal y profesional.

Durante estos dos años se realizaron múltiples actividades, como talleres, mesas de escucha, creación de redes de apoyo, mesas temáticas, conversatorios y ponencias que recogieron los retos a los que se enfrentan las mujeres queretanas.

La colectiva 50+1 ha tenido la convicción de escuchar y ser un espacio abierto a todas las mujeres, sin excepción. Esto le ha dado un valor particular y grandioso a este movimiento que incluso se ha nutrido de la expertise de muchas especialistas para tener una guía mucho más clara a corto, mediano y largo plazo.

A partir de tres estrategias, se fortalecieron nuestros lazos municipales, el voluntariado y las mesas temáticas, que han ayudado a conocer todas las realidades que viven las mujeres en nuestro estado.

La mesa directiva cambiará y quiero, desde este espacio, enviar mi agradecimiento a la colectiva por dejarme formar parte de este histórico movimiento y al mismo tiempo, enviar mi reconocimiento a esas mujeres valientes y talentosas que integraron esta primera etapa, que estoy segura, seguirá avanzando con mucha fuerza, pues esta lucha nada ni nadie la detiene.

Esta experiencia me hace ser más consciente de la importancia de la sororidad entre nosotras, pues estoy convencida que debemos seguir adelante con valentía y determinación, sabiendo que cada paso que damos nos acerca un poco más a ese mundo que deseamos, donde todas las mujeres podamos vivir libres de miedo, discriminación, opresión y con igualdad de oportunidades.

No dejemos de levantar la voz, sigamos uniendo nuestras manos y nuestras voluntades y con ellos renovemos nuestro compromiso de tener una verdadera igualdad de género. No sólo un día, sino en todo momento. El camino puede parecer largo y difícil, pero con unidad y convicción, podemos y lograremos un mundo mejor para todas las mujeres. Sigamos fortaleciendo el poder de la colectiva.


*Presidenta de la Comisión de Bienestar e Inclusión Social de Coparmex Nacional